FOTO: Imagen REFERENCIAL, por cortesía de Analítica
¿Cronograma electoral impuesto al CNE?
Enrique Meléndez.
A leguas se observa que lo que sucedió en la Asamblea Nacional este lunes 5 con Jorge Rodríguez y compañía no fue sino un batiburrillo, y que sumado todo el capital político, que ostenta cada uno de los candidatos presidenciales, que se dieron cita allí, no llega a 200 mil votos; mientras Nicolás Maduro dice que en esa reunión estuvo el 90% de la representación de los diferentes sectores del país; tomando en cuenta que no sólo participó más de una decena candidatos, sino también gremios empresariales y sindicales, tal y como lo propuso el psiquiatra Rodríguez en una arbitraria decisión, que tomó, de llevar a cabo la respectiva convocatoria para una especie de foro nacional, a los fines de debatir el cronograma electoral, que habrá de regir para las elecciones de 2024; desconociendo, en ese sentido, la potestad del CNE. ¿Una arbitrariedad? Al darse cuenta de su exceso el psiquiatra Rodríguez, una vez que se lo hicieron ver; entonces suavizó los términos y dijo que se trataba sólo de un encuentro de todos los sectores del país, a los fines de fijar dicho cronograma y sugerírselo al ente electoral.
Lo que demuestra que el país es de los Rodríguez; un país que funciona bajo la filosofía del conforme va viniendo, vamos viendo; cuando al final entonces viene el arrebato, y que muchas veces ponen en aprieto a Maduro, como ocurrió con el caso del Referéndum Consultivo del pasado 3 de diciembre; que el psiquiatra Rodríguez concibió como un despropósito, como era el sofocar la onda expansiva, que había suscitado el fenómeno de las primarias del pasado 22 de octubre, en materia de repercusión del liderazgo de María Corina Machado, abanderada de dicho proceso, en donde se impuso en una forma arrolladora; sin darse cuenta el psiquiatra lo que iba a ocurrir dicho aciago día, y es que nadie acudió a ese evento, como bien se sabe; aparte de que suscitaría la reacción de Guyana, que implicaría un momento de tensión; aliviado por el presidente Lula, cuando llamó a ambos presidentes de Guyana y Venezuela, para ponerlos cara a cara; saliendo de allí Maduro con las tablas en la cabeza.
¿Arrebatado el psiquiatra Rodríguez? De nuevo vuelve a pecarlo, si tomamos en cuenta el total desconocimiento, que tuvo con respecto a la figura de la señora Machado; que aventaja por un amplio porcentaje al candidato, que le sigue en las encuestas, esto es, Nicolás Maduro, que no pasa de un dígito en sus números; mientras que la señora Machado ostenta casi un 70% en los suyos, y no se diga con respecto a los otros candidatos, y que se asumen como la auténtica representación de la oposición, más que María Corina. (Señora Presunción, pase adelante con confianza) Ver por ejemplo a Enrique Bertucci proponer fechas, en ese sentido; hablar que el evento electoral podría darse entre septiembre y octubre; que fue el más atinado, en lo que se refiere a lo establecido en la ley electoral; que se debe anunciar para el segundo semestre del año, antes de la entrega del mandato constitucional, una vez electo el nuevo presidente; porque los candidatos más "alacraneados", como se conjuga ahora, solicitaron hasta el mes de mayo; todo, porque no quieren que la bulla, que se ha generado alrededor de la medida, adoptada por el TSJ de inhabilitar a la señora Machado, crezca como una bola de nieve, tanto en el ámbito interno, como en el internacional; de modo que arrastre la más recia voluntad y, al final, se imponga la sensatez, a ese respecto; aparte de que la posible candidatura de Donald Trump en los EEUU que, al parecer, tiende a imponerse, y alzarse el tercio con su jefatura de Estado, los tiene más desesperados, al punto de que al psiquiatra Rodríguez hace días se le fue una palabrota de boca sucia, lanzada hacia los gringos, cargada de mucho desconsuelo; provocada por el hecho, de que EEUU presiona su gobierno, a partir del tema del levantamiento de las sanciones; es decir, la señora Machado y Donald Trump son dos fantasmas, que le pisan los talones a esta gente.
¿Desesperado Maduro? Tuvo que recoger, lo que dijo hace unos días: ganamos estas elecciones por las buenas o por las malas que, unido a la inhabilitación de la señora Machado, habla de un aplastamiento total, y que es lo que nos hace pensar en una bota. Entonces, Maduro inventó que había dicho que por las buenas o por las malas a una posible invasión de los gringos; jamás con respecto a la elección de este año; no obstante, si nos ponemos a ver ya de por sí, con la inhabilitación de la señora Machado, está jugando por las malas; con otra carta debajo de la mesa, y es que busca escoger él mismo el candidato de la oposición; como se lo hicieron ver EEUU y la Unión Europea, y no la ciudadanía, que se manifestó el 22 de octubre pasado a favor de la señora Machado; lo cual es un delito, que comete el psiquiatra Rodríguez al desconocer esa voluntad, como sería el delito de omisión, cargado de soberbia, y no se olvide que este pecado se contempla hasta en el Yo Pecador cristiano: "Confieso … que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión". Obvia un esfuerzo, que tuvo que hacer la señora Machado y la propia ciudadanía venezolana, para llevar a cabo ese proceso de primarias, que concitó una voluntad mayoritaria, y que lo pregona la señora Machado, cuando expresa que el pueblo le otorgó un mandato, y que tiene que cumplir; engreído el psiquiatra Rodríguez, enceguecido por sus ambiciones de poder. Andrés Eloy Blanco en una de sus poesías se vale de la metáfora del perro grande, que le muestra los dientes al perro altanero, y lo acobarda, para ilustrar una situación de freno de abuso de fuerza. He allí lo que significa la señora Machado para esta gente; porque se trata de una persona de poder, como lo fue Hugo Chávez; sólo que éste no sabía para qué lo ambicionaba, como lo reconocía Uslar Pietri; mientras que la señora Machado sí sabe como se puede administrar. Pero lo que más los perturba, es que se trata de una dama, y de la nobleza criolla; de allí que hayan tratado de lincharla sus bandas de terror este jueves en Charallave.
Enrique Melendez Oropeza
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