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jueves, 3 de marzo de 2011

LA INFIDELIDAD // Por: YAYITTA RAINIERO,


LA INFIDELIDAD
Hablar de la infidelidad es un tema por demás escabroso, siempre al nombrar esa palabra, se piensa en la traición conyugal, sin embargo, hay diversas clases de infidelidad; en principio es sabido que es  el cumplimiento de un compromiso adquirido sea con los novios, las parejas, los amigos, la familia, la religión o en este caso, con la Patria. Vale decir que la palabra o el término fidelidad se hace presente al respeto y fiel cumplimiento de un pacto explícito o implícito de cualquier situación convenida o no.
Ergo, ser fiel significa pensar adecuadamente en los casos adversos o no de las diferentes situaciones. Para ello la persona involucrada en este pacto, está en el deber de anteponer su propio criterio –en casi todos los casos, equivocado-, a convertirse en fiel cumplidor con el compromiso adquirido. Cuando de parejas se trata, la presencia del compañero ha de estar siempre dispuesto para lo que haga falta. En caso contrario, la pareja se califica de infiel.
No ocurre así cuando se trata de desvirtuar la fe, la esperanza y la confianza que los pueblos depositan en sus gobernantes, quienes prefieren aplicar la infidelidad  que significa traición, desconfianza y desvergüenza  antes de cumplir  sus promesas y compromisos con su patria y su bandera; por tanto, en su acepción mas común se puede decir que la infidelidad es romper ese pacto tácito de lealtad con su país, ocasionando situaciones incomprensibles como países en decadencia, hijos perdidos, familias destruidas y desmembradas por la codicia, el odio, la manipulación, la corrupción, el resentimiento y la maldad; por lo antes dicho, la infidelidad es la ruptura total de cualquier compromiso que se haya adquirido y que sin ningún átomo de vergüenza se quebrante libremente.
Dejando dicho que cuando una persona toma las riendas de compromisos tan gigantes como son las riendas de una familia, empresa o país, no hay que hacer daño porque no hay nada que le justifique sus malas acciones para causar el dolor ajeno, antes por el contrario, debe prevalecer el amor, el respeto, la confianza, la amistad, la tolerancia, y el perdón que son las bases sólidas para mantener y sostener un predicado. Hay que actuar bajo un resentimiento social y absoluto, para no entender  las consecuencias graves que ocasionan la traición y que dejan en los pueblos la tristeza, la desilusión, la desesperanza, la confusión y el desanimo en medio de un caos total.
Por lo tanto, antes de convertir su egoísmo –para llevarlo  como bandera-, es preferible dejar las puertas abiertas al diálogo, con la finalidad de resolver los problemas, ayudar a cambiar las cosas para mejorarlas, en lugar de arruinarlas, destruirlas, traicionarlas, a sabiendas que su actitud están dañando a un país noble, franco, libre de ruindades pero en cambio, si lo que desea es su propio beneficio sin ayudar al ser humano, entonces deja libre el camino para que el país se  rehabilite, así como también  la condición del ser humano.

DIOS BENDICE A VENEZUELA

Yayitta55@hotmail.com