”Yo también iba, a veces, me confieso. Yo, pecador, me confieso… Es que a uno se lo llevaba el grupo y cómo (iba a negarse). Mi mamá tenía un viejo jeep que (…) pasaba lleno de subtenientes y ese (los prostíbulos) era uno de nuestros destinos”, admitió.
El jefe de Estado aludió al asunto al comparar el estudio y la práctica de deportes que se estimula en la actualidad en las filas castrenses de su país, lo que censuró que era prohibido en el pasado y considerado casi como “una traición a la patria”.
Chávez reveló, en este contexto, en un acto de graduación de oficiales venezolanos y de militares de Argentina, Bolivia y Brasil, que en una ocasión él y sus compañeros fueron sorprendidos en “una de esas casas por el capitán” del batallón al que pertenecían y que lejos de censurarles les felicitó.
”Nos felicitó y nos dijo: ‘así quería verlos; veamos quien aguanta más”’, reveló.
”Nos condenaron a la incultura, compañeros”, prosiguió Chávez y relató que en una ocasión se le negó el permiso que solicitó para estudiar y que en otra, ambas como subteniente, le arrestaron por contestar al capitán que le negó otro permiso para jugar al béisbol.
”Me arrestaron porque le dije al capitán que me lo negó: ‘yo no puedo jugar pelota, pero si usted se va esta noche a esas casas (…) a las que les ponen bombillitos rojos -hay niños aquí y no puedo… además que creo que están transmitiendo (por televisión), esas casas, tú sabes, alegres, de música-, usted consigue a casi todos los subtenientes”, relató.
El acto en la Academia Militar de Venezuela en el que Chávez hizo su confesión fue el de graduación del tercer curso de comando de estado mayor, al que además de casi tres centenares de graduados, sus esposas e hijos, asistió el vicepresidente y ministro de Defensa, Ramón Carrizales, y el comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, general en jefe Carlos Mata Figueroa.
Herald
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