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martes, 15 de diciembre de 2009

Venezuela: Nuestra verdadera guerra asimétrica// Gustavo Coronel



El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien ya lleva once años en el poder, ha promovido junto con sus colaboradores una doctrina militar que llama ‘Guerra Asimétrica”, según la cuál Venezuela debe prepararse para una guerra no convencional con los Estados Unidos. La llama “asimétrica”, para diferenciarla de una guerra basada en poder de fuego y en tecnología. La define como una guerra en la cuál el pueblo tiene un papel importante: la guerrilla urbana, la resistencia, la guerra psicológica, la importancia de la ideología, conceptos que ha pedido prestados a Vietnam y a Cuba, aunque el trasfondo histórico de nuestro país no sea ni remotamente similar.
Chávez está equivocado: asume incorrectamente que el pueblo peleará por él cuando ya es evidente que el país está harto de sus estupideces faraónicas. Asume incorrectamente que existe una ideología clara y coherente llamada “socialismo del siglo XXI” que tiene seguidores en Venezuela y en América Latina, cuando en la realidad tal ideología no existe y ni siquiera ha sido bien formulada o explicada. Asume incorrectamente que ya existe en Venezuela una milicia popular armada y bien organizada cuando lo que existe es una masa caótica de funcionarios públicos que echan unos tiritos al blanco los fines de semana . Quizás su error más notable es creer que él proyecta una imagen de líder nacional y continental, cuando su figura es casi universalmente repudiada en el hemisferio junto con la de Fidel Castro. Esto es lo que nos dice Latinobarómetro, la organización chilena que hace unos años lo pintó más favorablemente, por lo cuál Chávez la cita constantemente y tiene en gran estima.
La verdadera guerra asimétrica que existe en Venezuela es la que lleva a cabo el ciudadano contra el Estado, una lucha constante y desesperada de hombres y mujeres desarmados frente a un régimen sádico y represivo. Es la lucha de quien necesita protección frente al hampa y encuentra que las autoridades civiles, la policía y la fuerza armada frecuentemente forman parte del hampa. La lucha de quien desea servicios públicos decentes: agua, luz, aseo urbano y encuentra que quienes deberían prestarlos eficientemente están incapacitados para hacerlo por ignorancia, negligencia o falta de recursos técnicos y financieros apropiados.
La lucha asimétrica que se desarrolla en Venezuela es la que mantiene el ciudadano por ejercer su derecho a la protesta, frente a una guardia nacional mandada por semi-analfabetos que parecen sacados de las páginas más negras del gomecismo. La que lleva a cabo el ciudadano decente para proteger sus dineros frente a la codicia desenfrenada de los boliburgueses nacidos de la falsa revolución, patanes subitamente transformados en multimillonarios quienes creen que el televisor los espía.
Es una lucha asimétrica entre quienes necesitan documentos en regla, atención médica y educación y solo encuentran extorsionistas, estudiantes de medicina enviados por Castro o adoctrinación ideólogica para sus hijos, a quienes se les dice que Bolívar fue un zambo socialista.
Esta guerra si es asimétrica. Sin embargo, es preciso ganarla. Si no la ganamos este país está condenado a africanizarse, a parecerse más a Haití que a Chile. Ya estamos junto a Haití, en el foso del desarrollo, a pesar de que en 1975 estábamos por encima de Chile, México y Corea del Sur en la escala de Desarrollo Humano medido por las Naciones Unidas. La última década, en especial, ha sido embrutecedora. Nuestro país se ha ido al foso a pesar de que más de la mitad del país se opone al déspota. Hay muchos venezolanos, sobre todo entre la fuerza armada, paralizados por el miedo, comprados por la limosna o engañados en su ignorancia. Esto es lo que convierte la lucha contra el déspota en asimétrica.
FUENTE: Las Armas de Coronel