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sábado, 30 de noviembre de 2019

FUERZA AÉREA VENEZOLANA: Anécdota 7. Del Cnel. (Av.) José del Pilar Reyes Prado. Piloto Aviador Militar.




Anécdota 7. Del Cnel. (Av.): José del Pilar Reyes Prado, referida a hechos acontecidos, durante su estada de prestación de servicio, como Piloto Aviador Militar, en el Escuadrón de Transporte No. 1 (Escuadrón T-1), equipado con aviones: C-47). Esta unidad de transporte, era muy solicitada por los aviadores, quienes prestaban servicio, en unidades no de vuelo o asignados a otras entidades, donde no se ejercía tal función. Se refiere este acontecimiento: donde me toco, ser el copiloto de un piloto mucho más antiguo que yo, tanto en tiempo de servicio, como en experiencia como Capitán de Nave, del Escuadrón T-1, pero recientemente incorporado de nuevo a la Unidad. La misión, se refería a un vuelo casual de Proporciona miento de apoyo de transporte, a la Guardia Nacional en Santa Elena de Uairén, la Gran Sabana, que para la época, carecía de ayudas de navegación, pues no había Radio Faro, ni emisoras de Radio de onda corta o de cualquiera otra emisión radio eléctrica que contribuyera como punto guía en la navegación aérea, solo se contaba con la estación de radio comunicación, entre estaciones de control aéreo, para el tráfico de las diferentes aeronaves que circulaban las respectivas aerovías. Aparte de la misión de apoyo, ya mencionada, se había dispuesto, agregar a ese vuelo a Oficiales, con  relativamente, poco tiempo en la unidad (Escuadrón T-1), que no conocían esas rutas. Como mi persona, había, hecho esas diferentes y variadas rutas, desde varios sitios a Santa Elena de Uairén, se me asignó ese vuelo, como conocedor de cualquiera de las rutas de aproximación a ese remoto Aeródromo, o pista de aterrizaje. Existen en nuestro País, lugares y áreas, donde se encuentran algunas localidades, las cuales son difíciles de encontrar o penetrar en ciertas y determinadas épocas del año y horas del día. Entre ellas se pueden mencionar: Aeropuerto de Mérida, en horas de la mañana, siempre está cubierto de nubes hasta las diez o diez y media en días normales, cuando hay mal tiempo es impenetrable. Otro Aeropuerto difícil de penetrar en horas de la mañana es Barquisimeto, normalmente se medio despeja después de las nueve y media de la mañana aproximadamente. De los Aeródromos, o sea sitios de aterrizaje, sin facilidades y difíciles de encontrar; era Santa Elena de Uairén, hasta que construyeron La Pista de La Divina Pastora, en la meseta. En este caso, volábamos de Tumeremos a Santa Elena, los tripulantes y dos observadores de vuelo o de ruta, a saber: Piloto: Capitán: José Serrano López, (ya fallecido), tenía bastante tiempo fuera de la unidad y había estado volando como instructor en la Escuela de Aviación, Copiloto el que suscribe, con experiencia fresca en todo el País y en especial en la zona de Oriente, además con curso de búsqueda y salvamento, recién hecho, egresado del Curso Táctico No. 5. Y el Jefe de Máquina. Los observadores, eran: los subtenientes: Hugo Garaban Ordaz y Juan López Cordero. Debe, aclararse que la Gran Sabana, meteorológicamente hablando, es en general una Área, que exige de los pilotos, mucho conocimiento del terreno y además de un seguimiento del vuelo de gran acuciosidad tanto en los alrededores de la aeronave, sin descuidar las lecturas de los instrumentos; porque  a veces el vuelo es una alternancia de vuelo instrumental, con vuelo visual, en la que se debe conservar la altura prudentemente necesaria para un vuelo seguro y sin sobresaltos de sorpresas por la orografía envuelta  en la ruta. Sucede, que el día de la misión, despegamos desde el Aeródromo  de Tumeremos a eso de las 08:00, más o menos, con la intención de llegar a Santa Elena de Uairén alrededor de las 09:00, la ruta estaba  seminublada y volábamos visual a unos 4500 pies, chequeando todas las referencias, por mi conocidas, el Capitán Serrano López, piloteaba el avión y yo llevaba la navegación, indicándole a los observadores, las