LA PREDICA DE LA MENTIRA
Por Carlos E Méndez
Junio 09, 2010
Escuchando al presidente de Venezuela en su
interrupción en cadena de este martes ocho de junio por la noche, me
vino a la memoria la frase celebre del
estadista,
historiador, escritor, militar, orador y ex-primer ministro británico
Sir Winston Churchill: “el comunismo es la
filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia, y la prédica a la
envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la
miseria”
El mandatario nacional pareciera estar viviendo en el
fantástico planeta de los simios, donde la raza humana esclavizada
vivíamos enrejados y encadenados. En su crasa ignorancia Chávez compara
de forma simplista y con fines electoreros a los “pobres del imperio”
quienes gozan de los programas sociales de vivienda, alimentación y
salud que sustenta a su favor el estado norteamericano, con los pobres
de la Venezuela de hoy en donde este desgobierno los multiplica
exponencialmente y los hace más miserables. Todo cuanto escuchamos
anoche resulta una fantasía fantasmagórica. Nuestros pobres venezolanos
hasta hace apenas diez años también fueron la envidia del resto de los
pobres de Latinoamérica y del Caribe, cuando su pobreza no pasaba de ser
un transito hacia la prosperidad, a diferencia de este nefasto periodo
de capitalismo de estado que bajo la bandera del socialismo pretende
explotarlos eternamente y alimentarlos con productos en estado de
descomposición.
Chávez confunde su rol de presidente dentro de una
sociedad democrática, con la de un caudillo de facto que abusa de su
poder. El estado es una institución creada por la sociedad para regular y
canalizar sin discriminación de ningún tipo sus múltiples actividades.
El estado no es un gobernante independiente como para que
unilateralmente dicte las reglas del juego en contra de la propia
sociedad que lo eligió como súper intendente. Ni siquiera el estado es
quién, para dejar al margen de la actividad social y económica a otro
sector de la población. Ensañarse como esta ocurriendo contra ese otro
conglomerado en nombre de un proyecto personal que emplea como arma
ofensiva la exclusión, las expropiaciones, las confiscaciones y las
invasiones, es un exabrupto político, social y económico, al que hay que
ponerle un detente antes de que el río se desborde. Ya es tiempo de que
el presidente y sus ministros entiendan de una vez por todas, que ellos
son unos servidores públicos a la orden de la sociedad que es quien en
definitiva les paga sus sueldos. La renta petrolera es del país nacional
y no de un gobernante que la utiliza a su antojo para vivir de lo
lindo, enriquecer a los suyos y empobrecer a los gobernados.
Por lo tanto, no constituye un acto de conspiración
contra el estado emplear como sociedad todos los mecanismos que la
constitución nos confiere para forzar la salida del presidente y sus
ministros, por su ineficiencia, por enemistar a los unos contra los
otros, y por poner en vilo la paz y la seguridad de la nación. Muy por
el contrario, es una acción valiente para poder conservar el estado de
derecho que sistemáticamente este régimen fracasado y envidioso ha
venido desmontando con premeditación y alevosía.
Autorizada su reproducción, difusión y publicación.
Carlos E Méndez
"El miedo toco a la puerta; la fe la abrio, y no encontro a nadie"
Martin Luther King.