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domingo, 10 de marzo de 2024

CANGREJO VALENCIANO AL BARRO. Un menú chileno para Venezuela. Por: Ángel Alberto Bellorin. Venezuela.

FOTO: imagen REFERENCIAL, por cortesía de El País

CANGREJO VALENCIANO  AL BARRO. Un  menú  chileno para Venezuela.  Por Ángel Alberto Bellorín.

No tengo idea como se me ocurrió el título de este escrito que, luego de calmar un poco mi indignación, conocer sobre el entierro de Ojeda en Chile y leer la noticia que aquí comparto decido hacer hoy. Lo inicio con la siguiente cita:

"Un entierro que también mezcló dolor, indignación e incertidumbre, porque al cumplirse 17 días del operativo de un comando paramilitar que extrajo a la fuerza de su hogar al teniente venezolano no se ha avanzado en la captura de los asesinos materiales y en la identidad de quienes ordenaron su muerte. Eso sí, la viuda no tiene ninguna duda: "Es un secreto a voces, todo el mundo sabe quién es el culpable... Detrás de esto está el Gobierno de Venezuela". Fin de la cita.

FUENTE: El Mundo.es / La viuda del teniente Ojeda, ejecutado en Chile: "Detrás de esto está el Gobierno de Venezuela". El entierro tuvo lugar el viernes gracias a la solidaridad de varios venezolanos. https://www.elmundo.es/internacional/2024/03/09/65ec91f6e9cf4abc7d8b4587.html

Es necesario dejar constancia de mi opinión sobre  todo el circo socialista  en que las autoridades chilenas han convertido el secuestro y posterior asesinato en la capital de ese país, del joven  militar venezolano Ronald Ojeda.

El Ministerio Chileno  del Interior  con su  viceministro de nombre Manuel Monsalve,  surgió como  actor principal de la trama en los inicios de su puesta en escena.

Este personaje que menciono en mi escrito del 22 de Febrero que titulé "Secuestro o entrega negociada", lo considero involucrado hasta los tuétanos. Por los giros de la trama, se vio obligado  a ceder ese  espacio protagónico  al  fiscal Héctor Barros.

Este es un personaje  que según  su currículo público, muestra muchas credenciales pasadas resolviendo asuntos policiales en Chile, pero que hasta el momento en sus actuaciones en el caso no refleja  firmeza,  veracidad ni confianza.

Es a Héctor Barros a quien se observa en varias declaraciones"embarrando" el caso de tal  forma que casi en forma inmediata  hemos observado a  su superior contradecirlo  y  tratando de "remendar el capote".

Como superior de Barros  me refiero al homólogo de Tareck Saab  en Chile, el Fiscal General, rector del Ministerio Público  chileno  señor Angel Valencia.

En razón de ambos personajes , es necesario afirmar que tanto   Valencia  como  Barros sustituyeron al pronto desgastado Manuel Monsalve,   pretenden imponer un libreto con  clara intención de  desviar la atención sobre la  vinculación política del gobierno chileno con el caso.  En  su actuación, ambos personas  están volviendo un cangrejo el caso del Teniente Ojeda.

A mí modo de analizar el desarrollo de los eventos, aún sin alcanzar la magnitud teatral de nuestro sin par Tarek Saab, podemos observar  como se ha tratado desde el inicio  de evitar involucrar al gobierno como parte  necesaria de los eventos ocurridos. 
Se intenta  hacer construyendo sobre la marcha un improvisado libreto. 

Si se revisa con detenimiento la prensa chilena, al  día siguiente del secuestro, se dejó filtrar solo dos vídeos del pasillo del piso 14 cuando secuestradores con secuestrado se dirigian hacia el ascensor. 

Esa filtración, hecha con alguna desconocida intención, demostraba equipos,  entrenamiento y  profesionalismo del grupo secuestrador.  Eso fue el detalle impactante de lo observado en ese vídeo.

Cuando surgió la versión que  tales secuestradores podían  ser   funcionarios de inteligencia Venezolana actuando directamente en Chile, se les vino el mundo encima a los socios chilenos del Chavismo

 Si se revisan las declaraciones tanto de Manuel Monsalve como todas las notas de prensa alimentadas por el gobierno, se  puede verificar  desde el inicio el esfuerzo mediático del  ejecutivo  chileno para evitar cualquier   matriz de opinión que involucre  la incursión venezolana en ese país, conjuntamente con propaganda  para   también negar  que los secuestradores que eran policías chilenos. Algo demasiado  complicado, desde la racionalidad.

En esa misma línea de acción política, nótese que todas las notas  de prensa del caso,   desde el inicio del evento  aún  señalan la tesis de "falsos funcionarios"," falsos policías" o " secuestradores disfrazados de policías". 

Para ese momento, cuando aún no habían sospechosos, no habían detenidos, ni se podía atribuir autoría,  era  poco profesional y ético descartar al mismo tiempo  las dos tesis evidentes del primer video filtrado. 

El principio lógico de " Tercero excluido" hacia de las suyas.  La evidencia racional era de solo dos posibilidades, o eran expertos  profesionales chilenos o lo eran venezolanos.

 Había que construir rápidamente una tercera versión y vender a la opinión pública  el  entrenamiento militar de alguna  organización criminal para excluir a los funcionarios de ambos gobiernos. 
Presumo que Tareck  Saab, experto conocedor del mítico tren de Aragua brindó su ayuda 

Sin duda alguna, la fiscalía chilena fue entrenada por la fiscalía venezolana y no es de extrañar que para este caso,  se echen sus llamaditas.

