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viernes, 31 de mayo de 2024

Pa’ luego es tarde. Por: Eduardo Figueroa Marchena.


Pa’ luego es tarde

La vida para la disidencia real, la de verdad, la que no es encarcelada por beneficio del partido, la que no puede costear celdas VIP con comida a la carta y multifuerzas, la que es perseguida, cazada, asesinada o con mucha suerte sólo sentenciada a quinquenios en campos de concentración; la vida para ese grupo, esté dentro o fuera del país, es tremendamente compleja. Y no por las afrentas económicas, laborales, familiares, sociales y emocionales que atraviesan por consecuencia de esa arriesgada carrera de deliberar con cabeza propia, pues ese tipo de problemas son rutinarios para el resto de los seres humanos y sencillamente se les conoce como «vida».

La vida para los que decidimos señalar al régimen y acusar con vehemencia a la oposición que decidió vivir de ser oposición, traficando esperanza y engordando gracias a sus ONG. Es compleja y dura por la claridad con que lamentablemente se ve la realidad, por la transparencia con que se percibe el futuro inmediato y mediato. Es una maldición, aún más, cuando se decide por compromiso o masoquismo ir comunicando y demostrando que la tierra es redonda, en contra de los clérigos políticos que alimentan su poder haciendo ver a realazos y manipulación que en el horizonte se acaba el mar.

Quienes componen la disidencia apartidista son una especie de apóstoles, que de manera pública o clandestina, sin conocerse, van predicando la verdad, con el riesgo de terminar ahogados entre las dos grandes mareas hermanadas en corrupción, cinismo y genocidio. Caras de una misma moneda, que convirtieron el yin yang en un lodazal grisáceo.

Cada día se torna más menesterosa la integración de quienes conocen la verdad y la defienden con compromiso, sobriedad y ética, sin egos, ni complejos, sin berrinches ni deseos puberales de ser reconocidos. Las elecciones venideras, según indican los datos, la lógica y los actores, desecharán, nuevamente, valiosos recursos que pudieron ser chispa creadora de acciones efectivas. Desecharán, lamentablemente, extraordinarios recursos humanos que por candidez, estupidez o soberbia no mantuvieron el cordón sanitario con el que debe ser aislado todo integrante del G4 y sus filiales. «Stulti est in errore manere» .

Sólo un evento extraordinario de proporciones bíblicas podrá evitar que el esperpento electoral de julio no derive en mayores miserias. Es por ello que los navegantes y náufragos que se han mantenido con vida, «sin delirios caudillescos «, entre los vendavales de las dos mareas, tienen el deber imperioso de agruparse y avanzar. Pa’ luego es tarde.

Eduardo Figueroa Marchena

Licenciado en Ciencias y Artes Militares. Msc. Participación ciudadana y psicología social

Twitter (X) @EduardojfmVzla

FUENTE: EL NACIONAL / https://www.elnacional.com/opinion/pa-luego-es-tarde/