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miércoles, 17 de abril de 2024

Horacio Medina. Por: Eddie A. Ramírez S. Venezuela


Es objetable que algunos exdirigentes sindicales hayan emprendido una campaña injusta en contra de Horacio Medina, unos por ignorancia, otros por mala fe, al pensar que CITGO es como pila de agua bendita
Eddie A. Ramírez S. Abr 16, 2024 | Actualizado hace 10 horas

Este Horacio no es poeta como su tocayo Horatius Flaccus. Tampoco es flaco. Mucho menos ha contado con un mecenas como el que permitió al poeta escribir sin premura económica. Por ello, no puede dedicarse al dolce far niente, sino que toda su vida aplica el conocido carpe diem del bardo romano. Aprovechó el día mientras trabajó en Pdvsa y lo sigue aprovechando desde que lo despidieron ilegalmente de nuestra principal empresa. Como todo compatriota que se destaca, Horacio Medina Herrera es objeto de calumnias por parte de grupos tanto de tirios, como de troyanos.

Como quien esto escribe no es de origen petrolero, no conocía a Horacio, ni su brillante trayectoria en la filial Lagoven y, posteriormente, en Pdvsa, la entonces casa matriz. Apenas supe de él después del 26 de febrero del 2002, cuando los 44 más altos ejecutivos de Pdvsa y filiales publicamos el manifiesto ¡Salvaguardemos a Pdvsa!, en el que advertimos a los venezolanos de la intención de Chávez de politizar a la empresa. Horacio, junto con otros trabajadores, tomó la bandera de la meritocracia. Por ser uno de los voceros principales del conflicto, Chávez lo despidió con un pito el 7 de abril de ese año, cuando ocupaba el cargo de Gerente de Estrategia de Negociación.

Cuando los militares regresaron al poder al presidente que había renunciado, Horacio fue reincorporado. Al poco tiempo advirtió que los rojos no perdonarían el atrevimiento de los trabajadores petroleros que se habían opuesto a la politización de Pdvsa. Vendrían represalias y, además, poco a poco impondrían una empresa roja. Ante este panorama, Horacio promovió y creó, en julio 2002, junto con otros compañeros, el sindicato Unapetrol, el cual fue reconocido por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), pero no por el Ministerio del Trabajo.

A raíz del paro cívico del 2 de diciembre del 2002, convocado por la CTV, Fedecámaras y la Coordinadora Democrática que agrupaba a todos los partidos políticos no afectos al oficialismo, al cual nos sumamos por decisión individual, fuimos despedidos unos 23.000 trabajadores. Gracias a la iniciativa de Horacio, la Organización Internacional del Trabajo condenó esos despidos. A pesar de que Unapetrol no convocó ese paro cívico, persiguieron a Horacio Medina Herrera y le dictaron orden de captura junto con otros siete compañeros que tuvieron que salir clandestinamente del país.

Horacio buscó refugio en Estados Unidos. Como la gran mayoría de los exiliados, pasó por muchas dificultades económicas que endurecieron su espíritu de lucha. Durante varios años se dedicó a denunciar los atropellos de los regímenes dictatoriales de Hugo Chávez y de Maduro y aportar ideas para la reconstrucción de nuestra industria petrolera.

Por sus méritos profesionales, en julio del 2020 fue designado por el gobierno interino de Guaidó como director y, en diciembre, como presidente de la junta administradora ad hoc de Pdvsa, cuyo principal activo es el complejo de refinación de CITGO. En ese cargo ha velado para que esta empresa sea manejada por excelentes profesionales ajenos a la actividad política. El éxito ha sido rotundo. Las cifras hablan por sí solas. También ha tenido que lidiar con innumerables demandas contra CITGO, como consecuencia de las ilegales expropiaciones de empresas como Conoco- Phillips, Crystallex y otras, ordenadas por Chávez. Además, con demanda de los portadores de Bonos Pdvsa 2020, ordenados por Maduro y emitidos ilegalmente sin la aprobación de la Asamblea Nacional 2015, con garantía de acciones de CITGO.

La defensa de CITGO ha sido difícil, porque un juez consideró, equivocadamente, que CITGO y Pdvsa no se diferencian. Es importante recalcar que ninguno de los endeudamientos fue para invertir en esa empresa, sino para satisfacer la voracidad del gasto fiscal y la corrupción del gobierno de Maduro. Salvo los Bonos 2020, hay que reconocer que las restantes demandas son justificadas, aunque quien debe responder es la república. Se está en espera de la subasta convocada por el juez de la causa.

Como es conocido, a los trabajadores petroleros despedidos ilegalmente en el 2002-2003 no les cancelaron las prestaciones legales y Pdvsa se apropió del Fondo de Ahorro contributivo, de lo aportado para los planes de jubilación y para adquisición de vivienda. Algunos trabajadores habían retirado durante su vida activa parte de las prestaciones y del Fondo de Ahorros, otros no. Ante las demandas de las empresas y portadores de bonos, dos grupos de trabajadores están intentando demandar a CITGO para recuperar lo que les debe Pdvsa y también como compensación a las violaciones a los derechos humanos.

Aunque esa demanda es compleja, están en su derecho de intentarla y hay que entender que la gran mayoría está en condiciones económicas muy malas. Lo objetable es que algunos exdirigentes sindicales hayan emprendido una campaña injusta en contra de Horacio, unos por ignorancia, otros por mala fe, al pensar que CITGO es como pila de agua bendita que cualquiera puede meter la mano. Decir que Horacio cedió ante las exigencias de las petroleras y tenedores de bonos es una canallada. Ni la directiva de CITGO, ni Horacio pueden desembolsar ni un dólar sin una decisión judicial. Quien diga lo contrario miente. Recientemente, quizá al percatarse de que por vía de los tribunales no es coser y cantar, los promotores también están descalificando a Dinorah Figuera, presidenta de la Asamblea Nacional 2015. Ojalá entiendan que Horacio tiene una gran calidad humana y que quisiera resolver ese problema, pero que tiene las manos atadas.

Como (había) en botica

REMISIÓN: 
De: Eddie Ramirez eddiearamirez@hotmail.com
Date: mar, 16 abr 2024 a la(s) 6:53 a.m.
Subject: ER. Horacio Medina