Delincuencia Organizada Transnacional. El Fortalecimiento del Terrorismo Islámico en América.
Por: Didier Albert Vásquez. MSc. Ingeniería de Mantenimiento.
Unidad de Investigación. Fuerza Pública en el Exilio.
Ante el más salvaje latrocinio perpetrado por la cúpula militar de la dictadura, a manos de Manuel Quevedo en nuestra industria petrolera y su brutal incompetencia gerencial, es necesario señalar que, la debacle financiera y operacional de nuestra gran corporación tiene un oscuro cimiento en la sinergia de este nefasto régimen con una de las más oscuras fuerzas terroristas hoy en día enquistadas en las estructuras del Estado.
En ese mismo sentido, la simbiosis de estos grupos terroristas, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) con el régimen venezolano, ha puesto de manifiesto el acceso de estos, a amplios recursos económicos y logísticos de PDVSA, los cuales además del contrabando de gasolina, fortaleció y amplió sus rentas criminales producto del tráfico de drogas en alianza con el cartel de los soles, utilizando de plataforma el espacio geográfico venezolano.
En la actualidad, bajo la tutela de Tarek el Aissami, (sancionado por El Departamento del Tesoro de Estados Unidos por su "significativo papel en el Tráfico de Drogas" y vinculado a grupos terroristas como Hezbolla) la producción de crudo permanece en sus mínimos históricos y la infraestructura productiva permanece sumida en la más implacable destrucción producto de años de desinversión en el mantenimiento, y actualización en nuevas tecnologías. Los derechos contractuales de los trabajadores han sido pulverizados y burlados una y mil veces con retóricas absurdas que sólo refleja la total incapacidad administrativa., mientras que los representantes sindicales, independientes de la corriente ideológica del régimen, son amenazados, perseguidos y encarcelados.
La corrupción rampante en sus líneas gerenciales y la politización de cargos administrativos no ha hecho sino profundizar la decadencia e inoperancia de nuestra más grande y principal industria nacional, provocando además de un incalculable daño patrimonial a la nación, la fuga masiva de un valioso recurso humano imprescindible para reactivar la producción. Debido a lo anteriormente planteado es inevitable concluir que la supervivencia de PDVSA está unida al rescate de la democracia y el Estado de derecho en nuestro país Venezuela.
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