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domingo, 19 de diciembre de 2010

inFeliz año 2010… // Por: René Nuñez // PORTACHUELO


inFeliz año 2010…

PORTACHUELO
  Por: René Núñez (*)
 17 diciembre 2010
Pido perdón por este título, pero no puedo ser hipócrita para decir que este año nos fue bien como nación. Razones de sobra me asiste para decirlo de corazón porque a éste no se le puede mentir, menos cuando interiormente está muy sentido de innumerables insatisfacciones a todo nivel por el mal obrar y lo viciado de quienes desde el poder y en nombre del cristianismo se volvieron a burlar de nuestra fe y esperanza de tener una calidad de vida mejor segura, decente y en paz.
Otra gestión maula,  con poco esfuerzo serio en la lucha hermanada por una Venezuela próspera, justa, plena de paz y amor. Otra vez no tuvieron excusas para ignorar compromisos tan sagrados como los de la solidaridad, de la inclusión social, de la justicia  y de la unión de todos los pueblos de oriente, de occidente, del norte y del sur del territorio nacional en una sola dirección integrada de país. Por el contrario, se distrajeron en otras cosas distintas a las del compromiso cristiano pero también de sus deberes y responsabilidades constitucionales en cuanto al cumplir y hacer cumplir las normas de derecho  y de convivencia social.
Otro año, con innumerable violaciones de derechos humanos que bajo ninguna circunstancia un cristiano debió permitir o aplaudir o hacerse el ignorante ante el abuso de poder del gobierno contra sus nacionales. Desde el poder los supuestos creyentes en Dios siguieron  encarcelando ciudadanos inocentes por no compartir sus ideas, sus opiniones y mala conducta pública. 20 mil muertes por homicidios, una inflación similar a la de los últimos años (30%), un decrecimiento económico alrededor del 4%, un aumento del gasto publico (40%), un endeudamiento interno y externo que raya en lo obsceno, son entre otros indicadores macroeconómicos negativos de la gestión pública. Se siguió con la campaña salvaje de expropiaciones y de destrucción de la economía productiva. Dejaron de perder miles de toneladas de comida, sin responsables. El déficit de vivienda se acercó a los 3 millones. Los trabajadores volvieron a ser ignorados, pisoteados en sus luchas reivindicativas, debilitaron sus sindicatos creando entes paralelos con fines ideológicos para la defensa del régimen. Se siguió privando a los ciudadanos de la posibilidad de escoger alimentos según sus gustos y sus posibilidades estimulando la escasez y los altos precios por los efectos de la economía de puertos, así como por las intervenciones de centros distribuidores de alimentos. La regaladera de dinero a otros países no cesó, ni tampoco la compra de armamento bélico a cambio de petróleo, acero, aluminio y hierro. La política exterior siguió desarrollándose alrededor de naciones que nada tienen que ver con nuestros intereses históricos, políticos, económicos y culturales. Se intensificó la antipatía norteamericana, nuestro mejor socio petrolero, pagador oportuno y completo de la factura petrolera.
El año termina con una nueva tragedia humana por las lluvias en varias regiones del país. Una tragedia cuyos efectos devastadores pudieron minimizarse de haber el gobierno central puesto orden en la planificación y el control de viviendas y en la construcción de urbanizaciones dignas y seguras. Situación aprovechada por el gobierno para hacer demagogia, populismo, y lo más inaceptable, la reafirmación del apartheid político y social cuando se excluyó de los planes de emergencia a gobernadores y alcaldes opositores.
El dolor, la orfandad y la miseria de las víctimas importaron poco, pues  el gobierno no tuvo empacho alguno para aprovechar la coyuntura trágica e instar al parlamento nacional, pronto a expirar su mandato, a aprobar leyes para la legitimación progresiva del proyecto socialismo-comunismo  del siglo XXI, rechazado por el soberano en un referendo hace años atrás. Así impusieron “las comunas”, una especie de estado paralelo con la finalidad de ignorar el nuevo parlamento que tomará posesión el próximo 5 de enero con participación de 67 diputados opositores. Impusieron 9 magistrados principales por doce años, y 32 suplentes por cinco. Cuando salga esta columna, habrán aprobado una reforma a la ley de responsabilidad social para controlar el uso de Internet, y como si no tuviera dominio total sobre los poderes del Estado también otra ley habilitante para que el presidente de la república no tenga trabas, según el diputado Mario Isea.  Para el régimen, los ciudadanos se deben al Estado y su gobierno, y no el Estado y su gobierno a los ciudadanos. El socialismo prima sobre la ciudadanía.
En resumen, el 2010 resultó otra oportunidad de país perdida, con mediocres resultados que nos hacen cada vez más vulnerables por la alta dependencia de bienes y servicios del extranjero. Cada vez somos más improductivo, más corrupto, más inseguro, mas ideologizado, sometido constantemente a una prédica perversa de odios y resentimientos provocando divisiones y desuniones familiares como nunca antes existieron.
Empero, Dios el Todopoderoso,  sigue de nuestro lado, obligándonos  con amor, y solidaridad a seguir trabajando por la prosperidad, la igualdad, la justicia y la paz de todos nuestros hermanos venezolanos, esperanzados de que muchos de los que nos gobiernan mas temprano que tarde se revisarán  e iniciarán su alejamiento del camino del mal. El 2011 será la nueva oportunidad de vida para reivindicarse con Dios, con su familia y con el prójimo, abriendo  sus corazones y construyendo espacio para la misericordia de los excluidos, los retenidos sin delito alguno, pero también para cumplir con las responsabilidades del cargo público que dirigen por mandato popular.
Feliz navidad. Regresamos el 19 de enero del 2011. Con “Diplomacia de Micrófono”, de 1 a 2 PM por La mejor FM 91.5, esta vez acompañado con el avezado y crítico periodista  Armando Gruber Bolívar
(*) Internacionalista.  Edición 1136