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domingo, 11 de enero de 2015

EL PARO, ES INNECESARIO EN ESTOS MOMENTOS. Por: CESAR GUILLEN CITTERIO.



EL PARO, ES INNECESARIO EN ESTOS MOMENTOS.

Por: CÉSAR GUILLEN CITTERIO.

Un paro nacional o generalizado tal como se ha convocado, es innecesario y puede resultar desfavorable  en estos momentos, pues el país está estructuralmente paralizado y avanza hacia un indetenible colapso final. Actualmente el pueblo en todos sus estratos, percibe ya directamente la crisis de desabastecimiento en todos los órdenes de la vida nacional, siendo los más significativos los de alimentos y medicinas, esenciales en la vida cotidiana de cualquier sociedad.

Los recientes acontecimientos ocurridos a todo lo largo del país: largas colas; hechos de violencia; agresiones y saqueos, así como la evidencia inocultable de los anaqueles vacíos, son el mejor ejemplo de esta paralización. Un hecho contundente que nos lo confirma es que la misma red de distribución del estado (MERCAL-PDVAL), no tienen en absoluto los alimentos y productos básicos de la dieta diaria.  Solo los Cínicos manipuladores del alto gobierno se niegan a reconocerlo y emiten declaraciones difusas, afirmando el completo y total abastecimiento y exhortan a no realizar compras nerviosas. Una actitud detestable que demuestra la gravedad de la situación interna que confrontan, y del pánico que ya sabemos ronda a su alrededor.

Es por ello que un paro nacional, en las actuales circunstancias, sin conexidad con eventos posteriores, podría más bien beneficiarlos y darles un respiro dentro de su ya inexorable agonía. Primero porque le permitiría sacar a los escasos esbirros que le quedan para salir a reprimir y enfriar la ola creciente de descontento anteriormente señalados. En segundo lugar, podrían denunciar, que el plan de guerra económica y de rumores de la derecha fascista, tal como ellos lo han venido denunciando  tenía como objetivo desembocar en actos de desestabilización, sabotajes y guarimbas.

Además con las fuerzas en las calle y con el abuso de autoridad que les caracteriza, podrían allanar cualquier establecimiento, tomar algunas cajas de víveres de aquí y de allá, y presentarlas como evidencia de acaparamiento, denunciar ante el mundo que eso es una prueba concreta de la guerra económica y del sabotaje fascista  como ahora infelizmente lo llaman y luego montar un show mediático para repartir tal decomiso al pueblo, que no es otro que los mendigos itinerantes del PSUV, que siempre vemos en los actos, las rumbas y toda clase de montajes populistas que le son propias y  que fueron heredadas del payaso eterno.

Así mismo EL PARO  desviaría la atención de la gravedad de la crisis que ya la gente común empieza a percibir, del fracaso de la gira de mendigo realizada en el exterior, de la señal de costumbre que le hicieron los chinos y los rusos y de la irremediable crisis del precio del petróleo.

Por último, el pueblo que está en la calle diariamente observando y protestando, tendría que retirarse a sus hogares. No podemos permanecer en las casas, no debemos darle ningún tipo de excusas para ENFRIAR lo que es evidente: Todo el país  está protestando, viviendo en carne propia el desastre en que nos han metido y observando en primera fila como avanza progresivamente hacia su total paralización. No hace falta convocatorias. No los ayudemos una vez más como la infeliz estrategia de la mesa de dialogo o las convocatoria a elecciones. No podemos seguir cometiendo errores como los del reciente pasado. Estamos en la fase final, todo apunta hacia ello.

Tenemos por el contrario que obligarlos a dar la cara diariamente por todo lo que falta que deba ocurrir, no le ofrezcamos excusas para evadir y afrontar el colapso de su gobierno, que hasta ahora se derrumba solo. Tendrán que declarar de día y de noche, hacer cadenas cada hora, darán noticias como la muerte de Fidel y otras noticias improcedentes para nuestra realidad nacional. No lo olviden, Lo harán  para desviar la atención,  y trataran por cualquier medio de justificar lo que ya es inevitable.

La única convocatoria es llegar hasta el final, sin distracciones, presionando diariamente por todos los lados. Nuestro único y noble objetivo es el de derrumbar toda esta estructura podrida y malsana, ya llegamos al fondo no hay más donde bajar. ¡NO LE DEMOS UN SEGUNDO AIRE!

IMAGEN SUPERIOR: Cortesía de SOS Venezuela