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sábado, 25 de febrero de 2006

SOBERANIA AEREA. Por: Sammy Landaeta Millán.

¿IMPERIALISMO O REVOLUCION?
El Concepto de SOBERANÍA tradicionalmente ha constituido un pilar fundamental para el desenvolvimiento de la actividad aeronáutica en el ámbito mundial. La aeronavegación ó navegación aérea planteo la condición jurídica de reglamentar la utilización del espacio aéreo para fines comerciales en los años finales de la I y II Guerra Mundial. La convención de Paris de 1919 y la Convención de Chicago de 1944 declararon enfáticamente que “las altas partes contratantes reconocen que toda potencia tiene la soberanía completa y exclusiva sobre el espacio atmosférico situado por encima de sus territorios.”
De allí en adelante, la explotación de líneas aéreas por entes particulares se convierte en una cuestión de Estado, no solamente porque abanderan sus aeronaves, sino porque su operación esta amparada por el convenio de Chicago, reglamentada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y sustentada por cinco Libertades del Aire:
Primera: Derecho a volar sobre uno o varios países miembros del convenio, sin aterrizar.
Segunda: Derecho a efectuar aterrizajes por razones técnicas, en países miembros del convenio, pero con fines no comerciales. Es útil para escalas de emergencia y para reabastecimiento de combustible.
Tercera: Derecho a transportar carga comercial, correo y pasajeros desde el país base de la compañía al territorio de otro país miembro del convenio.
Cuarta: Derecho de transportar carga comercial, correo y pasajeros desde el territorio de un país miembro del convenio al país base de la compañía.
Quinta: Derecho a aterrizar, recoger y despachar carga comercial en cualquier punto de aterrizaje, en vuelos entre tres o más países miembros del convenio. Virtualmente garantiza la libertad total del vuelo.
En materia de aviación comercial entre Estados Unidos y Venezuela se han escenificado diversos incidentes que preocupan y advierten que de no aplicarse los criterios de reciprocidad en la explotación de las rutas aéreas, habrá muchos problemas, porque desde el desgobierno revolucionario, la actividad aeronáutica comercial, general o militar se pregona como punto de honor, de la soberanía del Estado Venezolano.
Como antecedentes podemos indicar, que desde Noviembre de 1995, la Federal Aviation Administration (FAA) organismo encargado de controlar y regular la actividad aeronáutica dentro de los Estados Unidos, desertificó a Venezuela relegándola a la categoría 2 y prohibió la entrada de aeronaves venezolanas para operar en su territorio por razones de seguridad aeronáutica. Recordemos que el presidente Hugo Chávez Frías en las primeras semanas de asumir el poder hace siete años, detuvo e impidió todos los futuros sobrevuelo de detección de transporte de drogas por parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y en Enero del 2002 el Departamento de Estado de los Estados Unidos declaró que Venezuela había pasado de centro de dinero procedente del narcotráfico y puente de embarque de drogas, a productor de drogas.
Parecería que hubiese una carrera por demostrar quien incide más daño sobre el otro ó Chávez sobre el imperio, o George Bush sobre la revolución. Esta semana observamos que tres líneas aéreas norteamericanas son señaladas en una resolución del Instituto Nacional de Aviación Civil (INAC) para la suspensión y el cese de sus actividades comerciales. El departamento de Estado calificó la acción como violatoria, unilateral e injustificada. Las razones que motivaron la acción desde el gobierno revolucionario, aunque la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV) asuma que “no reviste carácter político” todo indica que en la medida hay una forma de "retaliación política" para forzar una salida donde Venezuela resulte recertificada a la Categoría 1. Inferimos que la medida de presión persigue ese fin desde el seno del pretendido proceso revolucionario hacia el denominado, imperio norteamericano.
Estamos consientes que las condiciones de operación de apenas dos líneas aéreas de Venezuela con tripulaciones norteamericanas y el descenso del traslado de pasajeros por explotadores de rutas hacia los Estado Unidos, por Empresas Venezolanas es casi nulo. No es menos cierto que la medida apresurada y violatoria asumida por el gobierno revolucionario con total inobservancia de los convenios internacionales, nos demuestra que ha sido peor el remedio que la enfermedad.
La cuestión se agrava con la situación que ha causado el deterioro del viaducto Caracas, La Guaira en el Estado Vargas, sede del Aeropuerto Internacional de Maiquetía. Sin tomar en cuenta que, la resultante de esta nueva acción revolucionaria, ocasionaría el cese de funciones de personas que trabajan en empleos directos e indirectos en la actividad aeronáutica, así como la afectación de la actividad general y comercial de diferentes industrias en el país.
Por otra parte, el traslado de pasajeros y el daño patrimonial para Venezuela seria incalculable, así como la incomodidad de los pasajeros que viajen desde Venezuela hacia los Estados Unidos y viceversa. En síntesis, la actividad comercial beneficiaria a otros Estados porque los pasajeros venezolanos procedentes de Estados Unidos vendrían a destinos tales como Aruba, Bonaire y Curazao, Colombia, Trinidad y Tobago Grenada, Brasil y quizás Cuba.
La violación flagrante de las Libertades Aéreas y las normas y procedimientos de la OACI podrían conocer a futuro sanciones internacionales contra Venezuela. Los titulares de los entes que defienden “la soberanía del pueblo” como elemento político, causan perjuicio en los acuerdos internacionales pretéritos, en desmedro de la utilidad publica. La prestación de un servicio, aunque no sea óptimo, que hoy tratan de ponerle punto final, esgrimen injustificadas posiciones políticas en defensa de una “supuesta soberanía” que el mismo régimen de Hugo Chávez Frías, ha mancillado y vulnerado para satisfacer las necesidades revolucionarias en contra del supuesto imperialismo.
Con la resolución del INAC, cometen un craso error en perjuicio de la actividad aeronáutica comercial venezolana, que están en el deber de enmendarlo inmediatamente.
No son situaciones de soberanía, imperialismo o revolución, sino netamente de justicia.
Cita: “La soberanía del pueblo no es ilimitada, porque la justicia es su base y la utilidad perfecta le pone el termino”
Simón Bolívar
Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán
Caracas, 25 de Febrero de 2006