referencias más llamativas de la ruta, Norte Sur, sobre la Meseta de La Gran Sabana, con el tiempo cronometrado, esperaba ver, unas salientes de buzamiento de terreno en las cercanías del Aeródromo de Santa Elena, pero no las vi. Santa Elena, había recibido nuestro plan de vuelo, al salir de Tumeremos y entonces llame a Santa Elena, ya que el sitio que buscaba no se podía divisar por lo nublado del terreno y le comunique al Piloto, que estábamos pasado del destino, contesto Santa Elena y haciendo uso de la poca potencia de la estación de radio, tanto para escuchar los aviones como para trasmitirles, pedí al operador de la Radio de Santa Elena que saliera al exterior de su local y me dijera, después si había oído el ruido de nuestro avión, con la plena seguridad, de que para el lugar no había mas trafico que el nuestro y que el ruido, producido por el Avión C-47, para un conocedor, es inconfundible, de inmediato me llamo y me dijo, lo escuche, pero se está alejando, hacia el Sur, increíble la precisión, al asegurar la dirección del sonido,  le di las gracias y le comunique al Capitán Serrano López, que estábamos pasados e íbamos a llevar a cabo una búsqueda por cuadrado creciente, de inmediato le dije: vire a los 90° y mantenga el rumbo por un minuto, yo le aviso. Así se hizo, casi al finalizar el minuto exacto le dije vire a cero grados, Norte franco, Así se hizo y volemos dos minutos, casi a los 115 segundos le dije: vire a los 270° y Así se llevó a cabo, mientras tanto yo buscaba insistentemente las referencias del lugar y llamaba de vez en cuando a la estación, la cual daba su intentensidad de sonido del ruido del Avión. Cuando alcanzábamos, el minuto y 15 segundos, le dije: ya lo encontramos, vamos a sacar el tren. El Capitán me pregunto: ¿Dónde, yo no veo nada?. Le repetí, estoy sacando el tren de aterrizaje, ponga las condiciones para aterrizar y me dijo: procede y me dices, cuando entrar en pierna final, le respondí, siga en pierna base, ya lo va a ver y en efecto a los 20 segundos le indique: es allá. ¿lo ve?, y me respondió, ya lo vi, viro a los 90° y agrego: dame: ¼ de flap y redujo motores para 100 mph y continuo el descenso, solicito full flap, casi sin brisa,  en aproximación final y aterrizamos, la Aeronave felizmente. Estuvimos desde las 09:10 aproximadamente hasta las 10:15, esperando el Jeep de la Guardia Nacional. Inventando, juegos, de niños para mitigar la espera. Lo que sigue fue el regreso y el cumplimiento de la misión, sin más novedad. Hago este recuento, para dar una idea de cómo se navegaba en esos lugares en Venezuela, donde no había ayudas radioeléctricas y donde la meteorología, de la FAV, todavía no contaba con estaciones equipadas, para los pronósticos de ruta, sin embargo, mantenía un Meteorólogo, con todo y familia en Santa Elena de Uairén, que para esta fecha de la anécdota, no se llegaba por vehículos a motor, porque la carretera la estaba construyendo el Ejercito con los batallones de Ingeniería. Gracias a  Dios,  situación hoy superada. Lo cual hacia más valiosa la instrucción practica de conocimientos de búsqueda y salvamento impartida a algunos pilotos, en los cuales me contaba. Debo agregar, que la presencia de los Observadores y la del Piloto, ayudaron a palear el momento crítico de la búsqueda del Sitio y también la espera, en el Aeródromo, todos narrando cuentos de todos colores y muy risibles.  Situación emanada de la improntitud del apoyo de transporte del Aeródromo al Pueblo, que quedaba como a dos y medio kilómetro a pie y a pleno sol, cerca del Ecuador. Al llegar el vehículo, se nos aclaró, que el mismo estaba de regreso de Boa Vista. Haciendo mercado, para el personal. Se nos prestó el apoyo de transporte y la guardia al Avión y fuimos a merendar al Pueblo. Luego, cumplido el propósito del viaje al lugar, regresamos con el consabido: Misión Cumplida. La presencia de ese Jeep de la Guardia Nacional, amerita otra anécdota; pero de algún oficial de esa estimada Fuerza de Cooperación. Contando, como llego allá y por donde.-


Anexo: Anécdota 7