PAGINAS Y RECORTES

lunes, 18 de marzo de 2013

“El valor de la palabra" Por: María Walter.




Hasta que lo inconsciente no se haga consciente,
el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida
Y tú lo llamaras destino…
Carl Jung
 "El valor de la palabra" 
Jacinto Pérez Arcay retornó a la filas del Ejército por decisión de Hugo Chávez quien habiendo sido su alumno, lo tenía en estima como uno de los oficiales más brillantes que hubiera tenido en filas el Ejercito Bolivariano.
Pérez Arcay como historiador conoce el valor que tiene la ocurrencia de los hechos, pues un historiador es su vida cotidiana no solo es un estudioso del pasado, sino hábil y atento observador de los momentos del presente,  por ello,  sus sentidas notas leídas el día de las exequias de Hugo Chávez no fueron casuales, todas y cada una,  tienen para él, su correspondiente razón de entrelazarse,  por eso al decir: “Quiso Hugo Chávez consumirse al estilo de Jesús redentor ¿Por qué juró morir hasta implantar el socialismo?  nos introduce en el debate con respecto al valor cuasi religioso con el que se busca hacerle espacio a Hugo Chávez en la memoria colectiva, también entre sus palabras por la significancia retumban:
“Y como saliste del escenario Hugo?
 Como el Negro Primero!.
 Llegaste de Cuba muerto!. 
Vine a decirle adiós porque estoy muerto!
Al analizarlas encontramos, no son meras expresiones discursivas, ni mucho menos divagaciones de anciano, el General Pérez Arcay al presentarlas hizo un registro de los hechos, no precisó fecha pero sí, al elaborar su escrito dejó en claro que no quería falsear la verdad de los acontecimientos recientes, ello lo observamos cuando exclama:  Llegaste de Cuba muerto!
Si hoy se busca negar lo dicho por el General Pérez Arcay, tal hecho solo revelaría la línea de ocultamiento/negación de la verdad con la que se ha manejado el caso enfermedad/muerte de quien en vida fuera presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, máxime cuando lo dicho por el General Pérez Arcay    a más de una persona dentro y fuera de la propia institución castrense dejó sumido en la indagación.  Ninguno del “alto gobierno”  imaginaba que tan contundente aseveración sería dicha  en  el mismísimo momento de las exequias y es que,  las palabras como el agua, pueden penetran lugares insospechados y abrir brecha, colarse,  socavar murallas y derribarlas, baste una palabra adecuadamente utilizada para que ella con solo su fuerza contenida, se convierta en marejada o en pequeña piedrecilla que lanzada con el giro y posición adecuada llegue sobre la superficie de las quietas aguas para, en el momento de choque producir ondas y ondas que se propagan y se propagan.  Por eso, la verdad siempre busca oportunidad para mostrarse, de allí su fuerza y brillo condensadas en la máxima: LA VERDAD OS HARÁ LIBRES! Ya que basta solo una palabra para mostrar toda la verdad sobre un hecho, en tanto advierte acerca de la fuerza contenida en el rayo! 
Si dicha la verdad, surge la duda, el preguntarnos ¿será cierto?  ¿Será que nos mintieron?  ¿Quién miente??  ¿Acaso tuvo un lapsus el General??  ¿Por qué el General Pérez Arcay dijo eso si contradice lo que otros personeros de “la revolución” han dicho??  ¿Acaso todo ha sido una mentira??  ¿Le exigirán que rectifique o niegue??  serán solo eso, preguntas,  pues el discurso de Pérez Arcay en esa precisa línea, no solo busca sustentar la historicidad de los hechos,  sino que,  la poética de la estructura gramatical lograda alcanza la virtud de un resonador al subconsciente: Llegaste de Cuba muerto!
 Cuando un historiador redacta sus líneas discursivas  si de algo está claro es de lo que quiere dejar en la audiencia como dato, más cuando la lectura se hará en circunstancia especial, es por ello que, no puede argumentarse  devaneo en este caso y, mucho menos  lapsus  mentis.   Ciertamente hubo analogía en el escrito de Pérez Arcay,  ya que éste,  asumiéndose ante el féretro de Chávez, recuerda a Negro Primero en el momento que le dice al General Paéz: “ vengo a decirle que estoy muerto” como si en una nueva curva de la historia Chávez con su muerte  -cual Negro Primero-   nos dijera lo mismo que aquel: estoy muerto!  Solo que,  Pérez Arcay  no se queda en la simple analogía,  sino que al hacer la composición gramatical enunciativa el hecho histórico de la muerte de Negro Primero,  lo  hace vigente brindándole así mayor relevancia al hecho de la muerte de Chávez, develando  con solo una palabra (Cuba)  el misterio capital que nos ha mantenido entrampados… 
Bastó decir en ese contexto, Cuba,  para que el encantamiento del sueño colectivo fuera aguijoneado. 
Si algo tiene un escritor a su alcance son las palabras, ellas van y vienen como el viento,  por lo que, tuvo Pérez Arcay  la posibilidad de negar o afirmar a la hora de redactar y   sin embargo, no optó  por la posibilidad de decir:
 …”Y como saliste del escenario Hugo? 
Como el Negro Primero!.  
No llegaste de Cuba muerto!
Vine a decirle adiós porque estoy muerto!

