PAGINAS Y RECORTES

miércoles, 8 de marzo de 2006

CÓDIGO DEL CORAZÓN. Por: Sammy Landaeta Millán.


En Venezuela, las efemérides del Día Internacional de la Mujer se celebran dentro de un ambiente general de protesta. Ellas, como madres, esposas, hermanas, novias y familiares derraman a diario lágrimas de tristeza, de amargura o de contento. La pretendida revolución bolivariana sirve de nefasto marco para acentuar los diversos motivos, que incentivan el derecho a disentir a favor, o en contra el régimen que dirige el usurpador de la Presidencia de la República Hugo Chávez Frías
En el lado opositor observamos que la patria de Simón Bolívar sucumbe a diario como república democrática. Impera y se imponen en ella, los procesos totalitarios y los designios del Comunismo Internacional. La República como institución se desmorona convertida en una madeja política de odios, hambre, miseria y corrupción. En el lado del desgobierno, se reivindica la esencia de una Nación rebautizada como “república bolivariana.” Se incentiva el ensañamiento contra los designios de un denominado Imperio de los Estados Unidos. Se satisfacen las ansias de dominación de Fidel Castro Ruz y se rinde culto a la personalidad de un líder revolucionario, llamado: Hugo Chávez.
Condenamos con tristeza que se pretenda colocar una barrera insalvable de antagonismos entre los venezolanos, porque la patria es una sola. Criticamos que los “hombres revolucionarios” no se conformen con el uso discrecional de los dineros públicos de la Empresa Pdvsa para “promocionar” el carnaval en Brasil. No aprobamos que se celebre la victoria de una grotesca imagen del Libertador, desfilando en medio de una ambiente de lujuria y denunciamos que no saciaron su sed de nacionalismo de izquierda con la utilización de los colores de la Bandera Nacional en las alas de individuos danzantes, en el sambódromo de Río de Janeiro, porque los hechos lo confirman.
Anoche, la Asamblea Nacional, ilegitima, monocolor y bufa, que responde exclusivamente a los deseos e intereses del autócrata de turno, aprobó en segunda discusión la modificación de la ley de los símbolos patrios. Al Escudo Nacional, se le incorpora la inscripción “bolivariana,” se le modifican los aspectos históricos de sus cuarteles y el indómito caballo que honra la gesta emancipadora se le corrige el sentido, en la dirección de su carrera. Antes se dirigía a la derecha. Ahora lo hace hacia la izquierda. ¿Qué mensaje se nos quiere dar a los venezolanos?
A la Bandera Nacional, se le incorpora una estrella más, para supuestamente honrar la provincia de Guayana en las luchas independentistas. Pero se obvia el reconocimiento a las provincias de Coro y Maracaibo. Todo esto a espaldas de un pueblo que se resiste, se siente, pero no se amilana. En esta época "robolucionaria" donde Simón Bolívar, se desplaza en tren, gana una gran batalla carnestolenda y su nombre se apresta a viajar a las estrellas en un “cohete revolucionario," no nos queda otra alternativa que levantar una vez más la voz de protesta, y mantener una férrea acción y posición de lucha.
Ante los desmanes y las arbitrariedades del régimen de bandidos, los militares retirados a veces, resultamos agredidos verbalmente. Se nos pregunta inquisitivamente: ¿Qué hacen la FAN ante esto? ¿Que piensan de estos desmanes? y ¿Cual es su posición? Por supuesto, no sabemos responder. Vemos que en el régimen de turno, los generales y almirantes sirven de guardaespaldas de los tenientes. La tristeza nos embarga pero no nos detiene. La rabia nos agobia, pero no nos desequilibra y la impotencia nos toca, en lo más intimo del corazón, pero no nos hace rendir. Diversas personalidades e instituciones, han solicitado la opinión de la Academia Nacional de la Historia, ante el ultraje de la patria. Hoy recurrimos y dirigimos la acción a sensibilizar la voz de la Fuerza Armada Nacional transcribiéndole el texto del CÓDIGO DE ÉTICA de las FUERZAS ARMADAS DE VENEZUELA:
I - Seré responsable, en todo momento por mis actos u omisiones en los cuales incurra directamente o como consecuencia de mis funciones.
II - Estudiaré con ahínco para lograr el perfeccionamiento militar, así como una mejor educación ciudadana.
III - Seré justo en el trato con mis subalternos y no les ordenare nada que atente contra su dignidad e integridad moral.
IV - Seré honesto en todos los actos de mi vida profesional y privada.
V - Contribuiré con el perfeccionamiento y desarrollo de las Fuerzas Armadas Nacionales. No emitiré juicios ni ejecutaré acciones que desdigan de su prestigio y Majestad.
VI - Cumpliré y haré cumplir la disciplina, la subordinación y la exactitud en el deber Militar.
VII - Profesaré, practicare y enseñaré permanentemente la doctrina del Libertador, Simón Bolívar, Padre de la Patria.
VIII - La verdad será la guía permanente de todas las acciones de mi vida.
IX - Amaré a Dios. A mi patria y a mi familia; serán mis valores supremos, les dedicaré mis mejores esfuerzos y lucharé por ellos hasta la muerte si fuese necesario.
X - Seré permanentemente defensor de nuestra Soberanía, integridad Territorial, de la Constitucional y las leyes de la República.
Una vez más, con profundo sentir venezolano rechazamos la práctica anti ética de exhibir la imagen de un muñeco que pretende representar a Simón Bolívar, el Libertador, portando un corazón en la mano. Hoy con verdadero dolor en el corazón de la Nación, condenamos el ultraje vil de la historia, consumado en la modificación de los símbolos patrios.
Finalmente, dedicamos estas líneas en honor al arraigo y la trascendencia de todas las mujeres del mundo y en especial a la valentía de la mujer venezolana, en el Día Internacional de la Mujer. Persuadidos estamos que en los momentos aciagos que vive el país, la mujer venezolana, es un hito inquebrantable de espíritu de lucha, que nos impulsa a mantener un código en el corazón, para detectar, identificar, conocer y señalar donde están los verdaderos traidores a la patria. ¡La FAN tiene el derecho de palabra!
Cita: “La traición es demasiado vil para que entre en el corazón de un gran hombre”
Simón Bolívar
Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán
Caracas, 8 de Marzo de 2006