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martes, 4 de enero de 2022

63 años de opresión y desgobierno en Cuba. Por: Dr. Oscar Elías Biscet. Opinión. Ciudadanía. DDHH. Cuba. Fuente: La Nueva Nación.

63 años de opresión y desgobierno en Cuba

por el Dr. Oscar Biscet  | 03 de enero de 2022 12:01 AM
La Habana, Cuba - El SÁBADO marcó 63 años desde la usurpación comunista de Cuba - 63 años de control totalitario sin las trabas de los hermanos Castro, sus secuaces, y sucesores sobre casi todos los aspectos de las vidas de sus sujetos.

El gobierno se refiere al aniversario de su victoria de 1959 como "Triunfo de la revolución" o "Día de la Liberación". Pero esos títulos son profundamente engañosos. La revolución ha sido todo menos un triunfo para mi nación. Y en lugar de liberar al pueblo cubano, el régimen comunista los ha obligado a vivir como prisioneros en una isla prisión.

Las festividades del pasado fin de semana incluyeron los habituales discursos prolijos de los funcionarios del gobierno y las actividades de celebración inducidas por el régimen en las plazas públicas de todo el país. Pero estas expresiones externas de éxito desmienten la realidad de una nación que se está pudriendo por dentro después de décadas de estancamiento económico, subyugación política y desesperación espiritual e intelectual.

A veces se dice que la medida más básica de la salud de una nación es si, cuando se les da la oportunidad, la gente clama por entrar o arriesga sus vidas para escapar de ella. Según ese estándar, Cuba ha sido un fracaso abyecto desde que los comunistas tomaron el poder.

Millones han huido de Cuba desde la revolución, y muchos miles han muerto tratando de hacer el peligroso viaje a Florida a través de traicioneras aguas infestadas de tiburones, a menudo en endebles balsas rústicas.

El éxodo de décadas de Cuba no muestra signos de disminuir. La Guardia Costera de Estados Unidos interceptó a 838 cubanos en el mar en el año fiscal 2021, un gran aumento con respecto a 2020. Desde octubre, otros 410 cubanos han sido interceptados tratando de hacer el viaje de 90 millas hacia una vida mejor en Estados Unidos. Además, decenas de miles de cubanos reciben refugio en los Estados Unidos cada año como refugiados políticos.

Se ven obligados a huir por desesperación, desesperación por dejar atrás un sistema de gobierno que sofoca las oportunidades y reprime el espíritu humano. Y se han impacientado con la idea, perpetuada más recientemente por el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, de que si esperan, las reformas se llevarán a cabo gradualmente.

Los cubanos conocemos la verdadera naturaleza del comunismo. Lo hemos vivido durante todos estos años. Sabemos que no es capaz de crecer ni de mejorar, de reformarse ni de evolucionar. Es irredimible y no se producirá una reforma real hasta que Cuba se libere de ella. Lo que Cuba necesita no es una reforma del viejo modelo comunista, sino un renacimiento hacia una democracia verdaderamente libre.

La desesperación, la desesperanza y el deseo de recuperar nuestra nación de sus captores provocaron las históricas protestas del 11 de julio, cuando miles de cubanos en toda la isla tomaron las calles para reclamar la libertad. Las protestas fueron impulsadas por la creciente conciencia de los cubanos comunes de que solo una Cuba libre puede florecer.

Los funcionarios cubanos y los medios de comunicación estatales culpan al embargo comercial estadounidense de todos los males de la sociedad cubana. Recientemente, Díaz-Canel culpó al embargo, al que se refirió como “genocida”, por las condiciones que llevaron a las protestas del 11 de julio.

Culpar de las privaciones económicas de Cuba al embargo estadounidense también es común entre los progresistas estadounidenses y algunas instituciones internacionales, incluida la Asamblea General de las Naciones Unidas .

Pero dentro de Cuba, la práctica de culpar al embargo se ha convertido en una especie de broma entre la gente común. Si alguien no se presenta a trabajar o llega tarde a una cita, puede decir en broma que el embargo o bloqueo (“el bloqueo”) lo retrasó. En resumen, los cubanos no lo compran.

Una razón es que el embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba tiene muchas excepciones, que incluyen alimentos, medicinas, suministros médicos, productos agrícolas y suministros humanitarios. Y también hay muchas otras excepciones. Por ejemplo, Cuba importó pollo estadounidense por valor de más de 120 millones de dólares en los primeros seis meses de 2021.

Además, Cuba es libre de comerciar con los otros 193 países del mundo y lo hace ampliamente. España e Italia son socios comerciales importantes, y Cuba ha desarrollado fuertes lazos comerciales con los regímenes rebeldes que controlan China, Rusia y Venezuela.

Las sanciones estadounidenses no están causando los problemas de Cuba y, lo que es más importante, no justifican las duras restricciones que imponen las autoridades cubanas a las libertades civiles de los ciudadanos cubanos.

Cuba es pobre no porque Estados Unidos no quiera comerciar con ella, sino porque está encadenada a un modelo económico marxista y un sistema político autoritario que están moralmente en bancarrota; porque es una dictadura que acaba con la libertad de expresión, la libertad política, los derechos humanos y la oportunidad económica; porque es una empresa sin alma cuyo único principio animador es el instinto de control.

