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viernes, 12 de julio de 2019

Dictadores: de Gómez a Maduro. Por: Eddie A. Ramírez S. OPINION. Venezuela



Dictadores: de Gómez a Maduro
Eddie A. Ramírez S.

En los últimos 110 años Venezuela ha tenido tres dictaduras. La de Juan Vicente Gómez, que  duró 27 años, la de Pérez Jiménez cinco, si no consideramos el período de facto de Delgado Chalbaud y de Suárez Flamerich, y la de Chávez-Maduro que tiene 20.  ¿Por  qué surgieron estas  dictaduras?  Aunque todas las dictaduras son malas y  repudiables, ¿hay  diferencias entre ellas? 

La prédica general del sector político es que los dictadores conquistan el poder solo para satisfacer sus ambiciones. Pocas veces se reconoce que también influye un deseo de enderezar entuertos y atender un clamor de muchos.  Aunque repudiables, unas pocas   tienen inicialmente cierta  razón de ser, pero quienes las lideran  intentan prolongar su mandato, lo cual gradualmente despierta rechazo. Como consecuencia,  se inician los abusos y violaciones a los derechos humanos.

Gómez y  Peréz Jiménez asesinaron, torturaron,  encarcelaron y  exiliaron selectivamente  a sus oponentes,  y fueron corruptos.  En esos tiempos la sociedad civil y el pueblo en general no participaba en política. Gómez persiguió  a los caudillos regionales, ya que  no existían partidos políticos. Pagó la deuda externa, construyó carreteras y acabó con el caudillismo. Pérez Jiménez persiguió  a los  líderes de Acción Democrática, Partido Comunista,  algunas personalidades independientes y a un grupo de militares. El resto de la población permanecía pasiva, salvo en los días finales de la dictadura. Los militares que apoyaron a Pérez no participaban en la represión, la cual cual estaba a cargo de la  Seguridad Nacional. Además, pocos militares ocuparon cargos públicos, los ascensos eran limitados y por mérito, salvo alguna que otra excepción. El país progresó y fue polo de atracción de una inmigración positiva, aunque se descuidó la educación y el interior no evolucionó  al ritmo de Caracas. Favoreció  al sector privado y al  crecimiento económico, aunque no fue capaz de promover un  desarrollo sustentable. 

Después de Pérez Jiménez, los cuarenta años de una democracia  bastante  imperfecta, aunque perfectible, influyeron en que la clase media se interesara en política. Ello explica las protestas numerosas y multitudinarias que se iniciaron en el 2001   en contra de las dictaduras de Chávez- Maduro. A medida que se deterioró la situación económica y que colapsaron los servicios públicos, las protestas se nutrieron con ciudadanos de los estratos sociales menos favorecidos. Los asesinatos, torturas, encarcelamientos,   exilio  y agresiones han  sido masivos, abarcado a civiles  de todas las edades,  y a militares de todos los grados, tanto hombres como mujeres. La corrupción ha llegado a niveles muy por encima de la de otras dictaduras.

Desde un principio, el autollamado “proceso revolucionario”, conducido por gente de extrema izquierda resentida,tenía claro que el objetivo era destruir o debilitar al sector privado y controlar la fuente de ingresos y las armas,  es decir a Pdvsa, y  a la Fuerza Armada. A la primera le fue fácil, ya que solo requería designar una directiva sumisa y mediocre, lo cual ocasionó la reacción  de los trabajadores petroleros acostumbrados a la meritocracia y a practicar principios y valores. Destruir a  la Fuerza Armada le tomó más  tiempo.

La primera medida fue lograr que en la nueva Constitución los ascensos a coronel y a general no dependieran del Congreso Nacional, sino del propio Chávez.  Reincorporó a oficiales que estaban  retirados por participar en las asonadas de 1992. Masificó los ascensos  a generales y almirantes sin mérito alguno. Además, creó numerosas empresas dependientes del ministerio de la Defensa y designó a muchos  oficiales en la administración pública. Paralelamente dejó sin cargo y después pasó a retiro a oficiales  no identificados  con  su “proceso“.     

Otra diferencia  entre las dictaduras anteriores y la de Chávez- Maduro es la sumisión a la dictadura cubana de los Castro y el contubernio   con la guerrilla colombiana, Hezbollah y el narcotráfico, además de armar a grupos paramilitares locales mal llamados colectivos. Las repudiables dictaduras anteriores enrumbaron a Venezuela hacia el progreso. La de Chávez-Maduro destruyó al  país y hoy un diez  por ciento de su población está refugiada en países amigos. Seguimos  optimistas. La sociedad civil y la militar  no se han doblegado. Debemos descartar las críticas malintencionadas al presidente (e) Juan Guaidó.

Como (había) en botica: La magistrada Carmen Zuleta de Merchán debería entender que es lamentable, pero explicable, que una mujer se prostituya por necesidad. Más  detestable es que venda su  conciencia por ideología o conveniencia. Ramón Cornieles fue un ciudadano ejemplar y un petrolero de  prestigio. Sus primer grado fue de técnico mecánico. Desde un inicio la industria petrolera identificó  su potencial,  se graduó de ingeniero mecánico  y obtuvo un doctorado en economía de los hidrocarburos.  Experto en refinación,  llegó a ser director de Maraven y se mantuvo activo en Coener. Una pérdida para el país. Ojalá el contundente Informe de la doctora Bachelet sobre las violaciones a los derechos humanos haga moderar  a quienes se aventuran a criticar sin pruebas ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!


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