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viernes, 26 de mayo de 2006

VELÁSQUEZ Y PILATOS. Por: Coronel ® (FAV) Sammy Landaeta Millán. Opinión. Venezuela.


VELÁSQUEZ Y PILATOS.  Por: Sammy Landaeta Millán. 

Hace más o menos un año la República Bolivariana de Venezuela contemplaba la acción del Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) Luis Velásquez Alvaray, fungiendo como el hombre más poderoso del régimen revolucionario, en la aplicación de justicia desde la óptica bolivariana. En su afán de adecentar los órganos del poder judicial, destituía jueces bajo las causales de estar relacionados con el narcotráfico, por actitudes complacientes, por corruptos, por ineptos, por inclinaciones hacia la drogadicción, alcoholismo u homosexualismo y entre otras, por el delito revolucionario de ser señalados como Escuálidos (contarios al desgobierno) y Golpistas (Sucesos del 11 de Abril de 2002).

Por la difícil faena del distinguido Magistrado del TSJ, en su papel justiciero, investido de amplios poderes, no se conoce a ciencia cierta a que grandes intereses tocó o hasta donde llegaron sus conocimientos e investigaciones, para que cayera en desgracia. Él consiente de que los hombres, cual torero, cuando muerde la arena, se levantó y caminó con paso firme hacia lo que consideró justo, verdadero, legal, honroso, para su defensa legitima; trató de hacerlo, pero no tuvo eco. Se quedó esperando una tabla salvavidas o la imagen de un ser interventor que actuara con justicia, pero nunca llegó, o quizás Hugo Chávez le hizo llegar una señal de fe, con base metafórica: “Luis, la justicia también es de Dios”

Del árbol caído todo el mundo hace leña, reza un viejo adagio, y eso es lo que se pretende hacer dentro del seno del proceso revolucionario con las denuncias del Magistrado del Tribunal Supremo. A Luis Velásquez Alvaray, se le imputa la responsabilidad total de la adquisición, sin licitación de un terreno destinado a la construcción de una comunidad, judicial, conocida como “Ciudad Lebrum.” Hemos visto con estupor que sus señalamientos constituyen apenas la punta del iceberg, porque debajo de la superficie pastosa de las aguas nauseabundas del proceso, se esconden mafias, bandas, tribus, inversionistas del siglo XXI y él implica directamente en sus denuncias a José Vicente Rangel, Vicepresidente Ejecutivo, Jesse Chacón Escamillo, Ministro del Interior y Justicia y Nicolás Maduro, presidente de la Asamblea Nacional.

Parece una lucha entre miembros de poderes del Estado, pero las cosas se agravan más; Velásquez denuncia la intención de una nefasta sustitución de Hugo Chávez. Refiere que los precitados miembros del alto gobierno, le quieren dar al Presidente Chávez el mismo tratamiento que les adjudicó a los militares retirados después de los sucesos del 11 de Abril de 2002, cuando los llamo “condones.” (Por la supuesta utilización que de ellos hizo, el Imperio Norteamericano.) Ahora, según el Magistrado Velásquez, sus propios partidarios reviven una tesis del “chavismo sin Chávez” y al iluminado líder del proyecto revolucionario después de usarlo, lo pasarán a la categoría de preservativo.

Entendemos la angustia, la preocupación, el desvelo y hasta el temor que este momento pueda tener el Magistrado Luis Velásquez Alvaray, así asuma la valiente posición de decir que no le tiene miedo a nadie y quien quiera matarlo que lo haga. Él sabe que no lo van a hacer, conoce que en los predios de la revolución existen diferentes métodos y medios para causarle algún tipo de agresión que parezca un accidente. Dios interceda por la vida del Magistrado y sus familiares, porque los que hemos probado del sabor amargo de la amenaza, la agresión, el atropello; sabemos del pensamiento y la semblanza de los familiares de los presos, perseguidos, secuestrados y muertos, por causa del desgobierno, podemos dar fe, con conocimiento de causa, como actúa el G-2 Cubano, la Guerrilla Colombiana, los Círculos Bolivarianos, los cuerpos de seguridad del Estado, la FAN y hasta la mafia Rusa, para preservar el bandidaje revolucionario.

