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miércoles, 14 de febrero de 2018

ANDRÉS ELOY BLANCO. Por: HUMBERTO MARCANO RODRÍGUEZ @Hmarcanor NARRACIONES HISTÓRICAS CONTEMPORÁNES X



NARRACIONES  HISTÓRICAS  CONTEMPORÁNES ---x
HUMBERTO  MARCANO  RODRÍGUEZ

ANDRÉS ELOY BLANCO MEAÑO
Hablar de Andrés Eloy Blanco, es  hablar de Cumaná, es hablar del río Manzanares,  del Salado,de Araya, es hablar de los ríos y mares, de los llanos y montañas, de Salmerón Acosta, Ramos Sucre, José Antonio Pérez Bonalde,  Andrés Mata y es  hablar de Venezuela y del más  grande poeta  que ha tenido este país, nace  en Cumaná el 6 de agosto de 1896 y fallece trágicamente en Ciudad de México  donde se encontraba en calidad de exilado político, el 21  de mayo de 1955.   La obra de  Andrés Eloy  cubre todo el mundo hispánico  de las Letras y la Cultura en General, centenares  de poesías, cuentos, obras teatrales, libros,  poemas convertidos  en canciones y en películas testimonian  toda  su obra literaria  a través  del tiempo hasta nuestros días, ya  que la misma  perdura en el tiempo y en el espacio.  Los padres  de Andrés Eloy, fueron; Don Luis Felipe Blanco Fariñas y Doña Dolores Meaño Escalante de Blanco, después  de haber cursado hasta la secundaria, marcha a Caracas donde  estudia  en la UCV  graduándose  de  Abogado y a la vez  formando parte  activa en el Circulo de las Bellas Artes, recibe  su primer premio literario en 1916 con el poema pastoral “Canto a la espiga y el arado”. Andrés Eloy se  consagra  como un poeta universal  con su célebre  poesía “Canto a España”, premiada con el primer premio  en los Juegos Florales de Santander, España, patrocinado por La Academia Española de La lengua con un premio en dinero de 25.000 pesetas una cantidad astronómica para la época, en el año 1923 visita París   donde  es  agasajado por  los  círculos  literarios  de esa Capital y  se encuentra  con su padre  que estaba exilado en Francia, en el año 1924 La Real Academia de Sevilla  de las Buenas Letras lo elige miembro correspondiente, y de regreso a Venezuela se detiene en la Habana   donde recibe un  gran homenaje de la Juventud Literaria  de Cuba,  y el Casino Español  de la isla  organiza una gran velada en su honor y ese mismo año  publica  las novelas, “El amor no fue a los toros” y  “Las cuatros puertas, sin embargo  ya  su nombre  había comenzado hacer historia  en Venezuela, en 1916  junto a Salvador  de La Plaza, Pedro Zuloaga y Pedro Brito dirigen la Revista Universitaria de los Estudiantes  de Derecho de la UCV, en el 1918 es enviado a la cárcel de La Rotunda por participar en manifestaciones  estudiantiles. Graduándose  de abogado  en el año 1919, en 1921  gana un concurso literario en el Estado Zulia, haciendo una gran amistad con el gran poeta y escritor  zuliano Udón Pérez, marchándose luego a  ejercer  el derecho en el estado Apure, donde uno de los casos más  emblemáticos  que le correspondió defender, fue  el de una rica señora  ganadera, que  es precisamente la persona  que le ha de  servir como personaje central a Rómulo Gallegos para  su muy célebre y universal novela “Doña Bárbara”

