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jueves, 3 de junio de 2010

PORTACHUELO//Trabajadores de Guayana//Por: René Núñez

 PORTACHUELO
                                                             Por: René Núñez (*)
Trabajadores de Guayana, sin sindicato
no habrá fuerza para la lucha de reivindicaciones…
  Siempre se ha dicho que en la unión está la fuerza. En esto de la lucha universal de los trabajadores, esta consigna ha jugado un rol semántico dialéctico muy importante, facilitando conquistas laborables reivindicativas. Cuando la conciencia sindical y la conciencia patronal han coincido en la racionalidad, en la justicia social, los conflictos laborales se han minimizados. Pues, el patrono y los dirigentes de los trabajadores han entendido, cada uno por su lado, el rol que le corresponde jugar en beneficio de la producción y la rentabilidad del negocio y  por ende, en la distribución de la riqueza a través de las convenciones colectivas negociadas en paz laboral. Y no estoy hablando de experiencias de otros países, sino de acá mismo en el nuestro como es el caso del Grupo Polar, donde las partes, propietarios y trabajadores, no han tenido dificultades para entenderse con altura, madurez y respeto.
  El Grupo Polar produce más de 32 mil empleos directos, 180 mil empleos indirectos. Con inteligencia y sentido social mantiene una relación de respeto mutuo con 37 sindicatos, nada fácil en una cultura como la venezolana donde la dirigencia sindical ha dejado mucho que desear con su desempeño en los últimos tiempos. Una cultura donde la relación patrono-sindicato ha sido muy conflictiva, por la intolerancia de ambas partes. Los paros y las huelgas han sido las respuestas de los sindicatos, algunos asistidos por la razón, y otros por la irracionalidad, incumpliendo o desacatando procedimientos de ley.
  El objeto de mi reflexión de hoy tiene que ver con la conducta de una clase de dirigentes sindicales de Guayana, envilecidos por factores externos ideológicos, la cual se ha apartado de sus funciones y responsabilidades naturales en perjuicio del centro de fuerza y poder que representa el Sindicato. Dejando de lado un principio inspirador de la lucha de trabajadores y de la justicia social, como es el de la Moral. Oír a un importante dirigente de SUTISS decir que si el patrono público quiere votos de caras a las próximas elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, éste debe saldar primero las deudas pendientes con los trabajadores,  muestra a ciencia cierta una renuncia a los pensamientos de Alfredo Maneiro en materia laboral.
  Los principios no se negocian, menos las irresponsabilidades de un patrono que se ha hecho el sordo, el ciego con los compromisos laborales derivados de la última convención colectiva de SIDOR, considerada por la dirigencia de turno como la mejor negociada en toda la historia de SUTISS. Por cierto, negociación alcanzada a cambio del apoyo dado al  régimen para renacionalizar a SIDOR, a pesar de que el socio mayoritario, el Consorcio Ternium, la había convertido en una empresa productiva, exportadora de acero y repartidora de utilidades y excedentes de caja. Hoy para desgracia de todos, se está ante una SIDOR estatal improductiva, importadora de acero, sin ganancias por redistribuir, penetrada por la política y la ideología del régimen, con una misión social ambigua y contradictoria sin resultados.
  Por otra lado, se observa un SUTISS diezmado, dividido, sin poder, sin fuerza, para colmo, entregado al patrono y dispuesto a validar con elecciones su desaparición a fin de dar cabida a una figura anti obrera como son los consejos de fábrica, instrumento ideológico puesto en practica en países comunistas, donde las opiniones y las decisiones de los obreros las toman el régimen. Esa es la realidad de la SIDOR de hoy, igual situación atraviesan el resto de las empresas básicas de la región, todas sin excepción, técnica y financieramente quebradas, importando lo que antes producían.
  El movimiento sindical de trabajadores de Guayana, tienen que reflexionar profundamente sobre el papel estelar que deben cumplir en estos tiempos de desatenciones laborales, de persecución, de retención y de exclusión de dirigentes y trabajadores. No puede haber bajo una circunstancia engaño alguno, o se defiende al Sindicato como único instrumento organizado en defensa de los intereses de los trabajadores, o simplemente se facilita su destrucción bajo las égidas del cuento de una revolución que después de 11 años solo ha producido mas miseria, mas dependencia externa, mas exclusión, mas inseguridad, mas control y represión de trabajadores.
  No es una casualidad, el hecho de que los 37 sindicatos que hacen vida  en el Grupo Polar, han salido a la calle a  restearse con los propietarios, con los trabajadores, en defensa de sus empleos, de sus convenciones colectivas, y de sus posibilidades de seguir creciendo y desarrollándose con el conocimiento del trabajo. Un modelo de sindicalismo a seguir, una realidad de evolución sindical, caracterizada por el respeto, por el conocimiento del trabajo organizado.   Todas las empresas tomadas por la fuerza por el gobierno muestran resultados en rojo, con unos pasivos laborales impagables e irreconocibles por el patrono deudor: el Estado. Los trabajadores no deben distraerse en ofertas vagas.  sin contenido ni sentido practico, inviables de todo punto de vista.
(*) Internacionalista

Edición 1108. Le invito a oír a “Diplomacia de Micrófono”  de 1 a 2 de la tarde por LA MEJOR FM 91.5; también por www.lamejorfm.com.ve
Imágen:  
Solicitarán referéndum en contra de la expropiación de Polar//LARA NOTICIAS.com