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martes, 12 de mayo de 2020

*EL COVID19 ES UN ARMA BIOLÓGICA USADA PARA EL BIOTERRORISMO* Por: Ing. *GUSTAVO BENÍTEZ GUEVARA*


*EL COVID19 ES UN ARMA BIOLÓGICA USADA PARA EL BIOTERRORISMO*

BIOTERRORISMO es el término utilizado para definir el empleo criminal de microorganismos patógenos, toxinas o sustancias dañinas contra una población, con el propósito de generar enfermedad, muerte, pánico y terror...
ARMA BIOLÓGICA es todo microorganismo o biotoxina utilizado para mermar las fuerzas enemigas y/o sus poblaciones civiles.
La perversa idea de utilizar agentes infecciosos para efectos similares a los de las grandes epidemias ha sido considerada por el hombre desde hace muchos años y existen descripciones en distintos periodos de la historia. Es así como, durante la segunda pandemia de peste bubónica, se registra uno de los primeros eventos que puede ser considerado como bioterrorismo. En 1346, durante la invasión de la ciudad de Kaffa (actualmente Feodosia en Crimea), la Armada Tártara colocó los cadáveres de aquellos que habían sucumbido por la plaga en las entradas de la ciudad. La epidemia que se generó provocó la derrota de los defensores de la ciudad de Kaffa…
De forma similar fue la utilización intencional del virus de la viruela como "arma biológica", hecho realizado por el Ejército Británico en contra de los nativos norteamericanos entre 1.754 y 1.767. Los soldados del Ejército Británico distribuyeron mantas que habían sido utilizadas por enfermos de viruela entre los nativos norteamericanos, matando aproximadamente a un 50% de las tribus afectadas. Con el descubrimiento de la vacuna contra la viruela por Edward Jenner y el subsecuente desarrollo de vacunación, la amenaza potencial de utilizar la viruela como arma biológica disminuyó considerablemente...
El establecimiento de los postulados de Koch y el desarrollo de la microbiología moderna han permitido el aislamiento y producción de arsenales con agentes infecciosos. En el siglo XX existe evidencia de que el ejército alemán desarrolló un programa para la creación de armas biológicas durante la Primera Guerra Mundial. El Bacillus Anthracis o Burkholderia Mallei fueron usados por los alemanes para contaminar al ganado vacuno que fue exportado a Rusia.
Japón también desarrolló armas biológicas para destrucción masiva durante su ocupación en Manchuria, desde 1932 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, bajo la dirección de Shiro Ishii. La unidad 731 era la base para la creación de sus armas biológicas y los experimentos eran llevados a cabo con los prisioneros chinos. La unidad 731 fue la responsable de epidemias con: Vibrio cholerae, Shigella spp., B. anthracis y Y. pestis, propagadas en diversas regiones de China. Mayormente utilizaron pulgas contaminadas con Y. pestis, las cuales fueron dispersadas mediante aviones y se les considera responsables de los múltiples brotes de las plagas en China.
Durante la Segunda Guerra Mundial prisioneros en campos de concentración Nazis fueron expuestos a Ricketsia prowazekii, al virus de la hepatitis A y Plasmodium spp, con el objetivo de crear sulfonamidas y vacunas contra estas infecciones. Experimentos que también fueron llevados a cabo para la creación de armas biológicas por parte del Gobierno de Adolfo Hitler.
El bioterrorismo es una amenaza real para la humanidad. Así lo describe la Interpol en su página web, en donde además plantea que tiene información de grupos terroristas y delincuentes que tienen la capacidad y el ánimo de usar agentes biológicos para provocar daño a las sociedades. También advierte que el perjuicio causado por un suceso de este tipo puede alcanzar magnitudes insospechadas, al provocar un gran número de contagios y de muertes, así como sembrar el miedo y el pánico a nivel mundial, es decir una situación muy similar a lo que ocurre actualmente.
Al Qaeda y el Estado Islámico durante años han intentado tener acceso a una fórmula que les permita realizar atentados terroristas con el ébola, esto de acuerdo a un informe del Instituto Español de Estudios Estratégicos. Recientemente, en entrevistas dadas a distintos medios de comunicación, Peter Piot, científico que descubrió ese virus, afirmó que el coronavirus tiene una propagación "más crítica".
Donald Trump ya estaba informado de que iba a estallar esta Pandemia mundial desde que tomó posesión como Presidente de los Estados Unidos. Trump fue alertado sobre este riesgo como un posible "ataque bioterrorista". Desde ese momento el gobierno norteamericano comenzó a financiar una investigación para crear una vacuna universal contra las cepas de la influenza. Lo cierto fue que muchos funcionarios desestimaron la información o la ignoraron por completo…
Actualmente el mundo se encuentra de rodillas ante un miserable microorganismo, que tiene a la humanidad en las tinieblas de la incertidumbre y el terror.
Hasta ahora solo cabe la presunción de un complot, fomentado por diversos países comunistas, para el desarrollo de esta "arma biológica". Una "guerra fría" que también persigue la desestabilización de la economía mundial. Los que fomentaron esa arma biológica tienen como objetivo el apoderarse de aquellos elementos que los hagan poderosos ante los demás países del mundo, sin importarle las víctimas ni las consecuencias colaterales. La utilización de armas biológicas a escala global ya no es hoy en día, una amenaza teórica sino una realidad cuyo potencial destructivo es extremadamente elevado…
140 países se comprometieron a no utilizar armamento biológico, entre ellos la Unión Soviética e Irak y, posteriormente, casi todos los países han firmado tratados internacionales a favor del desarme biológico, pero, en cambio, el número de éstos que poseen armas biológicas se ha incrementado notablemente en las dos últimas décadas. En 1995, según fuentes de la Oficina de Asesoramiento de Asuntos Técnicos y las sesiones del comité del Senado de los Estados Unidos, al menos 17 países continúan fabricando armas biológicas. Estos son: Irán, Irak, Siria, Libia, Corea del Norte, Taiwan, Israel, Vietnam, Laos, Egipto, Bulgaria, Cuba, India, Corea del Sur, Sudáfrica, China y Rusia.


*GUSTAVO BENÍTEZ GUEVARA*

IMAGEN SUPERIOR: Fotografía referencia de OPS en: Mitos más difundidos sobre COVID-19