La gran diferencia con Venezuela la hace la prensa libre  chilena. Muchos  profesionales que expresan abiertamente, sin miedo a represalias,  las inmensas dudas que, en vez de ser aclaradas  vemos oscurecer . 

Eso ni se sueña aquí en Venezuela cuando el fiscal  Tareck o cualquiera de los capitostes Chavistas hacen ruedas  de prensa con público cautivo,  dónde con impunidad y cinismo   manifiestan sus  grotescas versiones de cualquier cosa, sin preguntas complicadas que los molesten.

Los Tarek sureños, ante su  realidad se aferran al  "secreto sumarial" como única arma  para tratar de contener  que la verdad los arrase. 

Van soltando  por pequeña dosis videos y pastillas de sus presuntas pruebas para  tratar de justificar el libreto creado y cada nuevo elemento para armar su versión. 

Ahora bien, es sabido que la verdad es terca  y, al tratar de ocultarla, siempre intentará salir por cualquiera de las  grietas que  surgen en  argumentos inventados. Allí, en esas  contradicciones absurdas, comienzan a  descubrirse  mentiras y   mentirosos..

Hasta ahora la versión que trata de Imponer el Chavismo chileno es  toda una novela dónde el actor principal es un   indocumentado,  pero que sin tener documentos, ellos  saben y están seguros  que es un menor de edad.

Un desconocido menor de edad es la excusa perfecta  para no  tener que mencionar nombre ni  mostrar rostro. Eso si, todo lo que dice es validado por los fiscales y  transformado en  premisas de su teoría 

 Un  presunto menor que nadie ha visto, no tiene familiares adultos que lo representen  ni abogado que informe sobre  su debida defensa y situación.
Un presunto venezolano   a quien alguien debe conocer en Venezuela y que debe tener doliente.  ¿ Será verdad su existencia?

Al igual que muchos casos venezolanos , a este fantasma lo han convertido en  un testigo  estrella que contradictoriamente, en una  primera versión  lo agarraron merodeando el edificio donde secuestraron al Tte.

En otra versión era  un campanero que capturaron en el sector dónde estaba enterrado el cadáver. 

A continuación la última versión pública manifestada por  el fiscal  Barros en reciente declaraciones a la prensa tras la imputación del misterioso joven. 

Cito:
"La participación de él es en torno al sitio del suceso, en cuanto a prestar cobertura como quedó establecido el día de hoy en la audiencia, posteriormente trasladarse al lugar en el que la víctima y los falsos funcionarios policiales hicieron cambio de vehículo". Fin de la cita.

Volviendo al tema de los "Falsos funcionarios policiales" que  nuevamente se observa en la declaración citada de Barros y convertida en  consigna chilena, hace  apenas un día, con el evidente objetivo de intentar  justificar una misteriosa  huella digital encontrada en el destrozado teléfono del malogrado Teniente Ojeda, el gobierno hizo público otro vídeo.

La nueva gota que saca el gobierno es dentro del ascensor. La versión oficial lo hace tardíamente público con rebuscados esfuerzos para hacer creer que se veía la mano del secuestrador con el teléfono recuperado.
De allí su huella  y su eficiente  identificación del ahora solicitado  que mencionan como el líder del secuestro.

Sin embargo, en ese vídeo sin  audio,  con más claridad que la mano que dejó la huella, se observa  al Teniente Ojeda  serenamente  intercambiando conversación con su captor. 

Con esa otra lectura del vídeo, también se hace evidente  que Ojeda  no opuso resistencia ante un hecho que debía  presumir como una  detención policial. Al ser así, toda  la situación debía aclararse en un debido proceso.

Colocándome en el lugar del teniente Ojeda, si en esa conversación hubiera detectado que mi captor  era venezolano, jamás habría supuesto que era una detención policial,  tenían que  matarme  en el propio ascensor. 

La grabación habría captado una escena  distinta, un Teniente Ojeda tirando  golpes con la cabeza,  dando  patadas, defendiéndose mentando, madre, haciendo ruido, etc.
Un  vídeo en las circunstancias descritas  si sería la  evidencia  de  un secuestro y no una detención policial.

La lógica lleva a concluir que fue la policía chilena la que lo detuvo y lo trasladaron para entregarlo  a otro grupo aún no determinado.

Creo que  ese secuestro tenía que ser grabado para publicitar el hecho y amedrentar a los jóvenes militares. Presumo que algo salió mal con el grupo que lo iba a sacar del país y de allí su ejecución. 

No hay otra explicación para que, a pesar que las autoridades chilenas actuantes tengan en su poder  todos los vídeos, los estén sacando por gotas y editados con sus explicaciones dirigidas a su libreto.

Llama la atención que el  ocultamiento del cadáver,  fue en un sitio más cercano a la residencia del Ojeda que del sitio donde apareció el vehículo utilizado  inicialmente. 

Demasiadas contradicciones para valorar en tan poco espacio. Lo indiscutible es el hecho que están construyendo pruebas absurdas para tapar la complicidad del gobierno chileno.

Caracas 9 de Marzo del 2024.

Coronel Ángel Alberto Bellorín.









Twitter: (X) @chateubrian