Señor Magistrado. Da lástima y pena ajena ver a tres señores integrantes de un supuesto poder moral actuar en descargo de su persona. Aunque ellos no lo quieran reconocer, sus atributos son mayores en defensa del proceso revolucionario. Quizás como Ud. afirma, que en compañía de tres o cuatro diputados defendía lo que era justo para Ud. el día 11 de Abril del 2002, ya esos mismos moralistas, que han mancillado la credibilidad del pueblo, estaban escondidos en cualquier guarida o camino a una Embajada de un país de otro continente, por miedo. Sin duda Ud. está convencido de haber sido un baluarte en la defensa de las políticas y la implantación del proceso revolucionarios en el país, pero ante ellos hoy solo significa un elemento de sanción ejemplarizante. El proceso electoral que se avecina necesita una muestra contundente de sanción moral, política y publica para oxigenar al régimen y Ud. encarna perfectamente en ese perfil. Mas aún, si le comprobasen alguna responsabilidad penal. Lo llevarán a la cárcel.

Llego la hora de su defensa integral a través de cualquier tribunal, fiscalía, medio, radioeléctrico, televisivo o escrito. Inicie sus consecuentes denuncias internacionales para proteger no tanto su imagen o su honor, sino su vida y la de su distinguida familia. Ud. sabe con quién se enfrenta. Al final el líder del proceso lo dejará que lo destruyan, que le enloden la imagen. Convénzase que hasta los más imberbes Diputados de la Asamblea Nacional levantarán su mano derecha para sancionarlo y reducirlo. Posteriormente Ud. será difamado, vilipendiado y humillado en el programa revolucionario que trasmite diariamente, el canal de todos los venezolanos, próximo a la medianoche.

Por experiencia propia, puedo referirle, que a partir de Agosto de 1999, cuando comandaba la Base Aérea de Barcelona, Estado Anzoátegui. Pese a conocer a Hugo Chávez, desde que era Cadete de 2do Año en 1972, bastó y sobró que involuntariamente, vulnerara los intereses particulares de hombres identificados con el “proceso” como el G/B (GN) Julio Rafael Lara Guzmán, Jefe de la Guarnición, el Coronel (GN) Alex Faria, Jefe de Estado Mayor del Regional N° 7 y el Ministro de Relaciones Interiores, Cnel. (Ej.) Luis Alfonso Dávila García, por no permitir intromisión política en mi Comando y porque mandé a sacar de la Base Aérea la camioneta 4×4, que trasladaba a Chávez en gira política. Sin estar incurso o denunciar ningún problema de corrupción. Por defender la institucionalidad, caí en desgracia; desdibujaron mi imagen, ante la opinión pública, ante la FAN y el 16 de Enero de 2000, me atropelló un carro en extrañas circunstancias y la Fuerza Aérea Venezolana me dio la espalda y fui excluido de los ascensos en Julio 2000. Además, Hugo Chávez me había concedido una audiencia el 27 de Junio de 2000 y por manipulaciones de su entorno me atendió el 8 de Diciembre de 2000, ya tenía seis meses de baja. El presidente, me puso la mano en el hombro derecho y me dijo: “Sammy tienes que irte, por haber adoptado una actitud pública.” ¡Aparentó no saber que estaba fuera de la FAN! A Ud. le está pasando lo mismo, él está fingiendo, no haciéndose participe de sus graves denuncias. Con mi pase al retiro, por propia solicitud, formalicé “una protesta.” Con alta dignidad, sigo actuando en contra los desmanes de Hugo Chávez en la FAN y el bandidaje revolucionario, a los cuales combato día a día. Hoy Ud. Magistrado Velásquez, por su actitud en señalar, ese mismo bandidaje, pasa a la historia por afrontar su verdad, su responsabilidad y su denuncia dentro del seno político de las fuerzas del nefasto gobierno, en contra de los intereses de la Patria. ¡Manténgala y Resista!

No se preocupe por saber por quién doblan las campanas hoy, Sr. Magistrado. Es por Ud. La suspensión de su cargo hace presumir su inminente destitución. Respetuosamente, Ud. está muerto políticamente, por voluntad de algunos partidarios del proceso que lo identifican como antes me catalogaron: “Inconveniente para el proceso revolucionario.”

Insisto finalmente, Sr. Magistrado, preocúpese por salir ileso físicamente, en compañía de sus seres queridos y por favor no invoque más la intervención del usurpador de la Presidencia de la República Hugo Chávez Frías, para que tenga conocimiento de su caso. No es necesario. Mediante la actuación del poder moral y su próxima asistencia a la Asamblea Nacional, ya lo dio por concluido. Él se lavó las manos.

Cita: “Por mi parte, he cumplido todo lo que he podido y si no quisieren continuar, bien, me lavaré las manos como Pilatos”. 

Simón Bolívar.





Sammy Jesús Landaeta Millán.

Coronel Aviación.

CIV-3.441.697

Email: sammylan@yahoo.es

Twitter: @ProtestaMilitar 

Caracas, 26 de Mayo de 2006