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miércoles, 26 de enero de 2011

Es la economía no la ideología… // Por: René Núñez // PORTACHUELO

  PORTACHUELO/René Núñez (*)
Es la economía no la ideología…
Los venezolanos no debemos seguir como vamos. Persiste un ambiente encontrado de mucha insatisfacción. Dos sectores: uno acumulando motivos y fuerza de división y de violencia y el otro reclamando derechos para el entendimiento del compromiso de hacer del país un espacio integrado, con tolerancia y diálogo permanente capaz de resolver conflictos en paz en procura de una mejor y mayor calidad de vida integral sin distingo de índole alguno. La mayoría reclama a ambos bandos comprensión y solidaridad con sus problemas, con sus soluciones. Con sus deberes.
 La violencia no favorece a nadie. Ignorarla como sociedad, no deja de ser un detonante más de consecuencias impredecibles. No se debe confundir a la violencia con la fuerza. Craso error. La fuerza “es el conjunto de medios y procedimientos de toda naturaleza: físicos, sicológicos, económicos, sociales, etc... de lo que se vale el Derecho para obligar coercitivamente al cumplimiento de la norma”. En cambio, la violencia supone el uso indiscriminado e ilegítimo de la fuerza, sin respeto alguno por los principios éticos.
 Cuando la violencia se desata o se estimula desde esferas del poder se hace más anárquica y terrorífica. Uno de los efectos de la práctica de la violencia es que lleva a ser respondida con más violencia. Ojala no se llegue a esos extremos.
 Se habla de 150 mil muertes en los últimos doce años. Un problema de seguridad de Estado que no se termina de asumir... Sus causas son múltiples intrínsecas cuyas mayores responsabilidades recaen en los administradores de justicia por un lado, y en el poder ejecutivo por otro. A los primeros se les ha olvidado la competencia constitucional de sentenciar de manera oportuna, objetiva y justa. El segundo, no ha podido con los problemas económicos, sociales, políticos y culturales de los ciudadanos.
 La política económica cerrada aplicada, ha resultado un fracaso rotundo y contraproducente. Los indicadores en negativo de la inflación, del crecimiento anual, del valor de la moneda, entre otros, así lo confirman. Y todo por anteponer a la fuerza lo ideológico sobre lo económico. Las expropiaciones, las restatizaciones, las intervenciones bancarias, las confiscaciones, han producido mucho daño al proceso económico en general. Con desinversión, sin estímulos, sin reglas claras, muy difícil crecer y progresar. Sin la participación del capital privado menos. Acabamos de ver la semana pasado un ejemplo claro, contundente y realista de cómo se comportan los países grandes exitosos en el mundo moderno de las relaciones internacionales a propósito de la visita efectuada a Estados Unidos por el premier chino, comunista: Hu Jintao cuando afirmó que llevaba la misión estratégica de fortalecer los vínculos comerciales, con la primera potencia del mundo. En su primer día, Jintao lo primero que hizo fue reiterar a los empresarios norteamericanos que los quiere como socios comerciales no sólo en beneficio de los intereses recíprocos de ambos países sino para ayudar a mejorar la situación económica mundial. El día siguiente se comprometió a fortalecer empleos de los gringos a cambio de que las empresas chinas tuvieran un trato favorable similar por parte del gobierno de Barack Obama.
 Al final Hu Jintao y Barack Obama firmaron contratos que sostendrán 235 mil empleos estadounidenses, incluyendo uno de US$ 19 mil millones de dólares para comprar 200 aviones de Boeing Co en Chicago. A final del año pasado un contrato similar suscribieron los rusos.
 Entretanto, nuestro gobierno descuida la economía nacional, y dedica casi todas sus horas de trabajo a malponer al imperio que hasta ahora ha mantenido con la compra de petróleo su proyecto socialista-comunista del siglo XXI. Un proyecto radicalizado que intenta impone una voluntad de poder para lograr el dominio total de los ciudadanos, a través del culto permanente a la personalidad del líder de la revolución, quien se reserva el mandato de gobierno de por vida.
Los resultados hasta ahora son: más exclusión, más división, más sectarismo, más populismo, más violencia, más miseria y pobreza, más desigualdades sociales.
Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono, de 1:00 a 2:00 pm por la emisora La Mejor FM 91.5, acompañado del periodista Armando Grúber
Twitter: @renenunezr 

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