Salvador Allende no se suicidó, ni murió bajo las balas de militares
golpistas el 11 de septiembre de 1973. Durante el asalto al Palacio de
La Moneda, el presidente de Chile fue cobardemente asesinado por uno de
los agentes cubanos encargados de su protección.
En
medio de los bombardeos de la aviación militar, el pánico se apoderó de
sus colaboradores y el Presidente, en vista de la desesperada
situación, pidió y obtuvo breves ceses de fuego. Al final, estaba
decidido a cesar toda resistencia.
Allende, muerto de miedo, corría por los pasillos del segundo piso del palacio gritando "¡Hay que rendirse!," asegura un testigo de los hechos.
Pero antes de que pudiera hacerlo, Patricio de la Guardia, el agente de
Fidel Castro encargado de la seguridad del mandatario, esperó a que
regresara a su escritorio y le disparó una ráfaga de ametralladora.
Enseguida, puso sobre el cuerpo de Allende un fusil para hacer creer que
había sido ultimado por los atacantes y regresó al primer piso del
edificio en llamas donde lo esperaban los otros cubanos. El grupo
abandonó La Moneda y se refugió en la Embajada de Cuba, a poca distancia
de allí. Es hora de la controversia.
Sé que esta versión puede no resultar muy
agradable a más de un chileno. Tengan a consideración que se trata de un
artículo del periodista Eduardo Mackenzie que a su vez hace referencia
al libro de Alain Ammar, mismo que les doy a conocer por este medio, sin
haber pedido permiso. En lo personal me da mucha pena que haya gente
que siga alabando a Fidel Castro, cuando éste ha hecho uso del espionaje
y el revés político con el mismo estilo que lo hace Estados Unidos, la
diferencia es que Fidel tira la piedra y esconde la mano. Dejo a su
consideración el texto, vale la pena leerlo completo. ¿Ustedes que
opinan?
...
Por Eduardo Mackensie
Esta historia del fin dramático de Allende, que a su vez contradice las
dos versiones encontradas que han hecho carrera ???la heroica muerte en
combate y el suicidio???, surge de dos ex agentes de organismos secretos
de Cuba, muy bien informados sobre el sangriento episodio y hoy
exiliados en Europa.
En un libro recién publicado en París, Cuba Nostra, les secrets d???Etat
de Fidel Castro (Nuestra Cuba, los secretos de Estado de Fidel Castro)
por Ediciones Plon, el periodista Alain Ammar, especialista en América
Latina, analiza y confronta las declaraciones que le dieran Juan Vives y
Daniel Alarcón Ramírez, dos ex funcionarios de inteligencia cubanos.
Exilado desde 1979, Vives cuenta que en noviembre de 1973, en un bar del
hotel Habana Libre, donde miembros de los organismos de seguridad
solían reunirse los sábados para beber cerveza e intercambiar
informaciones de todo tipo, escuchó esa escalofriante confesión del
mismo Patricio de la Guardia, jefe de las tropas especiales cubanas
presentes en La Moneda ese fatídico 11 de septiembre.
Durante años, Vives guardó silencio porque ???dice??? "era peligroso
hacerlo" y porque no había otro responsable cubano en el exilio que
pudiera confirmar la versión. Sin embargo, cuando supo que Alarcón
Ramírez, alias Benigno, uno de los tres sobrevivientes de la guerrilla
del Ché Guevara en Bolivia, también estaba exilado en Europa, la idea de
dar a conocer los graves hechos cobró fuerza. Benigno confirma la
narración de Vives. Los dos conocieron a Allende y a su familia, los dos
vivieron en Chile durante su gobierno, los dos escucharon, en momentos
diferentes, la confesión de De la Guardia a su regreso en La Habana.
En el libro se describen con precisión los últimos meses del gobierno de
la Unidad Popular y, sobre todo, el avanzado grado de control que
Castro había logrado ???mediante espías del servicio cubano de
inteligencia, operadores y agentes???, sobre Allende, sus ministros y
hasta sus amigos y colaboradores más íntimos. De hecho, la llamada "vía
chilena al socialismo" había sido desviada por el castrismo hasta el
punto de que en el Gobierno algunos criticaban la injerencia cubana.
Allende no era el hombre que La Habana quería tener en el poder en
Santiago.
A espaldas suyas, Castro y Piñeiro ???su brazo derecho en
operaciones de espionaje en Latinoamérica??? preparaban para el relevo a
Miguel Henríquez, principal dirigente del MIR; Pascal Allende, número
dos del MIR, y Beatriz Allende, la hija mayor del Presidente, también
del MIR, quien en 1974 moriría en Cuba.
A quemarropa
El control sobre Allende se había agudizado tras el primer intento de
golpe militar, el 29 de junio de 1973, más conocido como El Tancazo.
