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sábado, 9 de noviembre de 2019

16 NOVIEMBRE ¿QUÊ HACER? Por: C/A (ARV) Daniele Comisso Urdaneta. Opinión. Venezuela. RECORDANDO ALTAMIRA LXXIX

RESPETUOSOS SALUDOS





RECORDANDO ALTAMIRA LXXIX

¡¡¡ CESE DE LA USURPACIÒN !!!
¡¡¡ GOBIERNO DE TRANSICIÒN !!!
¡¡¡ ELECCIONES LIBRES !!!

16 NOVIEMBRE ¿QUÊ HACER?   
08 noviembre 2019
                                       
...y desaparece del Arauca el nombre de El Miedo y todo volvió a ser Altamira… (Doña Bárbara-R. Gallegos)
Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía (S. Bolívar)
Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila (M. Moreno)

            Estimados compatriotas, me apoyo de nuevo en una frase atribuida a Rómulo Betancourt; “todas las cosas ya han sido dichas, pero como nadie escucha hay que volverlas a decir”.
            Es impresionante como, a estas instancias de la lucha que comenzó “formalmente” el 11 de abril 2002, aún debamos ocupar energía y tiempo en explicarnos y convencernos sobre por qué y para qué hemos luchado y sufrido hasta las más graves consecuencias, los que hemos sido opositores.
            En esta lucha, hemos podido verificar que el comportamiento de tres grupos; el del régimen usurpador: integrantes, militantes, colaboradores, falsos opositores y enchufados en general; el de los ni-ni: que no han tomado partido en la lucha, no necesariamente apoyan al régimen pero tampoco hacen nada para contrarrestarlo, muy probablemente se anexarían a oponerse y confrontarse cuando ellos crean que llegó el momento oportuno para asumir ese rol, y; el de los opositores de siempre que hemos luchado y ratificado nuestra voluntad para desplazar a la tiranía usurpadora por la vía constitucional hasta las últimas consecuencias.
            No es el caso establecer los porcentajes, las encuestas existen y le dan un amplio margen a los opositores (asumamos que allí hay ni-nis).
            Luego de muchas vidas perdidas, un país en ruinas, equivocaciones, altos y bajos, traiciones, logros y avances, el 16 junio 17, se llegó a un punto de inflexión en el cual el soberano ratificó su voluntad y mandato de asumir por vía constitucional las acciones pertinentes al cumplimiento de los artículos constitucionales 5, 328, 330 y 350.
A consecuencia de ese nuevo pacto con el soberano, y a pesar de los falsos opositores, en enero pasado Juan Guaidò como presidente de la AN, se juramentó como presidente encargado y seguidamente juró y tomó juramento a todos, ambos ante la nación y el mundo, para sellar el compromiso total en función de renovar y consolidar fuerzas para el logro de un plan con tres fases: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres y soberanas. Esta manifestación y compromiso público y notorio dio pié a que muchos países y estados demócratas del mundo, al igual que de otras organizaciones, lo reconocieran como Presidente Encargado y lo apoyaran y lo apoyen hasta hoy, a pesar de las graves equivocaciones y erradas asociaciones con las cuales se le vincula.
            Yo pienso que quienes compartimos tal apreciación hacia JG, no es por rechazarlo ni mucho menos por querer que su plan juramentado fracase, no!, es porque, y aquí quiero ser muy claro, los que somos verdaderos opositores interpretamos el juramento como un decreto en el cual simple y definitivamente nos comprometíamos todos y principalmente quien nos juramentó a: establecer y ejecutar todas las acciones pertinentes para lograr, el cese de la usurpación, de forma irreversible, el desalojo de todas las instancias del régimen delincuencial transnacional, la neutralización y sometimiento total de sus fuerzas (propias y aliadas) y cualquier reacción del régimen, hasta lograr el control del poder del estado e instituciones y tranquilizar al país y sus ciudadanos; para seguidamente, legitimar un gobierno de transición, que continúe el proceso de apaciguar al país, inicie el Plan País de reinstitucionalización nacional que propicie y conduzca hacia; las condiciones adecuadas para la convocatoria y realización de Elecciones generales libres y transparentes.
Tal interpretación queda reforzada por la reciente aplicación del artículo constitucional 187, ordinales 3, 4 y 11, con la incorporación al TIAR.
            Es obvio que quienes colaboran con el usurpador, pretenden dar otra interpretación, porque quieren evitar la depuración integral que el plan juramentado implica indefectiblemente.
            No obstante, está claro que nadie ha declinado ni anulado ni eliminado tal juramento, primero porque ya nadie puede hacerlo, y luego porque ese es el plan establecido por el soberano.
Inclusive, en un supuesto negado, así llegasen a modificar el orden de las fases del plan y nos lleven a unas elecciones presidenciales y las lograsen ganar (lo cual descarto), ese nuevo gobierno debe tener bien claro que lo que logró fue anteponer una fase extra al plan original, y su tarea será ardua y complicada porque inmediata e irremediablemente deberá activar las fases establecidas, que los colaboradores del usurpador pensaban eliminar. Deberá activar los mecanismos de apoyo internacional, establecidos para controlar los embates revolucionarios, lograr la total eliminación de la usurpación y su consolidación como gobierno; para luego proceder con una transición que finalice la purificación y reinstitucionalización nacional, y así; finalmente podrá, si sobrevive a tan turbulento periplo, dejar una nación en condiciones de, entonces sí, realizar un siguiente proceso electoral para el surgimiento de la Nueva Venezuela.
Por tanto, estimados compatriotas, ¿qué debemos hacer el 16 N?
Ya sabemos qué va a hacer el usurpador y lo que espera que hagamos los opositores. También sabemos que los ni-nis pues se quedarán en casa evaluando la situación. Por tanto, en mi modesta opinión a los opositores no nos queda otra que salir con todas las fuerzas posibles a exigir fuerte y claro, a todos, el cumplimiento del juramento establecido, no debemos dejar que un vacío estruendoso vuelva a poner palabras e interpretaciones de deseos desviados en las fauces de los perros rabiosos que ladrarán a placer.
Nuestra causa no se reduce a quejarnos o no de los dirigentes incapaces, nuestra causa nos exige salir con fuerza y ratificar ante el mundo la voluntad de que se cumpla el juramento vigente.
Nuestra causa no se limita al próximo 16 N, es de todos los días, es la recuperación de la República de Venezuela, es la misma desde el 11 A 2002, tenemos prohibido olvidar y dejar de luchar.   
                          


Daniele Comisso Urdaneta
3.793.306
CA (ARV)
Jamás arbv