Sin duda alguna que  Andrés Eloy Blanco marcó  en la historia del siglo XX en Venezuela un lugar relevante de gran protagonismo, como escritor, cuentista, poeta y hombre  de leyes, todo acompañado  con su gran humorismo, un poeta versátil, capaz de cultivar tanto la poesía  social  como el artículo de opinión o la crítica política con el cuadro costumbrista, el ensayo y el teatro, sin dejar atrás las  arengas políticas, convirtiéndose  en el mejor orador  de Venezuela para su época, sus obras completas  abarcan diez voluminosos tomos que fueron publicadas en el año 1973 por el entonces Congreso Nacional de la República de Venezuela.  Por  su posición política de una diafanidad  total y democrática, por lo  que  sufrió persecuciones y cárceles, pero en este  aspecto había seguido  el camino  marcado por  su familia, en especial el de su padre Don Luis Felipe Blanco, opositor  tenaz a las dictaduras de Cipriano Castro y de Gómez, por  eso no hay que extrañar  su posición mientras fue  alumno de la UCV y para  que posteriormente  tomará parte activa en las manifestaciones contra la dictadura Gomecista hasta llegar  a la rebelión del año 1928, que es precisamente  el año  que va a marcar su destino político al estar incorporado de lleno a la gloriosa  generación del 28  como activo participante  en los movimientos de protesta  al lado de los  estudiantes universitarios y  de incipientes lideres  como Raúl Leoni, Jovito Villalba, Rómulo Betancourt, Miguel Otero Silva, Guillermo Prince Lara, Elías Benarroch, Isaac Pardo, Pio Tamayo, Juan José Palacios,  Jacinto Fombona Pachano entre otros, fue encarcelado de nuevo y enviado a la Rotunda y de allí trasladado  al Castillo de Puerto Cabello, de  donde más  tarde  se le envía para ser confinado en las prisiones  de Timotes y Valera; fueron años  de duro cautiverio, que las autoridades suspendieron dado  el delicado estado de  salud  que presentaba, regresando  a Carcas en el año 1935, prohibiéndosele publicar en prensa y hablar por la radio, dedicándose entonces  a publicar un conjunto de  composiciones en libros  que  se hicieron  famosos  como “Barco de Piedra” y “Baedeker”, composiciones escritas durante  sus años  de prisión, posteriormente  publica  los dramas sociales  “Abigaíl” y “La  Juanbinbada”, en estos  últimos pone  al descubierto su actitud  de poeta social en contacto con  la realidad americana.

De Andrés Eloy Blanco, dijo  Juan Liscano, que   era un poeta  que  se reconoció  así mismo en la figura ya mítica del JUAN BIMBA, el desposeído, referencia obligada en la Historia de nuestra literatura. Andrés Eloy Blanco, goza  junto  con otros poetas  anteriores  a él de la mayor popularidad en Venezuela.  su noble  condición humana, su idealismo de otro tiempo, su caballerosidad y su adhesión a la causa  de la libertad y la democracia, lo cual le costó cárceles, confinamientos y exilios, su humor  y su ingenio chispeante, su sensibilidad por  lo popular, su elocuencia, sus versos de inspiración tradicional, abiertos  al entendimiento de las mayorías, hicieron de él un símbolo de la civilidad vigilante y una expresión genuina  de la venezolanidad extrovertida, en sus poemas  le cantó al mar, a  las montañas, a los ríos, al dolor, a la pena, la tristeza, a la alegría  y sobre  todo al amor, en sus  obras estaban palpadas la realidad social de Venezuela  en su época, poemas  como “Píntame  Angelitos Negros, Palabreo de la Loca Luz Caraballo y  La Juana Bautista” demuestran claramente  el cuadro   social que se vivía.

Mario Torrealba Lossi, apunta  en su estudio “ Los poetas venezolanos  de 1918”, que Andrés Eloy Blanco es un poeta de varias tendencias, que  esa  estructura polifacética, esas  tonalidades divergentes, lo distanciaba de  sus compañeros  de promoción literaria, ya  que el adviene  a la poesía  cuando el modernismo  está expirando y poetas del modernismo  como Lugones, López Velarde, Tablade y González Martín ya  se abren a otros caminos, en realidad en Venezuela poetas  como Alfredo Arvelo Lariva, Luis Enrique Mármol y el malogrado Francisco Caballero Mejías  responden claramente  a esa transición  entre el modernismo y la vanguardia. Andrés Eloy Blanco se  encontró compartido entre los énfasis modernistas y la conciencia de los poetas que reaccionaban contra sus excesos, de allí  las tonalidades divergentes tan notorias de sus poemas.  Tierras que me oyeron,  se pierde en galanteos florales, Canto a España es un  poema modernista típico, Carta  a Udón Pérez afirma el lenguaje coloquial y tiene  como antecedente un poema de Salustio  González Rincones titulado Carta a su madre;  otras veces  se impone en él, lo popular y descuella en Décimas, Corríos, Coplas y Romances.