Por lo contrario, redactó y leyó:
…Y como saliste del escenario Hugo? 
Como el Negro Primero!.  
Llegaste de Cuba muerto!. 
Vine a decirle adiós porque estoy muerto!
Escogió el General  afirmar y no negar!   Llegaste de Cuba muerto! expresión concreta con la que nos deja en claro que a la hora de redactar, no tenía dudas acerca del lugar donde aconteció el hecho ‘histórico’ y ese no dudar   le lleva a ser tajante al informar afirmativamente, ya que, conservando la analogía bastaba el uso de la mera interrogante para mostrar esa su duda   –la duda colectiva-  abiertamente:
 …Y como saliste del escenario Hugo? 
Como el negro primero!.  
¿Llegaste de Cuba muerto?
Vine a decirle adiós porque estoy muerto!
Por ello, cuando afirmar o negar,  no es figuración sino certeza,  el escritor no deja lugar a duda,  allí el valor del texto del General Pérez Arcay  quien en valor afirmativo enfatiza: Llegaste de Cuba Muerto!  Expresión con la que no solo logra imprimirle enorme fuerza declarativa al texto sino, también significancia histórica. 
Que se desprende de las afirmaciones del General Pérez Arcay?
1.            Que Hugo Chávez no vino a morir en Venezuela, sino que llegó de Cuba muerto.
2.            Que al morir en Cuba e informársenos que murió en Venezuela, quienes han tenido la responsabilidad comunicacional para con el pueblo venezolano falsearon la información irrespetándonos.
3.            Que al falsearse la información, Nosotros los Venezolanos  como receptores del mensaje, asumimos por cierto,  algo cuya ocurrencia es falsa.
4.            Que quienes en ‘ejercicio del poder’ mienten sobre hechos tan cruciales,  igualmente pueden  hacerlo sobre otros asuntos y circunstancias de mayor, igual o menor trascendencia nacional.
5.            Que al utilizarse la mentira como ‘estrategia comunicacional’  se vulnera el derecho a la comunicación oportuna y veraz.
6.            Que al instaurarse la mentira  como práctica de gobierno,  la sociedad hace giros y giros sobre los mismos,  produciéndose el estancamiento. Que ninguna sociedad que se aprecie a sí misma,  puede aceptar la mentira como sinónimo de libertad,  en tanto es, precisamente lo contrario,  arma de sometimiento.
7.            Que ninguna sociedad que se aprecie a sí misma,  puede aceptar la mentira como sinónimo de libertad,  en tanto es, precisamente lo contrario,  arma de sometimiento.
8.            La conquista de la verdad es un derecho inalienable,  como lo es,  el ejercicio pleno de la libertad.
9.            Los pueblos libres, no temen, no se amilanan frente a dificultades, solo las asumen como reto a vencer,  por cuanto, SER LIBRES ES MAS QUE PALABRA,  ACCIÓN Y DESEMPEÑO.
Consciente,  de que los sueños cuando se trabajan se hacen realidad, avivo a través de estas líneas LA CONCIENCIA  CIUDADANA!

María Walter
IMAGEN SUPERIOR: Pedro Camejo. Wikipedia