PAGINAS Y RECORTES

lunes, 4 de octubre de 2010

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE UN MILITAR RETIRADO. Por: Vinicio Guerrero Méndez


CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE UN MILITAR RETIRADO

Vinicio Guerrero Méndez

“Qué has hecho con tu hermano”  (Gen. 4:10)

Miro con absoluta extrañeza como usted invoca a Dios con frecuencia. Sea cual fuere su actitud religiosa personal, en política me parece bastante diferente para no pensar que está predicando lo que no quiere cumplir.
Obviamente, hay otra forma de fe en Dios, esa forma jamás será la mía de la cual discrepamos, es no despertar esperanzas a sus ciudadanos con engaños, sino reaccionando con La verdad y justicia. Esta actitud absolutista religiosa explica en buena parte lo demagógico de su discurso. Más bien pareciera que no quiere usted escuchar acusatoriamente las palabras de Dios: "qué has hecho con tu hermano"….
El caso es que no hay que ignorar las cosas y las razones para ello, ya han sido  explicadas por muchos compañeros  desde el punto de vista del Derecho, que desde que el TSJ hizo un pronunciamiento en relación al pago alimentario para  el personal militar retirado de la fuerza armada nacional, desde esa fecha hasta hoy   muchos de nuestros compañeros han fallecido sin recibir el justo derecho a recibirlo. La pregunta es Comandante Presidente: ¿Existe  en usted  la convicción  de honrar ese sagrado derecho?
En cualquier caso, el Dios de sus creencias religiosas no es ningún obstáculo para autorizar nuestro pago de alimentación adeudado desde hace ya muchos años desde la sentencia definitiva. Pienso que cuando nos muestra la Constitución, es para que la conozcamos aunque muchas veces nos pregunta si la conocemos; pero me parece que en cierta manera usted que presume de conocerla íntegramente, es quien menos tiene intención de respetarla o hace caso  de ella solo cuando le conviene.
En nuestros años de actividad nos esforzamos en fomentar esa bonita realidad castrense en un clima de respeto. Fuimos parte de algo mucho más grande que nuestro pequeño número.  No debemos olvidar esos años para convertirlos en un escenario de intolerancia, sólo con el objeto de imponernos sobre el otro. Como sociedad estamos necesitados de deponer actitudes a favor del bien común.
Me preocupa la suerte de muchos compañeros, en su porvenir incierto, a su vejez y esos supuestos  años dorados que en su honrosa situación de retiro, aún persisten en la esperanza que un día de estos todos sus esfuerzos se verían  compensados, solo con que usted acceda a ordenar el pago respectivo.  Mucho se demora ese momento que todos esperamos; pero rápido y eficaz será el resultado de su benevolencia  como próxima acción.

Entre otro de los problemas que nos embarga persiste el de la salud. El problema es crucial. Es lógico que debiera ser un tema central, pero no más que el alimentario aún cuando podemos llegar a ese fin de mes imposible,  mucho mayor  es el problema: DESENCANTO. Mucho más que doloroso cuando proviene de la misma familia armada en el poder.
Apelando a sus dotes de hombre de gobernante, dejo a su criterio la respuesta a juzgar por los actos de hacer justicia y remediar los hechos. Le solicito muy respetuosamente girar sus instrucciones con el  fin de hacer efectivo tan necesario sustento. El conjunto de hombres, mujeres en retiro, viudas y sobrevivientes de la fuerza armada nacional, se verán favorecidos si usted hace suya esta solicitud. No pretendo con la presente comunicación, sumirme en lo que siempre he detestado: el incienso de la adulación, solo me dirijo a usted como parte de esa hermandad castrense y demás relaciones que nos caracterizó aquellos años
Agradezco de antemano su comprensión y respeto.
    Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