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sábado, 5 de junio de 2021

LA SOMBRA DE “EL PORTEÑAZO...¨ Por: G/D (Ej.) Oswaldo Sujú Raffo. insurrección. Opinión. Información. Historia. Militar. Venezuela.



LA SOMBRA DE “EL PORTEÑAZO...¨ Por: GD. Oswaldo Sujú Raffo


El 2 de junio se cumplieron 59 años de la  rebelión militar, funestamente conocida como  “El Porteñazo”. En esta importante y estratégica  ciudad, muy ceñida a nuestra Historia, ocurrió el  enfrentamiento armado de mayor envergadura  de los últimos tiempos, solo superada por la  sangrienta batalla que, en sus calles, diera el  general Antonio Paredes en 1899 en defensa del  gobierno de Ignacio Andrade. El caso de “El  Porteñazo” al igual que “El Carupanazo” presentan un denominador  común: La catequización ideológica procomunista de oficiales de  nuestra F.A.N; la presencia de notables lideres del PCV y del MIR  capturados en el sitio de los hechos y una estrategia política en  acuerdos con la subversión rural y urbana, alentada y  logísticamente apoyada por el régimen de La Habana. Describir lo  sucedido en estas 72 horas de terror, nos llevaría muchas páginas,  lo cierto es que no se ha dicho toda la verdad y nadie puede  precisar la cifra exacta de las víctimas. El Batallón de Infantería de  Marina N. 2 fué sublevado por oficiales que tomaron parcialmente  la Base Naval y al Destructor Zulia, anclado en el muelle por  reparación. Fueron detenidos casi la totalidad de la oficialidad y  luego se movilizaron hacia la ciudad para establecer líneas de  defensa, incrementadas por civiles armados y por los guerrilleros  recién liberados del Castillo Libertador. El gobierno reaccionó  rápidamente y antes de que los rebeldes se extendieran fuera del  área de la ciudad, hacia San Felipe, Morón y Las Trincheras según sus planes, entraron en acción conjunta las tropas del Batallón “Carabobo 41”, reforzado por Compañías de fusileros de los  Batallones “Piar 31”, “Girardot 32”, Paracaidistas “Aragua”, una  compaña de tanques AMX-13 del “Bravos de Apure”, una Bateria  de Artillería del “Grupo Salom”, pelotones de la Policía Militar, el  Destafac 55 con unidades del Destafac 57 y el Móvil

Estas unidades de tierra  contarían con el apoyo de  una escuadrilla de bombarderos Camberras,  Vampiros y Sabre Jet F-86  de las Fuerzas Aéreas. Con  instrucciones de dominar  en el menor tiempo posible   la insurrección, evitando la posible propagación a otras  Guarniciones, las fuerzas leales al Gobierno actuaron de manera  enérgica y antes de las 48 horas estaba tomada la ciudad. Esa  pesadilla de horas que debió parecer una eternidad para el pueblo  porteño, puso en evidencia el coraje, solidaridad y espíritu de  sacrificio del venezolano. La actitud del T.F Justo Pastor Fernández  Márquez, quien vestido de sacerdote y acompañado por dos  marineros pudo liberar a los altos oficiales de la Base Naval,  detenidos al comienzo de la insurrección y lograr luego el  apresamiento de los tres lideres de esa conspiración. La valentía de  nuestros soldados, de ambos bandos, por su sacrificio ante la causa  justa y ante el engaño, la reciedumbre de nuestra oficialidad ante la  difícil situación de combate en localidades, la inmolación del  pueblo porteño atrapado entre dos fuegos y ese ejemplo de  abnegación y servicio al prójimo del Monseñor Luis María Padilla,  Capellán de la Base Naval quien, a riesgo de su propia vida, auxilió a los moribundos y les otorgó la absolución. Su imagen en la  masacre de La Alcantarilla, auxiliando al Cabo 2. Pedro Garcés, del  Batallón Piar 21, le dió la vuelta al mundo y ganó el Premio Pulitzer,  foto tomada en el sitio por el arriesgado fotógrafo Héctor Rondón. Así como también, el fotógrafo José Blasco y tantos otros héroes  anónimos, plasmaron en sus cámaras lo dantesco de “El Porteñazo”,  en medio de una constante lluvia de mortíferas balas, en calles sin  luz y bajo un pertinaz aguacero. Solo queda la recordación de un  suceso triste que volvió a repetirse un 4 de febrero y un 27 de  noviembre de 1992, es decir 30 años después.

Lo paradójico de éste capítulo de nuestra Historia, es que quien  motivó este enfrentamiento fraticida en Puerto Cabello, es el  mismo que alimentó y apoyó con milicianos, armas y otros recursos  la subversión rural y urbana de las décadas del 60 y 70, que  ensangrentaron al país y vistió de luto a la familia venezolana. Es el  sátrapa Fidel Castro quien se ha entrometido en las Instituciones  nacionales y quien hoy sustenta su oprobioso régimen, con los  recursos que le regalan  desde Miraflores, su  pupilo y eterno  admirador. La Historia nunca pasa,  siempre está latente como enseñanza de lo  que debe ó no ser. Ya  se debe haber  aprendido la lección, en esta Venezuela tuya, mía y nuestra. La  Patria es primero. Fuera los chulos invasores.  ¡Hasta luego!!

Oswaldo Sujú Raffo. Presidente del IDEFV.

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LA  SOMBRA DE EL PORTEÑAZO