A la hora y fecha, el próximo 10 de enero se ha convertido en el día de Edmundo. Es también el día de la esperanza para la gran mayoría de los venezolanos; especialmente para ese 70 por ciento de los electores que el pasado 28 de julio sufragaron por el cambio político y la recuperación de la independencia, la soberanía, la libertad, la paz, la unidad de la nación y la vigencia del estado de derecho en Venezuela después de 25 años de revolución. El 10 de enero es el día de Edmundo y también es el día D. Cuando los venezolanos tengamos la realidad de la presencia del presidente electo entre Castillete y punta Playa, entre la isla de Aves y las cataratas de Huá, en algún punto de los 916.445 kilómetros cuadrados de la superficie de su territorio, y observemos nuestro reloj de mano; ese momento será la hora H y ya debería de haberse desencadenado una serie de acontecimientos sorpresivos que van marcarse en la historia como el inicio de la derrota del régimen de la revolución bolivariana y su salida del poder. La entrada en el cambio político del país decidida con los resultados electorales del 28J. Edmundo estaría poniendo a Nicolás, como se dice coloquialmente, a morder el polvo de la derrota.
El 10 de enero de 2025 así, es el día de Edmundo. El día D. La hora H él mismo la pone en el reloj de la historia como han quedado impresos otros eventos que pueden constituirse en referencias para una fecha similar.
Un 10 de enero, pero del año 49 a.c Julio Cesar cruza el rio Rubicón y eso marca el inicio de la segunda guerra civil en la republica romana. Ese día entra en los registros históricos porque el político y militar romano lo asalta en algún momento una duda antes de ordenarle a sus tropas cruzar el rio y pronuncia la frase latina que ha trascendido alea iacta est (La suerte está echada) y es el inicio de una empresa de arriesgadas consecuencias que al final lo coloca en el poder en Roma.
El 10 de enero de 2025 así, sigue siendo el día de Edmundo si decide cruzar el Rubicón venezolano como debe ser. Su propio día D. La hora H él mismo debe darle cuerda a su reloj si quiere entrar por la puerta grande de la historia.
Otro 10 de enero, esta vez en 1860, el general Ezequiel Zamora recibe un balazo en la cabeza en el marco de las operaciones posteriores a la batalla de Santa Inés mientas se dirigía a San Carlos. Zamora es uno de los más importantes referentes políticos y militares de la revolución bolivariana y, su figura y actuación son el emblema de la conjunción del soldado y el pueblo en un concepto de movilización del régimen que se llama la fusión cívico militar que se ensambla en sus planes operacionales para garantizarse la permanencia en el poder ad aeternum. La misma que se está convocando para evitar en la calle que se reconozcan los resultados electorales del pasado 28J que dieron como ganador a EGU. De manera que el 10 de enero de 2025 se ratifica como el día de Edmundo y para eso debe superar en la calle a Ezequiel Zamora. Es su propio día D. La hora H él mismo debe anunciarla sorpresivamente como lo ha declarado ante los medios internacionales, después de cruzar el Rubicón criollo a su manera, que lo debe trasladar Hasta el final, en la ruta del cambio político en Venezuela.
La II guerra mundial alcanzó su mayor punto de inflexión en el momento en que 160.000 soldados aliados invadieron Europa en las playas de Normandía. Lo que se convertiría en la mayor incursión naval de la historia militar materializó el 6 de junio de 1944 el día D y la hora H de la planificación conocida como Overlord, cuando el primer soldado saltó con todo su zafarrancho de combate de alguna de las barcazas y se plantó después de salir de las aguas del Canal de la Mancha y empezar a sortear los miles de obstáculos en las arenas francesas. Nadar, tropezarse, arrastrarse y eludir el nutrido fuego aleman de las posiciones de la defensa nazi representaron los impulsos más importantes del efectivo. Llegar a la orilla de la playa representó para cada soldado de la infantería aliada franquear tres líneas defensivas de obstáculos establecidos por el cuerpo de ingenieros de la Wehrmatch en el plan de barreras germano constituido por las puertas belgas, los espárragos de Rommel, los erizos checos, las concertinas, los campos minados, y las zanjas antitanques que fueron dejando a lo largo de toda la extensión de la invasión el horror de la guerra con cadaveres y heridos mutilados en la agonía, que representaban la ofrenda de vida en la primera oleada incursora a través de la extensión del muro Atlántico. Así es el día D y la hora H cuando se empieza a ejecutar una planificación militar. El bombardeo naval de preparación se inició a las 05:45 y se prolongó hasta las 06:25 de la mañana en la hora local. Fueron 40 minutos preliminares hasta que el primer soldado de infantería se lanzó al agua y empezó a llegar a las playas galas a las 06:30. Ese fue el día D y la hora H en Normandía. La estrategia del comando central aliado siempre fue abierta y contenía entre otras líneas gruesas: ultimar la planificación para la invasión aliada del noroeste de Francia, entrenar, organizar y mandar a todas las fuerzas aliadas destinadas al asalto de la Muralla Atlántica de Hitler, dirigir las operaciones del asalto a la costa normanda, liberar Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Dinamarca de la ocupación alemana, definir y ejecutar la invasión de Alemania y la derrota de todas las fuerzas alemanas en colaboración con las fuerzas armadas de la URSS; y establecer un gobierno provisional de ocupación para el control civil y militar, el desarme y la administración de la Alemania derrotada. Sobre esas líneas estratégicas fluidas hacia el escritorio del Führer a través de la red de inteligencia nazi y de las apreciaciones del estado mayor alemán, se montaron todos los planes subsiguientes que si tuvieron la clasificación de supersecreto; entre ellos Overlord y Neptuno. Todos esos objetivos estratégicos fueron alcanzados sin las necedades y las pamplinas de “la estrategia no se revela” y “yo confío en Ike.” En los planes lo único secreto es el ¿cómo? lo demás forma parte del conocimiento público, especialmente entre quienes tienen la responsabilidad de ejecutarlos. Sobre todo, en estos tiempos de redes sociales y de especialistas espontáneos en todo y en nada.
De manera que el 10E Edmundo tiene tres referentes históricos al frente con resultados distintos. Una trinidad de alternativas para seleccionar atento y laborioso cual va a ser su modelo para seguir. Del primero, Julio Cesar quien arriba victorioso a Roma después de tirar la parada de los dados cruzando el rio Rubicón y se ciñe al final la corona gloriosa de laurel; del segundo, el general Ike Eisenhower quien llega a Europa campeón y vencedor después de la rendición de Alemania y con la ejecución precisa de todos sus planes operacionales que obtuvieron todo el diseño estratégico establecido; y por último el del llamado el general del pueblo soberano durante la guerra federal, Ezequiel Zamora quien se quedó a mitad de camino, encunetado en un matorral de la vía de San Carlos, como el objetivo de un francotirador emboscado desde el campanario de una iglesia.
El 10 de enero de 2025 es el día D… de Edmundo y él pone la hora H.
¡La suerte está echada!