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viernes, 20 de abril de 2012

Cuando las Naciones están en decadencia: Caen bajo las sombras Vanidosas de sus líderes. Por: Richard González C.


Cuando las Naciones están en decadencia:


Caen bajo las sombras Vanidosas de sus líderes.

La historia de la humanidad, registra incontables pasajes donde la vanidad ha jugado un triste papel producto del afán en la búsqueda o caso contrario, el querer aferrarse al poder por parte de algunos líderes que al quedar cegados ante esos aromas del poder, han llevado a sus pueblos a sendos desastres sociales, políticos, económicos y religiosos.
La Vanidad, es vista como un tipo de arrogancia, engreimiento, una percepción exagerada de la soberbia; la teología cristiana clásica, sostiene que la vanidad hace que el hombre no necesite de Dios. Las historias de Lucifer y Narciso de donde se ha sacado el término "narcisismo"  puede considerarse uno de los pecados capitales que son ejemplos demostrativos de lo que puede llevar a ser a cualquier ser humano, un completo vanidoso. Evagrio Póntico de Constantinopla, clasificó los pecados que atraían el hombre al infierno y la vanidad era una de los más letales. Advirtió que la vanidad corrompía todo lo que tocaba y la denominó un tumor del alma lleno de pus que al alcanzar la madurez se descompone en un desagradable desastre. Según los especialistas en la materia esto es un rasgo conductual que revela las recias ataduras que tienen, quienes lo exhiben, y generalmente es quizás producto de haber tenido una infancia infeliz. De allí se explica el por qué algunos presidentes de determinados países que al hacerse del poder como ansia y no tenerse autocontrol, resulta penoso tratar con ellos como personas afectadas por este vicio. Les gusta que les halaguen, les sirvan o sencillamente cumplan sus delirios de grandeza y divinidad. Suelen descalificar al que le adversa porque no permiten que  alguien esté por encima de él, y drenan su ego en un cuadro enfermizo procurando dominar al otro mediante ataques a su moral, autoestima, y con amenazas claras sobre posibles consecuencias que pudiera acarrearle cualquier alejamiento o intento de acabar con la tiranía mental o dominación a la que se encuentran sometidos.
La cuestión es que aquellas personas débiles de carácter, poco elaboradas intelectualmente y deseosas de que se les haga sentir amadas y con justicia por encima de todas las cosas, es aprovechado por el vanidoso quien juega con ellos como le da la gana, las engaña y las pone a bailar al son que les toca, divirtiéndose de lo lindo al verlas derretirse de admiración  hacia su persona.
Lo triste del caso es que cuando estas víctimas despiertan de sus sueños y crecen emocionalmente, pueden librarse de la prisión mental engañosa en la que se encuentran. Empero, lamentablemente  y en muchos casos, cuando esto sucede ya es muy tarde y el daño es demasiado profundo y difícil para ser reparado. Es así como países enteros fueron llevados a su propia destrucción producto de la vanidad, de un solo hombre.
Cualquier semejanza con nuestra realidad nacional es mera coincidencia y nunca será tarde: VENEZUELA DESPIERTA poco a poco de su encanto del inentendible socialismo siglo XXI,  por ser este y su creador, portador de exacerbada VANIDAD y abuso de poder.
Elaborado por: Richard González C.  Al 16 de Abril de 2012.