PAGINAS Y RECORTES

martes, 29 de septiembre de 2009

También es conmigo / Por: Paciano Padrón

Paciano Padrón

También es conmigo

Los males del régimen llegan a todos. También la cosa es conmigo, podemos decir hoy cada uno de los venezolanos, incluso quienes constituyen la nueva minoría, los que siguen viendo en Chávez un justiciero. Ellos también son víctimas del atropello de quien se cree único poseedor de la verdad; son igualmente víctimas del hampa suelta, de la economía eschoretada, de la corrupción y descomposición social. No obstante, no son pocos los venezolanos que se hacen los ciegos y los sordos, permitiendo así el aumento del mal colectivo y, por supuesto, también el de ellos. Igualmente, hay ciegos y sordos voluntarios en el extranjero, gobiernos aprovechadores y sanguijuelas, pegados a la petrochequera.

También es conmigo. No debo conformarme con lo que estoy haciendo. El momento exige más de mí. Tengo que arriesgar más, para salvar más. También es contigo. No te salvarás si ahora no haces tu parte. Indefectiblemente el tiempo de cada quien llegará. Es cómodo y erróneo pensar, yo no puedo hacer nada, que salgan los políticos, que arriesguen otros. Todos podemos y debemos hacer algo. ¿Qué tal hablar con familiares, amigos y vecinos para crear conciencia y motivarlos a hacer su parte? Cada venezolano ganado pa’cá, es uno menos pa’llá. Que cada uno de nosotros haga su parte, significa ponerle fin a la pesadilla, a esta extendida década perdida.


No ignoro la ola de robos y asesinatos, ante ella no puedo pensar que la cosa no es conmigo, que son otros las víctimas. Cuando Chávez se reúne en Margarita con el más sanguinario y asesino de los Presidentes actuales, con el dictador vitalicio de Zimbabwe, y dice públicamente en la Cumbre África-América que el “pobre Mugabe” es víctima de campañas de opinión adversas, y anuncia su simpatía por quien ya recibió de sus manos una réplica de la espada libertadora de Bolívar, nos está indicando cuál es el camino de horror que nos espera. No puedo ver y callar ante los amigos de Chávez que estuvieron concentrados en Margarita, a cuya cabeza se encuentra Gaddafi, genocida y cruel dictador. No puedo ver y callar. No puedo creer que no sea conmigo.


Cuando a Eduardo Gómez Sigala el gobierno le invade su finca, destruye dieciocho hectáreas de siembra de caña, pinta de rojo la empalizada y se roba el fruto de su trabajo, no puedo pensar que mala suerte tuvo el Dr. Gómez Sigala. Es la misma mala suerte que han tenido más de 600 fincas productivas arrebatadas en los últimos cinco años a sus propietarios; es también la misma mala suerte de fábricas y empresas productivas que, nacionalizadas a juro, expropiadas sin los trámites legales, u oficialmente robadas, pasan luego a convertirse en empresas parásitas del Fisco. Buenas para nada. La producción de carne, leche y caña de azúcar retrocedió, mientras aumentan las importaciones. La producción manufacturera cayó 10,25 % en el último semestre. Eso se traduce en desempleo y hambre. No puedo pensar que no es conmigo. Tengo que hacer más.


Las libertades políticas sufren su más grave golpe de los últimos 50 años: el régimen criminaliza la protesta, cercena el derecho a manifestar, limita la libertad de expresión, cierra radios y televisoras, persigue a periodistas, políticos, estudiantes y trabajadores comprometidos con la democracia ¿Puedo decir que no es conmigo?

La calle es, desde hace tiempo, el escenario de nuestras luchas. A ellas hemos ido, no podemos suponer que allí hicimos todo lo que correspondía. Muchas veces más tenemos que hacer escuchar nuestra voz en la calle. Debemos ser creativos y manifestar de distintas maneras, de forma tal que quede claramente expresado el rechazo al atropello. Motoricemos el cambio. De la combatividad general, del compromiso personal de cada quien, depende la salida de la situación actual. Es conmigo. Es contigo. A la calle.


PACIANO PADRÓN

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