PAGINAS Y RECORTES

viernes, 11 de enero de 2008

RUTACA Y EMMANUEL Por: Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán. Opinión. Venezuela.


RUTACA  Y EMMANUEL. 
Por: Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán

Ante las dificultades por la culminación de la Operación EMMANUEL y su solapamiento con la promulgación de un Decreto de Amnistía, discriminatoria y excluyente, no podemos permanecer en silencio, porque el que calla otorga. Por eso hoy relatamos aspectos relacionados con el secuestro, la liberación de los pasajeros y la entrega del avión de la Empresa RUTACA, por parte de la República de Colombia. 
En día 15 de Junio de 1992 el Centro de Control de Maiquetía declara en DETRESFA a la aeronave Embraer 110 matrícula YV-245-C de la Empresa Rutas Aéreas C.A. (RUTACA) en el cual viajaban 2 tripulantes y 12 pasajeros. La referida aeronave desapareció mientras cubría la ruta comercial Anaco - Maiquetía y la División de Búsqueda y Salvamento del Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC) de Venezuela a nuestro cargo; inició la búsqueda utilizando medios oficiales y privados que cuantificaron 148.3 horas de misiones SAR al sobrevolar un área aproximada de 18.397,3 millas náuticas cuadradas. Cumplidos 15 días de la DETRESFA declarada, se suspendieron las operaciones aéreas, manteniendo el estatus del caso abierto y la fase de búsqueda en “intermitente operativa” orientada a una posible “interferencia ilícita.”
Luego, la aeronave apareció en Colombia cuando presuntamente pretendían trasladar 1.500 Kg de Cocaína y fueron rescatados sus tripulantes y pasajeros. Al principio hubo confusión, porque días antes se encontró otra aeronave secuestrada, en la hermana república. Tuvimos un punto a nuestro favor, porque habíamos asistido a una reunión binacional en Cartagena de Indias, bajo la dirección del Dr. Ulises Hernández del MTC. Allí suscribimos un acuerdo bilateral en Control de Tránsito Aéreo (ATS) Búsqueda y Salvamento (SAR) y Comunicaciones Aeronáuticas (COM) y en el evento; los altos comisionados reafirmaron el concepto de “cooperación entre los Estados” en caso de interferencia ilícita, acorde con el Anexo 12 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) relativo a SAR y llegaba el momento de invocarlo. 
Nos comunicamos con la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) y previa autenticación de funcionarios; convenio en mano, se nos indicó el sitio y los teléfonos de la Séptima División de Infantería del Ejército con sede en Villavicencio, unidad militar donde habían sido trasladados los venezolanos secuestrados. Establecida la comunicación y previa conversación con el profesional jefe del servicio de guardia nocturna, solicitamos hablar con la señora Inés Yaguramay, secretaria ejecutiva del Despacho de la División de Aeronáutica Civil de Venezuela, quien se encontraba entre los pasajeros secuestrados. Mediante este contacto telefónico logramos confirmar la supervivencia de los secuestrados y así lo expusimos ante la prensa, el día siguiente. 
Fuimos comisionados por el Dr. Fernando Martínez Mottola, Ministro de Transporte y Comunicaciones y el G/B (AV) Tulio Prado Fernández, Director General Sectorial de Transporte Aéreo, para viajar con el Capitán (AC) Eugenio Molina Anaya, vicepresidente de la empresa Rutaca a Bogotá – Colombia y previa autenticación de los documentos, por el Consulado de Colombia en Venezuela, viajamos a la referida ciudad para trasladar a los secuestrados a Caracas. La noche que arribamos a la capital colombiana fuimos al DAS y al Hotel que albergó a los secuestrados una vez trasladados a esa ciudad; pero sus nombres no aparecían, en el registro de huéspedes. 
Los organismos de seguridad confirmaron la ubicación de los venezolanos en el Hotel. Tocamos a la puerta de una habitación y se nos preguntó: ¿Quién es? Contestamos: Somos el teniente coronel, Sammy Landaeta de la Fuerza Aérea Venezolana y el Capitán Eugenio Molina de la Empresa RUTACA. Abrieron, nos abrazamos, lloramos y escuchamos sus testimonios al pretender actuar contra sus captores. Participamos del relato del niño de 8 años Ismael Barrios Yaguaramay y referían como el piloto fue forzado a aterrizar en terrenos no preparados, con su carga humana de secuestrados y secuestradores, porque el avión se apagó varias veces, por falta de combustible. 
Regresamos en una avión de SERVIVENSA, donde casualmente viajaba el dueño de la Compañía Henry Lord Boulton a quien le informamos que por necesidades de Estado, debíamos retardar el vuelo en 30 minutos, para esperar que llegasen los últimos secuestrados que rendían declaraciones en el DAS y se les otorgaba un permiso de salida provisional por el aeropuerto internacional. Utilizamos la puerta de la Interpol para agilizar el acceso al avión y al llegar a Venezuela fuimos recibidos por el Ministro Martínez Móttola, el general Tulio Prado Fernández, una concentración de familiares, amigos, funcionarios y un gran despliegue de prensa, radio y televisión. 
