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domingo, 23 de mayo de 2021

UN REQUIEM para despedir a un Ególatra. Por: Rubén Contreras. Información. Opinión. Militarismo. Protesta. Vargas. La Guayra. Venezuela.


UN REQUIEM para despedir a un Ególatra.
Por: Rubén Contreras

Lamentamos que de una manera inesperada se haya ido al Oriente Eterno el gral. Carneiro. No tuvimos ninguna relación y fuimos adversarios políticos e ideológicamente.
Y a pesar de tener mi persona, familiares dentro de las fuerzas armadas, he tenido siempre una animadversión hacia los regímenes y gobiernos dirigidos por militares, debido a que lo poco que he podido estudiar, acerca de esos regímenes, hasta ahora, no se conoce en la historia de la humanidad, alguno que haya realizado una acción benefactora hacia la ciudadanía.
Y está comprobado a lo largo de la historia, que los militares, gobiernan para enriquecerse ellos y sus adeptos.
Eso hizo el difunto general con su familia y los 4 mosqueteros, siguiendo el patrón impuesto por el teniente coronel de Sabaneta, con los cuales inició su gobierno, disfrutó las mieses del poder distribuyéndose los diferentes negocios que le dieron resultados  económicos y alimentaron su ego narcisista  y ratificaron su delirante egolatría por la perpetuidad del poder, al exponer su desmedida ambición contra los designios del usurpador de Miraflores, llenando las paredes y espacios de las vías públicas con una propaganda personal, propia del culto a la personalidad,  asumiendo demagógicamente que el era la figura que encarnaba el gentilicio de la guayreñidad;  con la frase Carneiro es La Guayra; lo cual nos demostró el voraz deseo de imponerse autocráticamente por encima del sentimiento de los Varguenses.
Ahora, quedan las pintas y los adornos florales que construyó a lo largo de la vía principal por donde pasa la reyna, para recordarlo, las cuales fueron realizadas con una inversión millonaria, que en cualquier régimen democrático, sería sometido a estudio por razones de peculado y malversación del erario público, pero como estamos gobernados por una pandilla de narco delincuentes, que se solapan sus fechorías y acciones delincuenciales, quienes se dicen y auto califican como integrantes del poder moral, dejan correr esas aguas por debajo de los puentes y solamente ven la viga en el ojo ajeno.
El caso es que se fue sin despedirse y sin solucionar algunos de los problemas que confrontamos los varguenses en materia de servicios públicos, sin agua, centros de salud en condiciones desastrosas y como muestra tenemos el periférico de Pariata, aguas negras en la mayoría de las calles y avenidas y la basura adornando las calles y recodos que no están a la vista de los visitantes que sólo aprecian la vistosidad de la avenida por donde transita la reina. Otro reflejo de su nefasta gestión es la planta desalinizadora ubicada frente a la Escuela República de Panamá, esta totalmente inoperativa y destruida por el salitre, al igual que la Planta de Tratamiento de Punta Gorda, la cual por la construcción del estadio Forum de La Guayra, sacaron los tubos de 48 pulgadas que debían traer las aguas servidas de las parroquias Naiguatá, Caraballeda y Macuto, por lo también quedo inoperativa.
No hablemos del estado físico de las edificaciones  escolares, porque entonces el Rosario y la letanía, sería interminable.
Otro hecho por el cual recordaremos al finado e infausto general, es por su acción depredadora contra la historia y patrimonio Varguense, al cambiar autocráticamente el nombre del estado y pretender borrar nuestra identidad y arraigo histórico; recordemos que eliminó el busto del fundador Diego de Osorio, al igual que el de Francisco Fajardo quien fue el primer venezolano que llegó este litoral en 1555. Igualmente destruyó la plaza Gual y España, ubicada frente a la prefectura de La Guayra; El Monumento a La Conspiración de Gual y España, inaugurado por el presidente Caldera el 25 de octubre de 1998 en Pachano, convertido ahora en estacionamiento  de la funeraria San José,  la cual según las malas lenguas, es propiedad del Alcalde.
También para continuar su acción depredadora, reformó La Casa de José Maria España, ubicada en la calle San Francisco de La Guayra, utilizando materiales diferentes a los originales y convirtiendo ese Monumento Histórico Nacional en un agradable pero inapropiado y vulgar café gourmet y le colocó el busto de José María España, que había colocado en la plaza construida en la entrada de la urb. La Llanada, la cual inauguró el 28 de febrero de 2012 y colocó en su lugar otro busto, que hasta ahora no hemos identificado.
Quitó el busto de Simón Bolívar ubicado frente a la Escuela Alfredo Machado en Catia La Mar, le quitó el sentido y tradición a la plantica de La Guayra; destruyó el cementerio aborigen ubicado en el playón.
Y si quieren ver como demostró su amor por La Guayra, bastaría ir a La Casa Gupuzcoana, sede del despacho del solio gubernativo para ver el estado de deterioro de ese Monumento Histórico Nacional.
En fin, claro que lo vamos a recordar por imponer a diestra y siniestra la matraca policial con la Ley de Convivencia y también lamentar que se fue sin despedirse a reunirse con el intergaláctico y también con su carnal El Pastor, sin pasar por el baremo crítico y analítico de la sociedad varguense, que muy bien lo juzgará y pondrá en la balanza  las diversas acciones que realizó, y que de seguro servirán para pedirle a la Divina Providencia, que por favor no permita que  los próximos gobernantes para nuestro estado, no sean de tan baja ralea como el finado general.