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lunes, 1 de agosto de 2016

Hablemos del general Padrino. Por: Fernando Ochoa Antich @FOchoaAntich





Hablemos del general Padrino
Fernando Ochoa Antich
Desde 1958, no hubo un ministro de la Defensa con tanto poder como el que actualmente tiene en sus manos el general Vladimir Padrino López. Nunca, se había concentrado en una sola persona el mando del ministerio de la Defensa y del Comando Estratégico Operacional (CEO). Curiosamente, esa designación es totalmente contraria a la doctrina establecida por Hugo Chávez en una de sus tantas e inconstitucionales reformas de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, al considerar que el cargo de ministro de la Defensa sería una función administrativa, dejando al Comandante Estratégico Operacional como el verdadero jefe operativo de la Fuerza Armada Nacional. Sin lugar a dudas, buscaba debilitar el poder del ministro de la Defensa, al dejarlo fuera de la línea de mando y sólo con funciones administrativas. Esta línea de mando fue formada, a partir de ese momento, por dos grandes comandos: el estratégico Operacional, con mando sobre los actuales componentes (Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional)  y el de la Milicia Bolivariana, los cuales están bajo el comando directo del presidente de la Republica, como comandante en Jefe.
Al designar al general Padrino, para el desempeño de esos dos importantes cargos, se buscó fortalecer su mando en toda la Fuerza Armada. El tiempo de servicio del  general Padrino le ha sido prorrogado por dos años consecutivos. En la última oportunidad, julio 2016, logró, además, que Nicolás Maduro destituyera a los comandantes de los componentes Armada y Guardia Nacional, almirante  Franklin Montplaisier y mayor general Néstor Reverol, quienes se les oponían a sus decisiones. Además, convenció a Maduro para la designación de sus reemplazos.  Al mismo tiempo, fueron nombrados oficiales generales de toda su confianza en las Regiones Estratégicas. En medio de esta situación militar, de manera aún más  curiosa, Nicolás Maduro designó al general Padrino como encargado de la Misión Abastecimiento Soberano y Seguro. Nicolás Maduro tuvo que haber reflexionado y consultado ampliamente esas decisiones antes de tomarlas. Lo difícil es determinar cuál fue su objetivo al  buscar fortalecer, de esta manera,  el  poder del general Vladimir Padrino López.
Creo que existen dos hipótesis posibles sobre los motivos que tuvo Nicolás Maduro para haber creado una situación militar tan particular. La primera, disminuir aún más el prestigio y la moral de la Fuerza Armada, de manera tal de que sea incapaz  de reaccionar ante la tragedia venezolana. Solamente, con analizar el inmenso fracaso de algunos generales activos en cargos tan complejos como el ministerio del Interior, el de Alimentación y el de Hacienda nos debe hacer concluir que dicha hipótesis se hace bastante creíble. También hay que recordar que al iniciarse  la crisis, Nicolás Maduro ordenó, aunque no  lo impuso, retirar a los oficiales activos de los cargos civiles para hacerlos responsables de los errores cometidos. La segunda, por el contrario, me hace pensar que el objetivo  que tuvo Nicolás Maduro, al designar al general Padrino, fue la de buscar su fortalecimiento en la opinión pública para luego nombrarlo vicepresidente si  el régimen logra retardar el Referendo Revocatorio hasta el año próximo, de tal manera  que si la MUD lo gana, él se  encargaría de la presidencia de la República.
En verdad, su figura se ha transformado en centro de la polémica pública. En cualquier discusión se impone mayoritariamente la tradicional visión que se tiene de la Fuerza Armada: ante la tragedia nacional, los militares deben tomar el poder. De inmediato, se empieza a discutir sobre las condiciones personales y profesionales  del ministro de la Defensa. La opinión, en general, es muy favorable: parece que tiene un gran ascendiente en los cuadros militares; no ha sido denunciado por corrupción y mucho menos por narcotráfico; ha afirmado que no es militarista; ha comenzado a dialogar con el sector empresarial defendiendo el mercado; su autoridad es decisoria en la Fuerza Armada. Él podría salvar a Venezuela… Al principio, todos los presentes están de acuerdo, pero los  más perspicaces, empiezan a reflexionar sobre las dificultades  que esta  solución puede tener tanto en el  orden interno como internacional. Hay dos aspectos centrales en sus argumentos: la falta de legitimidad de ese gobierno y la dificultad para conseguir apoyo político y financiero internacional. En la práctica estaría totalmente aislado. Agregan, ¿y cómo piensan ustedes que el general Padrino  va a enfrentar la crisis económica?
Hay una sola respuesta a esa inquietud: se llega a pensar que esa posibilidad puede haber sido negociada con Thomas Shannon. La respuesta es terminante. Ese argumento carece de fundamento. ¿Ustedes no vieron la posición de los Estados Unidos y de Europa  ante el intento de golpe de Estado en Turquía? Continúan: lo más delicado es el apoyo financiero. No es fácil, para no decir imposible, que el Fondo Monetario Internacional acepte prestarle cantidades cercanas a trescientos mil millones de dólares a un gobierno ilegítimo, aunque sea presidido por un general que garantice la paz de la República. Ante argumentos de tanta fuerza, uno de los presentes se le ocurre preguntar: ¿Sería posible  que la Fuerza Armada  le entregue el poder a la Asamblea Nacional? La respuesta surge de inmediato. Esa actitud democrática le daría legitimidad al gobierno de transición. ¿Y quién lo presidiría? Después de los hechos del 23 de enero de 1958, ha quedado en el subconsciente nacional el criterio de que  la Junta Cívico Militar, presidida por un independiente prestigioso, es la solución más conveniente. Los invitados a la reunión se quedan pensativos. Nadie opina. Al despedirse, todos salen con rostros de angustia ante la inmanejable situación nacional.
Estas complejas y diarias conversaciones entre los venezolanos me conducen  a reafirmar la necesidad del Referendo  Revocatorio en el año  2016, como la mejor y única alternativa válida para superar la tragedia nacional de la forma menos traumática posible. Por ello, la Fuerza Armada Nacional, al mando del general Padrino, la gran mayoría democrática opositora y el chavismo disidente deben dedicar todos sus esfuerzos para ejercer la presión suficiente con la finalidad de se realice este año.…
Caracas, 24 de julio de 2016.