Pocos días después regresamos a Colombia y previa inspección del avión por parte de la Dirección de Aeronáutica Civil, obtuvimos el permiso de aeronavegabilidad y su entrega por el Ejército. Luego por disposición de la Fiscal 134, el Avión 245-C fue entregado a nuestra persona y nos trasladarnos en él a Venezuela, desde Villavicencio. Al actuar como representante del Estado venezolano ante el Estado Colombiano dispusimos entregar el avión a sus legítimos dueños en un hangar de la compañía en Ciudad Bolívar Estado Bolívar. Poco después fuimos amenazado, por haberle “tumbado el negocio” a los buscadores de aeronaves. 
Elevamos nuestros más sinceros votos por el logro de la LIBERTAD a los venezolanos y colombianos que hasta el presente se encuentran secuestrados por la FARC en la República de Colombia. Al hacerlo rendimos nuestro humilde reconocimiento al Cap. (AC) Carlos Luís Justiniano al copiloto Walid Nasser protagonistas del caso Rutaca. Recordamos al cantante Oscar Santana, al señor Orlando Gordon y al joven Ludwing Narváez cuyos padres Luís y Carmen nos enviaron una carta de reconocimiento y agradecimiento a los funcionarios SAR, por las labores que facilitaron su regreso. 
En el proceso de liberación actúo el Ejercito, el DAS de Colombia y un funcionario de la DISIP de apellido Iglesias, en coordinación con el Embajador Fernando Gerbasi, con quien conversamos telefónicamente por lo urgente del caso y nos brindó todo su apoyo. No hubo negociación con guerrilleros ó terroristas. El Presidente de la República de Venezuela, no se doblegó ante los captores y tampoco se mostró complaciente con la acción ASESINA de grupos irregulares. No hubo despliegue de medios aéreos terrestres y publicitarios que ocasionaran gastos excesivos del Patrimonio Nacional y no existió protagonismo diplomático, político, empresarial, civil ó militar. 
Dios intervino por los SECUESTRADOS y oriento las acciones de quienes humildemente laboramos en Venezuela y Colombia para conseguir el objetivo de regresarlos sanos y salvos. Hoy Hugo Chávez Frías pretender ser el único, el defensor y salvador de connacionales de otros países en un abierto gesto de humanidad, desecha abogar por los secuestrados de su país y no repara en antecedentes. Trata de relegar al Gobierno y al Estado Colombiano en esa materia. Pero el gesto diplomático, militar, judicial, de seguridad y de gestión pública ante el regreso de los tripulantes, pasajeros y el propio avión de RUTACA, sirven de ejemplo histórico. 
Indudablemente que si Hugo Chávez Frías defiende a las Guerrillas de la FARC no cabe duda que sigue manteniendo un disfraz humanitario o en el fondo, se siente como uno de ellos. A él le indicamos que en la Dirección de Aeronáutica Civil de Colombia conocimos al piloto de la aeronave que había sido secuestrado un mes antes que el avión de Rutaca. Allí supimos de la muerte de tres militares del Ejército Colombiano; el grupo irregular los torturó, les quemó los ojos con un ácido y los dejaron ciegos deambulado a su suerte, en la espesa selva colombiana, antes de asesinarlos. 
Ante las dificultades por la culminación de la “Operación Emmanuel” y la presión ciudadana por la promulgación de una Ley de Amnistía sometida a la Asamblea Nacional sin ser sancionada en el periodo anterior; “el humanitario” decretó una Amnistía discriminatoria y excluyente, por temor a un nuevo referendo. Aunque presuntamente la medida nos alcance, nos mantenemos a la expectativa, ya que fuimos DAÑADOS al ser señalados como firmantes de un Decreto inconstitucional, que en su texto no conocimos ni suscribimos, por obra de los revanchistas del desgobierno. Luego, resultamos incluidos en la nomina de un APARTHEID jurídico, de la misma forma, que hoy se nos trata de BENEFICIAR. 
Al relatar el caso del Secuestro de RUTACA reafirmamos nuestro rechazo a ese flagelo. Apostamos por el éxito final y la liberación de las personas incluidas en la Operación EMMANUEL. No obstante seguiremos luchando para evitar la consolidación del Castro Comunismo en Venezuela y continuaremos denunciando los aspectos que permitan evitar, que un ORATE con sus diversos escándalos; mantenga a nuestro país en ascuas y trate de lesionar la integridad del Estado, de la hermana República de Colombia. 

Cita: “El que hace una vez un escándalo tiene que ser castigado para que no le siga otro.” 
Simón Bolívar 



Coronel (AV) Sammy Landaeta Millán  
Caracas, 11 de Enero de 2008.

IMAGEN SUPERIOR: Reg: YV-245C fotos. Aeronave: Embraer EMB-110P1 Bandeirante. Aerolínea: Rutaca Airlines.  Número de serie: 110325. 


IMAGEN INFERIOR: Revista Semana . La mirada de Emmanuel https://www.semana.com/nacion/articulo/la-mirada-emmanuel/90311-3/