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lunes, 4 de abril de 2011

PRISCILA SALAS: Murió señora tiroteada por Joao De Gouveia hace 8 años en sucesos de plaza Altamira


Murió señora tiroteada por Joao De Gouveia hace 8 años en sucesos de plaza Altamira
 Por 2001 en Abril 4, 2011
A pesar de su lucha y apego a la vida Priscila Salas, de 69 años murió la mañana de este sábado. Resultó herida la noche del 6 de diciembre de 2002, de un tiro en la columna que la dejó parapléjica, en la Plaza Francia de Altamira, debido a las secuelas de esa lesión que complicó su salud. Es la cuarta persona que muere por este hecho en el que se registraron 25 heridos. El tiroteo lo protagonizó el lusitano Joao de Gouveia, condenado a 29 años y 11 meses de prisión.
Esa noche como todas desde el 22 de octubre opositores se reunían en la plaza, para rechazar el descontento hacia el gobierno. Los días eran violentos y el paro petrolero se agudizó. De pronto, comenzaron los disparos contra la multitud, y el portugués, –para aquel entonces desconocido– mató a tres personas e hirió a por lo menos 25.
Los últimos 14 días de su vida Salas estuvo recluida en terapia intensiva de una clínica de La Urbina, refirió su hermana Mirtha Salas que debido a la inseguridad se mudó a Estados Unidos y regresó por la gravedad de Priscila.
Salas comenzó a resentirse y se afectaron los riñones, luego los pulmones y así todos los órganos hasta que sufrió septicemia. La infección se inició debido a que como no podía levantarse le colocaron una sonda para que orinara. Una noche luego de que le habían dado de alta sufrió una trombosis y necesitó reclusión en terapia intensiva.
A ella la hirieron junto con su cuñada Gladys Lovera, que estaba en la plaza Francia y recibió un tiro en un glúteo pero se recuperó.
Salas fue intervenida varias veces, una de estas en Estados Unidos, donde le ofrecieron asilo pero ella prefirió regresar al país. “Soy venezolana y tengo que estar allá para cuando nos devuelvan el país”, comentó su hermana a las puertas de la Funeraria Vallés, donde fue velada.
Mirtha Salas dijo que durante la gravedad de su hermana la esposa de Luis Reyes Reyes, ex gobernador del estado Lara, llamó al médico y le manifestó que esa señora (Priscila) tenía que salir viva de terapia para que luego no la utilizaran como bandera política. “Mi hermana dio su vida por un ideal. Ella estaba protestando en la plaza”.
La víctima era la mayor de nueve hermanos, deja dos hijos y seis nietos. Laboró como administradora de la empresa Ars Publicidad que la asistió durante toda su enfermedad además contó con la colaboración de Procura y se creó una fundación a su nombre.
LOS ENCUENTROS DE ALTAMIRA
Cada noche desde el 22 de octubre, los venezolanos se reunían en la plaza: fueron los sucesos políticos conocidos desde entonces como Paro Petrolero, que marcaron el país.
Manifestaron para entonces que Gouveia era un sujeto con fuertes indicios de desequilibrio mental y completamente desconocido para la opinión pública hasta entonces, jamás aclaró los motivos que lo llevaron a ejecutar tal crimen. Gouveia fue declarado culpable por el tribunal 45 de Control, a cargo del juez Alejandro Rebolledo, quien sentenció a Joao de Gouveia a 29 años y 11 meses de prisión por los cargos de homicidio calificado consumado, en el caso de las muertes de Keyla Guerra, Josefina Inciarte y Jaime Giraut, y por homicidio en grado de frustración por los 25 heridos que dejó el pasado 6 de diciembre cuando disparó contra un grupo de personas presentes en la plaza Francia de Altamira.
YU

Priscila Valentina Salas Torrealba
(Q.E.P.D)


Magistrado Ponente Doctor RAFAEL PÉREZ PERDOMO.

            La Sala Nº 9 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en fecha 17 de julio de 2003, integrada por los jueces Nelson Chacón Quintana, Vicente Mujica Amador (ponente) y César Sánchez, declaró sin lugar el recurso de apelación propuesto por la defensa del ciudadano Joao De Gouveia, venezolano, natural de Funchal, Madeira, Portugal, de oficio mesonero y taxista, con cédula de identidad número 17.756.681,  contra la sentencia del Tribunal Cuadragésimo Quinto de Control del mismo Circuito Judicial que, en el procedimiento por admisión de los hechos, condenó al nombrado acusado a la pena de veinte y nueve (29) años y once (11) meses de presidio y a las accesorias legales correspondientes, por la comisión de los delitos de 1) homicidio calificado, por motivos innobles, premeditación y alevosía, previsto en el artículo 408, ordinal 2°, en relación con el 77, ordinal 5°, del Código Penal, perpetrado en perjuicio de los ciudadanos Keila Guerra, Jaime Federico Giraud Rodríguez y Josefina Inciarte; 2) homicidio calificado, por motivos innobles, premeditación y alevosía, en grado de frustración, previsto en el artículo 408, ordinal 2°, en relación con el 80, último aparte ejusdem, perpetrado en perjuicio de los ciudadanos Isabel Vásquez Iglesias, Ana Lucia Suárez Maurera, Olga Mercedes García Guerra, Gabriela Francis Barreto Cona, Blanca Flores Omaña de Orozco, Federico Ramón Báez Tovar, Priscila Valentina Salas Torrealba, Gladis Guillermina Lovera Aponte, Idelfonso José Garantón Saravia, Alexander Salvador Cardot Crespo, Belkis Josefina Sánchez Pineda, Jesús Fernando Aguirre Lastra y Adriana Cuervo Pignatario; 3) uso indebido de arma de guerra, previsto y sancionado en el artículo 282 del citado Código.

Los hechos, por los cuales se sigue el presente juicio, son los siguientes: El día 6 de diciembre de 2002, en horas de la mañana, el ciudadano Joao De Gouveia, fue en procura de una pistola que días antes había enterrado en el cerro El Ávila. Luego, se dirigió al Edificio Tejar de Parque Central y, en la armería “Armaros”, compró dos cajas de balas tipo Hollowpoint, después se dirigió a la peluquería “Fórmula II”, situada en el mismo edificio, se pintó el cabello y las cejas de color amarillo para evitar ser identificado al momento de cometer el delito que planificó perpetrar. Más tarde, aproximadamente a las 7:30 p.m., se dirigió a la Plaza Francia de la Urbanización Altamira y en forma repentina y sin motivo alguno, comenzó a disparar contra la gran cantidad de personas reunidas en la Plaza. Para continuar disparando y así llevar a cabo tal masacre, utilizó un nuevo cargador para su arma automática. El atacante causó la muerte a tres personas y lesiones a otras veinticinco.

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