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sábado, 16 de julio de 2011

Rumores y más rumores // Por: Fernando Ochoa Antich.




Rumores y más rumores

Fernando Ochoa Antich.

¿Está enfermo Hugo Chávez? Nadie lo sabe. Ni siquiera Juan Vicente Gómez provocó tanta confusión con su problema prostático, como la que ha generado la supuesta enfermedad de Hugo Chávez. La razón de los contradictorios rumores es una sola: el misterio y las mentiras que han rodeado la sorprendente noticia. Tratemos de hacer algo de memoria: el 10 de mayo suspende una gira a Brasil, Ecuador y Cuba. Se informa a la opinión pública que presenta un delicado problema en una rodilla. Durante varios días no aparece en televisión.  El 5 de junio reinicia la gira. Lo vemos tomar un avión, caminando con dificultad y utilizando un bastón. El 8 de junio llega a Cuba. El 10 de junio, el canciller Maduro informa a la opinión pública que ha sido operado de un absceso pélvico. 

         A partir de ese momento, empiezan las contradicciones entre los altos funcionarios. Unos declaran que Hugo Chávez regresará en los próximos días; otros, que su retorno ocurrirá para los actos del 5 de julio. En fin, un enredo, sin pie ni cabeza. De repente, el 30 de junio se dirige a los venezolanos desde Cuba para informarles que había sufrido una segunda operación al detectársele un tumor cancerígeno. Su aspecto enfermo y sus palabras cuidadosamente preparadas, buscan impactar emocionalmente a sus seguidores. El 4 de julio, regresa de madrugada a Venezuela. Esa tarde organiza una concentración en Miraflores, mostrando una relativa buena salud. Inmediatamente, recibe a los cancilleres invitados a los actos, como si realmente no hubiera sido operado.

         El 5 de julio no asiste a los actos. Decide, ante la sorpresa de todos, recibir el parte del desfile militar a través de una pantalla de televisión, dirigiéndoles a los oficiales y soldados una larga arenga, resaltando los valores de la Fuerza Armada Bolivariana, los avances de la revolución y repitiendo de memoria largas frases de El Libertador. Su aspecto es totalmente distinto a su alocución desde Cuba. Estos contradictorios hechos dividen la opinión pública en dos: los que consideran que realmente está gravemente enfermo y aquellos que creen que es una hábil maniobra política que busca rehacer sus lazos afectivos con sus seguidores ante su ya reconocida caída en su popularidad. Ante tanto misterio, es imposible conocer la verdad. Eso realmente no importa…

         Sea cual sea el escenario que se presente: una grave enfermedad o un gran engaño, Hugo Chávez tendrá que enfrentar complejas consecuencias políticas. De eso no tengo la menor duda. Supongamos que está realmente enfermo. Los duros y largos  tratamientos que los médicos le impondrán lo debilitarán gravemente, si es que puede superar la enfermedad. No es fácil enfrentar las duras exigencias de una campaña electoral en esas condiciones. Además, no creo que los venezolanos voten por un candidato presidencial que saben de antemano que presenta una grave enfermedad. Esta debilidad también incidirá en la unidad de sus seguidores. Ya se habla del enfrentamiento existente entre el ala militar y el sector de izquierda radical.

         Si el anuncio de la enfermedad lo que esconde es una maniobra política que busca tratar de recuperar la debilitada popularidad de Hugo Chávez, soy de los que creo que el asunto ha comenzado muy mal. Ya existe un importante porcentaje de venezolanos que dudan de la veracidad de la enfermedad presidencial. Han sido demasiadas las contradicciones de los altos funcionarios del gobierno y muy burdas las acciones que se han ejecutado. Este es un punto muy delicado. Si la percepción de que es un engaño se fortalece, las consecuencias políticas no pueden predecirse, pero no tengo dudas en afirmar que, faltando apenas año y medio para las elecciones, el resultado podría ser catastrófico para la candidatura de Hugo Chávez.  

         La oposición democrática debe establecer una estrategia para enfrentar tan delicado asunto. Estoy convencido, que lo más conveniente sería olvidarse totalmente del problema de la enfermedad de Hugo Chávez y dedicarse a señalar los grandes problemas que aquejan a nuestro pueblo. Su camino es ganar las elecciones presidenciales, sin caer en una maniobra diseñada por el propio régimen. Siempre es  inconveniente, en un juego estratégico, enfrentar a un adversario en una acción preparada por una de  las partes. Su mayor conocimiento sobre lo que podría ocurrir le daría una fácil victoria. Tendría demasiadas ventajas. Lo más prudente, en este caso, es dejar que Hugo Chávez resuelva él mismo su propio enredo.  No le será fácil…

Caracas. 10 de julio de 2011.