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domingo, 4 de marzo de 2018

¿Elecciones o golpe? Por: Pablo Aure @pabloaure OPINIÓN. ¡Hasta cuándo!



¡Hasta cuándo!
¿Elecciones o golpe?
¡Ni lo uno ni lo otro!
@pabloaure
Elecciones no hay en Venezuela desde hace muchos años, lo que hemos visto son simulaciones electorales para aparentar una legitimidad de origen.
Si lo dudan, pregúntenle a Andrés Velásquez que a pesar de tener actas en mano que lo adjudicaban como gobernador del estado Bolívar, el CNE, comportándose como el Circo Nacional de la Estafa que es, falsificó de forma manual actas para impedir asumiera su cargo, y en ese sentido, mantener a las mafias de la explotación del oro intactas. No es un caso aislado. Pueden igualmente consultar lo ocurrido en el estado Zulia y la ‘repetición’ de las elecciones de gobernador porque Guanipa decidió no juramentarse ante la espuria ANC; o si lo prefieren, pueden revisar lo sucedido con los diputados del estado Amazonas que siguen “desproclamados”.
Entonces, debatirse entre elecciones o golpe de Estado es un falso dilema que genera muchísimas discusiones tanto aquí en el país como más allá de las fronteras.
Quienes piensan que si no hay elecciones la vía será un golpe de Estado, están pelados de extremo a extremo, simple y llanamente porque aquí ni habrá elecciones ni tampoco golpe de Estado. Me explico. Es absurdo pensar que esta tiranía salga mediante el voto. ¿Quién en su sano juicio puede imaginar que personas que asesinaron para intentar llegar al poder, por allá en el año 1992 -porque no creían en las elecciones- ahora que están en Miraflores y dominan todos los poderes van a aceptar entregarlo vía electoral?
Y en cuanto a pensar que la vía será el golpe de Estado. En este particular me permito aclarar que, esa figura solo cabría si aceptamos que en Venezuela estamos bajo un sistema de gobierno democrático en el cual existe plena independencia, autonomía y separación de poderes. Recordemos que el golpe solo es posible cuando se reconoce la legitimidad de un gobierno y la de sus instituciones, pues la doctrina nos señala que el golpe de Estado consiste en la ruptura del hilo constitucional. En consecuencia, aquí podrá pasar cualquier cosa menos un golpe de Estado. En todo caso, de producirse un alzamiento sería con intenciones de recomponer ese hilo constitucional ya roto desde hace tiempo, por quienes detentan el poder.
Posponer una farsa.-
La jugada dictatorial, primero de ordenarle a la fraudulenta asamblea nacional constituyente fijar las “elecciones” presidenciales para el 22 de abril y luego haberlas pospuesto para realizarlas el 20 de mayo y de manera conjunta con los parlamentos regionales y municipales, puede tener dos lecturas.
La primera: una especie de reacomodo e intentar estimular a la gente por el tema electoral, con el entendido que no solamente es que nadie cree en el CNE, sino que por los momentos, en el común de los ciudadanos no hay interés en votar, saben que mediante el sufragio jamás superaremos la crisis, ni aparecerá el efectivo, ni el transporte, ni las medicinas, no se generarán fuentes de empleos ni tampoco se surtirán las bodegas o abastos de alimentos.
La segunda lectura consistiría en que, el régimen a sabiendas de que está caído y presume que pudiera llegar el 22 de abril sin que se produzca el estallido social que está a la vuelta de la esquina y del que todo el mundo habla, decidió por recomendaciones de la sala situacional postergarlas para involucrar a otros actores en la defensa de su nefasto modelo político. Me sigo explicando, ahora entrarán en acción candidatos de los 335 Concejos Municipales y de 23 Consejos Legislativos.
El relato de lo absurdo.-
Sin duda en Venezuela hay muchas cosas absurdas, pero nada se compara con hablar de elecciones. Ese relato de ir masivamente a votar debió quedar enterrado el pasado 30 de julio cuando se consumó el fraude electoral más escandaloso de la historia contemporánea de nuestro país: La ANC. Fraude donde hasta la misma empresa proveedora del servicio electrónico de máquinas, denunció abultamiento de la cifra de sufragios por encima del millón de votos, cosa que sabemos se queda corta. Sin olvidar que hubo municipios donde eliminaron el 95% de los centros de votación, y como si eso fuese poco, en pleno poliedro de Caracas, habilitaron el sainete electoral más grande e inauditable de la propia historia chavista, al llenar de máquinas ese espacio y fomentar que el que quisiese podía ir a ‘votar’ sin ningún tipo de control. Esa foto quedará para la historia.
Hablar de elecciones es absurdo ya que la solución no será ni electoral ni mediante la figura del golpe de Estado, por las razones ya expuestas.
Aquí en Venezuela lo que sucederá, pero eso sí, cuando todos nos decidamos, es una sustitución de gobierno por vías democráticas y constitucionales aunque no sean  electorales o tradicionales. La protesta organizada y planificada será la vía, por lo tanto, es menester activarla. Reclamando no solo comida o medicinas, sino que se cumplan con los tratados internacionales, esto es, que la ayuda humanitaria provenga de los países aliados, que dicho sea de paso ya se encuentran en las fronteras.
Que conste, las condiciones están dadas para que los organismos internacionales actúen en Venezuela. La autodeterminación es de los pueblos y no de los tiranos. ¡En Venezuela hay hambre y el mundo lo sabe!
Tenemos derecho a tener un gobierno decente y responsable. Estamos claros que el régimen trata de confundir a los ciudadanos, pero tenemos que repetir mil veces que la injerencia humanitaria es un derecho de los pueblos oprimidos. También tenemos que estrujarle en la cara a los militares, que su misión es defender la soberanía y la de cumplir su juramento. Desgraciadamente hasta ahora son muy pocos los integrantes de la FAN que lo han hecho, y les ha costado la baja, la cárcel o el exilio. Eso ha ocurrido porque no ha habido cohesión en la FAN.
Hoy es oportuno reflexionar sobre ese tema, los civiles los necesitamos y los militares nos necesitan para reeinstitucionalizar a Venezuela. Otra cosa, los civiles y militares de talante democrático necesitamos la colaboración de fuerzas aliadas que están a la espera de nuestra iniciativa. Cuando de manera contundente demos esa señal, desde ese mismo momento comenzará la liberación del país. Manos a la obra, organización y decisión.
Pablo Aure