Cuando Castro supo que los chilenos que rodeaban al mandatario chileno
estaban asustados, le hizo saber a Allende que no podía ni rendirse ni
pedir asilo. "Si él debía morir, debía morir como un héroe ???recuerda
Vives???. Cualquier otra actitud, cobarde y poco valiente, tendría
repercusiones graves para la lucha en América Latina". Por eso Castro
dio la orden a De la Guardia de "eliminar a Allende si a último momento
éste cedía ante el miedo".
Poco después de los primeros ataques a La Moneda, Allende le dijo a De
la Guardia que había que pedir el asilo político ante la embajada de
Suecia, y para hacerlo designó a Augusto Olivares, El Perro, su
consejero de prensa. Olivares fue ultimado por los cubanos antes de
enfilar baterías contra el Presidente. Según Vives, "reclutado por la
DGI cubana, Olivares transmitía hasta los pensamientos más mínimos de
Allende a Piñeiro, quien a su vez informaba a Fidel".
Y según Benigno, un guardaespaldas chileno, un tal Agustín, fue también
fusilado por los cubanos. Semanas después del golpe, De la Guardia le
reveló el fin de Agustín, hermano de un amigo suyo que vive aún en Cuba,
y le dio un importante detalle adicional sobre esa trágica mañana:
antes de ametrallarlo, el agente cubano agarró con fuerza a Allende que
quería salir del palacio, lo sentó en el sillón presidencial y le gritó:
"¡Un presidente muere en su sitio!".
Esta versión del asesinato se había dado a conocer un día después la
muerte de Allende. Varias agencias, entre ellas la AFP, resumieron en
cuatro líneas el hecho, y el 13 Le Monde publicó el cable: "Según
fuentes de la derecha chilena, el presidente Allende fue matado por su
guardia personal en momentos en que pedía cinco minutos de cese al fuego
para rendirse a los militares que estaban a punto de entrar al Palacio
de La Moneda". Según Ammar, esa hipótesis "fue enterrada de inmediato"
porque no convenía "ni a los colaboradores de Allende, ni a la izquierda
chilena, ni a sus amigos en el extranjero, ni a los militares ni, sobre
todo, a Fidel Castro...".
La confirmación que esa hipótesis acaba de recibir de Vives y Alarcón
podría ser reforzada en el futuro por testimonios de otros funcionarios
cubanos que hasta ahora han guardado silencio y por documentos que
reposan fuera de Cuba (ver recuadro).
Las revelaciones del libro son
interesantes, no sólo para los historiadores del fracaso de la aventura
de la Unidad Popular en Chile, sino para los nuevos amigos
latinoamericanos de Fidel Castro, sobre todo para el presidente Hugo
Chávez de Venezuela. Chávez y los otros, por más confiables que puedan
ser hoy para La Habana, podrían estar siendo objeto de idénticos y
siniestros movimientos de control por parte de los mismos servicios que
obraron tan bestialmente contra el presidente de Chile.
En el libro de Alain Ammar, los dos ex agentes cubanos que sostiene la
versión de que Salvador Allende fue asesinado por instrucción de Fidel
Castro, dicen que en un banco de Panamá estaría la prueba reina.
De la Guardia, condenado a 30 años de cárcel durante el proceso contra
el general Arnaldo Ochoa Sánchez, y hoy en residencia vigilada, habría
depositado en un banco panameño un documento en el que describe, entre
otras cosas, el asesinato de Allende por orden de Castro, documento que
debería ser revelado tras su muerte.
Castro habría tomado en serio esta
amenaza y por eso De la Guardia se salvó de ser fusilado, a diferencia
de su hermano Tony, quien junto con el general Ochoa y dos otros
funcionarios del ministerio del Interior, fue pasado por las armas el 13
de julio de 1989.
NOTA: Siempre he creído que el espacio del blog,
es para expresar la opinión personal, tal como he hecho en los posts
anteriores que he publicado. Este trabajo, sobre el cuál no tengo
créditos, quise compartirlo en la comuna de Atina Chile, con el ánimo de
presentar la opinión de un evento tan importante para América Latina,
con otro punto de vista, con otra opinión, con otra información.
Por último, quiero señalar que envío saludos a mi gente de Cuba, digna
de respeto y admiración, que vivir bajo el régimen es nada fácil. Espero
pasar pronto por La Habana para salir a la rumba!
Ciao
Autor: José GamboaIMAGENES:
FOTO 1: Salvador Allende Gossens / Wikipedia
FOTO 2: Chilenos apoyando a Allende. Wikipedia
FOTO 3: Ultima foto de Allende vivo Wikipedia
FOTO 4: Fidel Castro y Salvador Allende /Circuito Sur
FOTO 5: Patricio de la Guarda / Circuito Sur
FOTO 6: Fidel castro durante su visita a Chile/ Wikipedia
FUENTE: ATINA CHILE
REMISIÓN: Raúl Fartorello /[VenezuelaEs-NoEndosable]
¿Podra dormir Esteban?