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martes, 10 de noviembre de 2009

EL VERDADERO AMBIENTE MILITAR ES DE GUERRA / Patricia Poleo


*****El verdadero ambiente militar es de guerra y conflictos internos mientras Hugo Chávez no para de hablar de guerra contra Colombia y el Imperio. Hugo Chávez habla insistentemente de guerra contra Colombia y contra el Imperio, mientras la guerra interna en la Fuerza Armada Nacional no termina de resolverse. 
La primera gran razón de conflicto deriva de la controversia permanente entre los oficiales que se dicen “revolucionarios” y los que se consideran “institucionalistas”. Muchos de estos últimos han sido enviados a sus casas, relegados del cargo o destinados a cargos administrativos sin importancia, pero representan el profesionalismo dentro de la FANB y tienen una carrera que los hace relativamente influyentes. Se mantienen dentro de la FANB en espera de un cambio que los catapulte a su posición de orden de mérito real y ejercer la justicia depurando a los componentes de los “aprovechadores y corruptos oficiales bolivarianos”.
El segundo nivel de resistencia es derivado del choque entre los oficiales cubanos y oficiales de la FANB de muy alta jerarquía que no toman decisiones a menos que tengan el respaldo de sus jefes cubanos para obtener la legitimidad “revolucionaria” de sus actos. Esta situación provoca una discordia y furia contenida que se manifiesta solo en las reuniones privadas, siendo que los cubanos se burlan de los oficiales venezolanos.
Lo mismo está ocurriendo entre los oficiales generales y los oficiales superiores. Los primeros exigen a los segundos mantener las unidades operativas sin el presupuesto justo, con todo y la burocracia que genera el SIGECOF (Sistema de Gestión y Control Fiscal). Anteriormente los comandantes de unidades recibían un cheque de la Comandancia General del Ejército, y lo depositaban en la cuenta de la unidad para mantenerla operativamente. Ahora, desde hace cuatro años, los comandantes tienen que hacer el pedido a los proveedores, estos entregan una factura al Comandante del batallón, este prepara un expediente completo, lo envía a Caracas y en la capital pasa por un proceso de evaluación para aprobar los recursos y se lo depositan directamente al proveedor, una vez que éste tiene los recursos es que le entrega el material a los comandantes. Ese proceso puede durar tres meses, y es para obtener material de oficina, de limpieza, etc, que mientras tanto eso es costeado por los profesionales y los soldados. Se volvió así a la vieja práctica de que los oficiales tienen que usar sus computadores personales, equipos, impresoras, tinta y material de oficina para tener las unidades administrativamente operativas, de igual forma, para el mantenimiento de los dormitorios, donde se les exige a las tropas llevar cera, desinfectante y otros artículos de limpieza.
La sensación es que sigue vigente la Fuerza Armada del siglo 19, limpiando el piso con “trapito de pulir” y martillando a los subalternos para mantenerse operativos.
La tercera gran razón de confrontación,  deriva del conflicto entre oficiales y tropas profesionales de carrera. Por un lado, las milicias y los cuerpos de combatientes se han convertido en fuente de tensión permanente, lo que ha dado lugar a peligrosas situaciones como la ocurrida esta semana, en la que los milicianos de la Guardia Nacional se resistían a reprimir manifestaciones o a la gente que hace su cola en Mercal. Unido a ello surge el enfrentamiento entre los oficiales técnicos y los oficiales de carrera. Las tensiones no han bajado sobre todo en la Armada y la Aviación donde los cargos técnicos de mantenimiento y plataforma de servicios están abandonados puesto que el escalafón no contempla oficiales en cargos de mecánica o servicios lo cual deja sin operatividad esta área vital para el sostenimiento de los sistemas de armas… “mucho jefe y poco indio”.
El cuarto nivel resulta de la pugna entre los beneficiarios de puestos, bonos y regalías por estar de parte del gobierno bolivariano, trabajando en cargos públicos, los cuales se han convertido en una casta. Ocupan los primeros lugares de sus promociones, no poseen el mismo nivel de presión laboral, obtienen doble beneficios, los derivados de su condición militar además de la dieta de la administración pública y los beneficios adicionales de esta última. Los profesionales militares reciben un sueldo devaluado, este año no ha habido aumento de sueldos, salarios ni beneficios alguno, sólo mayor volumen de trabajo, lo que interpretan algunos como la forma de presionar del presidente Chávez para medir el nivel de aguante y la capacidad de resistencia de los últimos institucionales militares. Esto con la idea de completar la depuración y proceder a imponer las milicias como columna vertebral del modelo político socialista.
Fuente: Factores de Poder