Destaca también Andrés Eloy Blanco en el plano político, aparte  de lo ya  dicho de  su lucha contra la dictadura Gomecista que le costó  años de cárceles, fue Concejal en Caracas por la Parroquia San Juan, Presidente del Concejo Municipal de Caracas, Senador  de la República y Presidente  del Congreso Nacional, Ministro de Relaciones Exteriores (Canciller), en este cargo lo sorprende  la  asonada militar dirigida por el golpista Marcos Pérez Jiménez, en noviembre  de1948 contra el Gobierno Constitucional de Don Rómulo Gallegos,  asilándose  primero en Cuba y posteriormente en México, donde  muere trágicamente. Andrés  Eloy Blanco Meaño  fue  de los fundadores   del Partido Democrático Nacional (PDN)  y posteriormente  de Acción Democrática (AD)

Su muerte brutal, fatalidad del destino ciego contribuyo a labrar su vida como estatua de prócer, no olvidemos  que  como  dijo Andrés Malraux, “la  muerte le confiere a la vida una categoría de destino”, y el destino de Andrés Eloy Blanco, parecía   ser el de mártir, exiliado por los bárbaros militarotes, que le temían a  su  condición de  demócrata, orador y poeta, Andrés Eloy, tras una actuación de poeta cantor  que arrancaba aplausos, de político resplandeciente, amigo  de la tolerancia y el respeto por las leyes y de la causa reivindicadora de los pobres, era un héroe romántico  al estilo de  Lamartine, Martí y es por  ello  que Andrés Eloy Blanco es  sobre todo una biografía edificante, ese  valor  responde  a su naturaleza inclinada por  su voluntad ética, hacía el respeto y la exaltación de un código de honor en el comportamiento   social, ya que cultivó  el amor  a la familia, al amigo, a la esposa, a los hijos, a la patria y al pueblo  sentido  siempre  como presencia  solidaria. Su muerte  aunque privó al mundo de las letras de  su presencia física, su presencia de  escritor, humorista y poeta es y ha  de  ser eterna, como un verdadero prócer sus restos descansan en el Panteón Nacional.

En el año 1943 se caso  con Lilina Iturbe.  musa inspiradora  de  muchas de  sus poesías, de esa  feliz unión nacieron dos hijos  que  le    sobreviven; Luis Felipe y Andrés Eloy  Blanco Iturbe, entre  las poesías de Andrés  Eloy Blanco descuellan: Canto a España, Baedeker, Píntame Angelitos Negros, Canto a Rubén Darío, Poemas del Apure, Despedida, Poema a la madre, Río de las  siete estrellas, El limonero del Señor,  Las uvas del tiempo, Florinda en invierno. La hija de Jairo, La renuncia, Coplas  del amor viajero, El dulce mal, Juan Bimba, Aparición de Gira Luna, Soneto a Rómulo Gallegos, Palabreo de a loca Luz Caraballo, Palabreo de Sara Cata y la Juana Bautista, Canto a la espiga y al arado  entre  otros tantos cientos  de  composiciones poéticas, obras para teatro y novelas, que conforman el gran pedestal para la gloria  eterna  de Andrés Eloy Blanco.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Los poetas venezolanos de 1918                                                                      Mario Torrealba Lossi
Antología popular                                                                                      Monte Avila Editores
El Poeta y el pueblo                                                                                             Imprenta Nacional
Vargas, el albacea de la angustia                                                                      Ministerio de Educación
Estudio crítico literario                                                                              Pedro Pablo Barnola
La generación del 18 en poesía venezolana                                       Enrique Castellanos
Andrés Eloy Blanco, humorista                                                              José Agustín Catalá
Apuntes  sobre Andrés Eloy Blanco                                                      Facultad de Humanidades UCV

12 de febrero 2018

IMAGEN: Por cortesía de Wikipedia