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sábado, 14 de agosto de 2010

Sin gerencia no hay gobierno exitoso…//Por: René Núñez// PORTACHUELO

PORTACHUELO
                                                        Por: René Núñez (*)
Sin gerencia no hay gobierno exitoso…

  El gobierno de turno nos sigue evidenciando una inocultable incapacidad para administrar las cosas del Estado con eficacia, transparencia y responsabilidad social constitucional. Basta revisar los presupuestos manejados en estos casi últimos 12 años y cotejarlos con las obras y los servicios creados, para darnos cuenta  de que los resultados no se corresponden, no cuadran por ningún lado.   Siendo justo con la responsabilidad ciudadana, incomprensible como un gobierno con casi un billón  de dólares recibidos en ese lapso de tiempo no canceló los pasivos laborales, no construyó la cantidad de viviendas requeridas por la población (2.000.000), no dotó de equipos, herramientas y medicinas a hospitales y dispensarios, no mejoró las instalaciones educativas, no preparó ni fortaleció -como debe ser- los cuerpos de seguridad para combatir la delincuencia que desangra a diario familias de barrios y ciudades del país; no invirtió en ciencia y tecnología, ni mejoró la infraestructura vial, entre otras necesidades domésticas.
  La economía privada productiva la ha estado asfixiando y desestimulando como política de estado;  empresa públicas como PDVSA, Sidor, Alcasa, Venalum, Bauxilum, Ferrominera, Carbonorca, entre otras, se encuentren arrojando pérdidas comprometiendo técnicamente su productividad.  
  La inflación sigue elevada (alrededor del 30%),  la moneda continúa perdiendo valor, empobreciendo más al ciudadano común; la economía decreciendo -3% en los dos últimos años, cifra preocupante porque no se aprecia voluntad e interés por los manejadores de las finanzas públicas para adoptar políticas económicas correctas y prácticas que detenga la desviación negativa. Una economía de puertos “in crescendo”, el 80% de lo bienes consumidos en el país provienen del exterior.
  Ahora bien, si el gobierno con la inmensa fortuna de dólares recibida por la renta petrolera no mejoró la economía, la calidad de vida integral de los venezolanos, no minimizó los problemas sociales, no aprovechó la oportunidad para la siembra de petróleo en áreas estratégicas para garantizar la prosperidad, progreso y desarrollo nacional, como podemos ahora confiar de caras al futuro que lo va a hacer bien en medio de una grave crisis existencial y democrática; y bajo el empeño de imponernos en contra de la voluntad del 80% de los venezolanos de un sistema de vida totalitaria, donde todo pero todo lo decide el presidente de la república, y cuyas posibilidades de maniobra dependen fundamentalmente del financiamiento externo, y la política comercial de “ventas a futuro”,   Pudiera incluir en el análisis la parte ideológica como una de las causales del atraso social en que nos encontramos sumido los venezolanos; sin embargo, esta vez quiero primar ante todo como causal principal de la actual y manifiesta ineficacia gubernamental la falta de conocimiento y preparación gerencial de quienes están al frente de las direcciones públicas; donde prevalece la mediocridad, la improvisación y una voluntad equivocada de servirse asimismo y no servir a la gente como lo establece la sagrada Carta magna del 99; a pesar de las buenas intenciones contenidas en discursos oficiales.
  Comparto el criterio de quienes sostienen de que el rezago de desarrollo nacional obedece a la baja Confiabilidad Humana de los gobernantes, entendiendo por ésta como una estrategia esencial para gerenciar la información y tomar las decisiones mas acertadas. 
  La gerencia implica formación de competencias, habilidades, actitudes, aptitudes, toma de conciencia, selección, entrenamiento, motivación, desarrollo y evaluación; así como un proceso para garantizar la retención y el conocimiento dentro de la organización (carrera en la administración pública que no existe  en  Venezuela).
En los procesos gerenciales o administrativos, la confiabilidad humana garantiza el aseguramiento de la gestión entre un 70 y 90, es decir los resultados programados. Para cada evento mayor (la relatividad de su calificación depende a como nos afecte) ocurren muchos otros eventos.  Los comportamientos adversos son incuantificable. Por ejemplo el avión que salió de Venezuela, iba para Colombia y el accidente ocurrió en Cuba. Son esas desviaciones o improvisaciones que distorsionan planes y programas. Las investigaciones del estudio de las fallas de un sistema nos siguen demostrando que las mismas se deben entre un 70 y 90 % a causa de origen humano. ¿Imaginémonos en el plano político-gobierno?
  La confiabilidad humana descansa en: Poder, Saber y Querer. Poder significa estar en capacidad. Saber tener conocimiento y querer motivación, voluntad de hacer las cosas bien y correctas. Estas cualidades deben ser parte del perfil de quien aspira a gobernar y cumplir con las competencias constitucionales, que vienen hacer las habilidades técnicas y personales que debe poseer un individuo para desempeñar un puesto cualquiera.
  Un presidente de la República, un ministro, un gobernador, un alcalde, un diputado no puede ser uno cualquiera. Deben cumplir con estos requisitos, y deben ser exigidos por los ciudadanos en el proceso de su elección. Si se aplica estos parámetros a los funcionarios de gobierno de alto nivel, muy poco los cumplen, incluyendo los directores de poderes públicos y diputados. ¿Habra ido Chávez a un curso de formación gerencial  en su vida?
(*) Internacionalista.  Edición 1118