El gobierno cubano seguirá señalando el embargo comercial estadounidense como la fuente de sus problemas y exigiendo su levantamiento. Pero sólo cuando se levante el bloqueo interno impuesto al espíritu del pueblo cubano, los problemas que aquejan a nuestra nación comenzarán a desaparecer.

El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana,  Cuba, y puede ser contactado a través de su sitio web: OscarBiscet.com / https://www.oscarbiscet.com/

63 YEARS OF OPPRESSION AND MISRULE IN CUBA

04 Enero 2022

Dr. Oscar Elías Biscet

Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos

Presidente del Proyecto Emilia

Medalla Presidencial de la Libertad

Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet


HAVANA, Cuba — Saturday marked 63 years since the communist usurpation of Cuba — 63 years of unfettered totalitarian control by the Castro brothers, their henchmen, and successors over nearly every aspect of their subjects' lives.

The government refers to the anniversary of its 1959 victory as "Triumph of the revolution" or "Liberation Day." But those titles are deeply misleading. The revolution has been anything but a triumph for my nation. And instead of liberating the Cuban people, the communist regime has forced them to live as prisoners on a prison island.

This past weekend's festivities included the usual long-winded speeches by government officials and regime-induced celebratory activities in public squares across the country. But these outward expressions of success belie the reality of a nation that's rotting on the inside after decades of economic stagnation, political subjugation, and spiritual and intellectual despair.

It is sometimes said that the most basic measurement of a nation's health is whether, when given the opportunity, people clamor to enter it or risk their lives to escape from it. By that standard, Cuba has been an abject failure since the communists took over.

THE MARXIST ROOTS OF CRT

Millions have fled Cuba since the revolution, and many thousands have died trying to make the perilous journey to Florida through treacherous, shark-infested waters, often in flimsy rustic rafts.

The decades long exodus from Cuba shows no signs of abating. The U.S. Coast Guard intercepted 838 Cubans at sea in fiscal 2021, a large increase from 2020. Since October, another 410 Cubans have been intercepted trying to make the 90-mile journey to a better life in the United States. In addition, tens of thousands of Cubans are given sanctuary in the U.S each year as political refugees.

They are driven to flee out of desperation — desperation to leave behind a system of government that stifles opportunity and suppresses the human spirit. And they have grown impatient with the idea, perpetuated most recently by Cuban leader Miguel Diaz-Canel, that if only they wait, reforms will gradually take place.

We Cubans know the true nature of communism. We have lived it for all these years. We know that it is capable of neither growth nor improvement, reform nor evolution. It is irredeemable, and no real reform will occur until Cuba is free of it. What Cuba needs is not reform of the stale communist model but a rebirth into a truly free democracy.

The desperation, hopelessness, and desire to reclaim our nation from its captors prompted the historic protests of July 11, when thousands of Cubans across the island took to the streets to demand freedom. The protests were spurred by the increasing realization of everyday Cubans that only a free Cuba can flourish.

Cuban officials and the state-run media blame the U.S. trade embargo for all the ills of Cuban society. Recently, Diaz-Canel blamed the embargo — which he referred to as "genocidal" — for the conditions that led to the July 11 protests.

Blaming Cuba's economic privations on the U.S embargo is also common among U.S. progressives and some international institutions, including the United Nations General Assembly.

But inside Cuba, the practice of blaming the embargo has become something of a joke among ordinary people. If someone doesn't show up for work or is late to an appointment, he or she may say in jest that the embargo or blockade ("el bloqueo") delayed them. In short, Cubans don't buy it.

One reason is that America's trade embargo against Cuba has many exceptions, including for food, medicine, medical supplies, agricultural goods, and humanitarian supplies. And there are numerous other exceptions as well. For instance, Cuba imported more than $120 million worth of U.S. chicken in the first six months of 2021.

Moreover, Cuba is free to trade with the world's 193 other countries and does so extensively. Spain and Italy are major trade partners, and Cuba has developed strong commercial ties with the rogue regimes that control China, Russia, and Venezuela.

U.S. sanctions are not causing Cuba's problems, and more importantly, they do not justify the harsh constraints that the Cuban authorities impose on the civil liberties of Cuban citizens.

Cuba is poor not because America won't trade with it, but because it is shackled to a Marxist economic model and authoritarian political system that are morally bankrupt; because it is a dictatorship that stamps out free expression, political freedom, human rights, and economic opportunity; because it is a soulless enterprise whose only animating principle is the instinct to control.

The Cuban government will continue to point to the U.S. trade embargo as the source of its problems and to demand that it be lifted. But only when the embargo imposed against the spirit of the Cuban people is lifted will the problems that ail our nation begin to disappear.

Dr. Oscar Elias Biscet is a human rights leader, former prisoner of conscience, and recipient of the Presidential Medal of Freedom. He lives in Havana, Cuba, and can be contacted through his website: OscarBiscet.com.

https://www.washingtonexaminer.com/opinion/op-eds/63-years-of-oppression-and-misrule-in-cuba


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FUENTE: LA NUEVA NACIÓN