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miércoles, 29 de mayo de 2013

NUNCA MAS! Por: María Walter.



 
NUNCA MAS!
Tras conocer del hecho insólito de que la firma de HChávez aparece en la copia del Acta de Independencia que se ofrece al visitante del nuevo mausoleo de Simón Bolívar -El Libertador-  recibo el video donde NMaduro con total desvergüenza muestra su desconocimiento de la letra del Himno Nacional, así que de seguidas y como desagravio a la Patria Libre que soñamos,  me dispongo a escuchar el Himno Nacional en voz de niños aborígenes.

Me dejo llevar por la pureza del canto warao y echo atrás la película de la historia patria y llego así a los acontecimientos del 19 de abril de 1810  y el célebre   No, No, No lo queremos!!!”  que  el pueblo de Caracas dió en respuesta a Vicente Emparan. 

Al igual que en la actualidad, en 1810 no se quería mando ajeno…

Sigo escuchando el himno, ahora lo escucho en lengua wayunaiki,  es notoria la  emoción de la niña al entonarlo, ese canto reivindica a la Patria mancillada por NMaduro en Bolívia donde no teniendo  ‘con que’ generar  la necesaria corrección de la letra y música del Himno entonado en  Cochabamba,  su voz de cantos y labores  se hizo inaudible.  Escasamente tarareaba.  Cosa increíble tomando en cuenta que, desde agosto 2006 estuvo viajando representando por el mundo a la República Bolívariana de Venezuela, lo que, con seguridad lo expuso más de una vez ante la letra y música de nuestro Himno –Nuestro Himno Patrio-  ¿sería exagerado considerar que tal debilidad del excelso representante de Venezuela –República Bolivariana-  es en sí misma,  una debilidad estratégica dada la visión del mundo multipolar que tanto se pregona??   Si el himno es uno de los símbolos patrios  ¿por qué la representación venezolana no logra recordar sus estrofas? ¿tampoco su música? ¿Será qué ciertamente, ya no importa, pues de lo que se trata es de ir desarrollando el proyecto de la Patria Grande??   ¿Requiere el proyecto, la injerencia de Cuba en Venezuela?    ¿la bandera en el Panteón Nacional?  ¿Sus  militares  en nuestros cuarteles??  ¿Tendremos que  ser tolerantes con eso?? 

Al igual que en la actualidad, en 1810 no se quería mando ajeno…

Venezuela a lo largo de su vida republicana ha asumido su destino apegada al Himno Patrio, quedando como Nación  expuesta a la acción/inacción de los gobiernos de turno  -a decir de algunos, quedando a merced de los caudillos de turno-  así vez tras vez,  cual si se tratara de ciclos continuados de avance y retroceso, asumiendo la condición causal de ser venezolanos  -sin ejercicio activo de la soberanía directa- quedamos como ciudadanos  cual barco expuesto ante un mar siempre dispuesto a encrespar su oleaje,  sin embargo, así dormitamos -casi sin percatarnos-  la historia no se detiene. 

Entre aciertos y desaciertos, la Venezuela democrática que  fue dejando como asuntos pendientes la satisfacción de un cúmulo de necesidades, nos trajo a este puerto de carencias, situación entrampada en la que,  en pleno Siglo XXI  -a nombre de la Segunda Independencia-  pretende arrebatársenos  la vida, la dignidad y la sonrisa a fuerza de actos inmisericordes que buscan sembrar con total alevosía, el miedo al ejercicio de la libertad, por ello,  hoy como ayer, se impone,  romper las cadenas de esta nueva fórmula opresora que pretende nuestro sometimiento.

Al igual que en la actualidad, en 1810 no se quería mando ajeno…

Nuestro himno nos ha servido de arrullo,  su contenido imperceptiblemente ha sido ‘grabado’ y nos ha ‘conducido’  a lo largo de generaciones, por ello,  en respeto al candor de nuestros niños extraigo la frase que a la luz de la neurolingüística  está contenida  como carga opresora   - el vil egoísmo que otra vez triunfó-  modela nuestra conducta, sabotea y sabotea,  el derecho inalienable a la Libertad.

Aun cuando el Himno narra acontecimientos de tiempo pasado,  dicha frase está redactada a manera afirmativa en tiempo presente, lo que nos exige, la necesaria corrección a los fines de lograr “cerrarle” el paso  -de manera permanente- en nuestra vida republicana al saboteo instalado contra nuestro legítimo derecho a la Libertad.  Esto lo afirmo porque al analizar el himno y la frase en lo particular, encontramos que independientemente  de la fuerza y coraje con que batallemos para romper las cadenas que nos impiden el logro colectivo de la Libertad, las perversidades actúan en contra nuestra,   sencillamente  porque a diario declaramos:
EL VIL EGOISMO QUE OTRA VEZ TRIUNFÓ!

Si queremos actuar a favor de la justicia, la paz, la libertad, la dignidad y el progreso para todos,  no podemos boicotear nuestros propósitos libertarios,  sin embargo, es precisamente, lo que hemos venido haciendo   porque  inserto mediante una breve frase,  en el himno nacional  quedó “programado”  -que otra vez -  triunfa el vil egoísmo, por lo que, es impostergable,  la modificación de esas TRES palabras (QUE OTRA VEZ)  en tanto, hilvanadas nos han “condicionado” como sociedad a la práctica/aceptación/proyección del egoísmo, que como conducta humana autointeresada actúa como barrera de las relaciones humanas y por tanto,  obstaculiza las posibilidades de realización individual/colectiva,  y dado que,  el logro social requiere del compartir y,  éste a su vez  se nutre/sostiene de la solidaridad,  ésta en su plenitud  no se desarrolla,  ya que, en esencia es precisamente contraria al egoísmo.

Visto lo anterior y, a los fines de avanzar en procura del logro de mejores condiciones de vida  en un ambiente  de tolerancia que garantice la construcción de la paz ciudadana, sostengo que la letra del himno nacional requiere de su reconstrucción gramatical por lo cual sugiero, eliminar 3 palabras (QUE-OTRA-VEZ) e     introducir 2 palabras (NUNCA-MAS) con las que en positivo,  bloquearíamos la traición a los principios libertarios de nuestros próceres, así, afirmaríamos:
          EL VIL EGOISMO NUNCA MAS  TRIUNFÓ!
Dicha frase supera otra opción:
         EL VIL EGOISMO QUE ESA VEZ TRIUNFÓ!
Introducir para el cambio un solo vocablo (ESA) aparenta ser conveniente,  sin embargo, analizado el caso nos ofrece que, el uso del vocablo es improcedente para la reconstrucción del himno desde la perspectiva de su contenido ‘energético’,  en tanto, el vocablo (ESA) abre espacio a que existan “otras” posibles ocasiones en que el vil egoísmo triunfe en Venezuela, mientras que la frase propuesta,  utiliza la expresión nunca más, que, en sentido estricto, al negar posibles oportunidades del triunfo de la vileza sobre los Hijos de Venezuela, contextualiza en presente/futuro el triunfo seguro para la Libertad!

JUSTICIA PARA LA JUSTICIA
AMOR PARA EL AMOR
LIBERTAD PARA LA LIBERTAD

María Walter