miércoles, 24 de agosto de 2011 | |
Después de doce años de gobierno de Hugo Chávez y a pesar de una bonanza petrolera sin precedentes, a Venezuela sólo le queda oro en sus reservas internacionales.
A comienzos de agosto de 2011 Venezuela tenía cerca de US$28.300 millones en reservas internacionales. De esas, US$18.400 millones correspondían a oro. Estas últimas valoradas al precio internacional actual del metal, a diferencia de lo que es la práctica usual en el resto del mundo donde los bancos centrales acostumbran a valorarlas al precio de adquisición. Las reservas de oro son consideradas un activo relativamente ilíquido: como un respaldo de última instancia a la posición de pagos externos de los países.
Como sea, el hecho es que las reservas de Venezuela distintas al oro son hoy por hoy menos de US$10.000 millones. A estas habría que restarle los depósitos o aportes a distintas entidades multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) que ascienden a por lo menos US$3.000 millones. Lo que deja a Venezuela con una caja de apenas unos US$7.000 millones. Estas reservas internacionales líquidas representan menos de dos meses de importaciones de bienes y servicios. Dada la tendencia reciente de quema de reservas que trae el país de más de US$3.000 millones trimestrales, parecería inevitable que tendrá que recurrir a vender su oro y/o a restringir en forma más drástica las importaciones y los pagos al exterior. Más aún si el precio internacional del petróleo mantiene su actual tendencia a la baja. Hugo Chávez, en lugar de agradecerle a sus antecesores de la cuarta república que invirtieron en su momento en oro, lo que al final de cuentas ha resultado ser una inversión de una magnífica rentabilidad, les critica que lo hayan trasladado parcialmente a bancos internacionales de renombre. Pero, ¿acaso se perdió el oro? Lo de menos es el sitio donde esté depositado ese oro. Lo importante es que no se lo roben o se “esfume”. Ojalá su traslado al BCV no termine respaldando el pago de derroches como la compra de armas rusas y los subsidios a la pordiosera Cuba de los hermanos Raúl y Fidel Castro. La muy apretada situación de balanza de pagos de Venezuela constituye un empobrecimiento en relación con lo antes era el país. Se refleja, por ejemplo, en la devaluación del bolívar. Antes de Chávez, un bolívar equivalía a 10 pesos colombianos. Ahora con el mismo bolívar se compra apenas 20 centavos de peso colombiano. El mismo resultado se obtendría con las monedas de otros países de América Latina económicamente mejor administrados. Hugo Chávez se ufana que bajo su gobierno Venezuela si es soberana e independiente. Sin embargo, estamos hablando de un país con un gobierno cada vez más insolvente y endeudado, con un sector productivo expoliado y desmantelado, con una economía crecientemente dependiente del petróleo, y con unas declinantes reservas internacionales. ¿Es ese acaso el mismo país al cual se refiere Chávez? Lo que hace verdaderamente soberano a un país no son los discursos de sus gobernantes, sino la fortaleza de su economía y de sus instituciones políticas. En ambos frentes Venezuela ha retrocedido dramáticamente durante estos últimos doce años, no obstante los ingresos externos sin precedentes originados en los altos precios internacionales del petróleo y el amplio apoyo popular que en su momento tuvo a su favor Chávez.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
FUENTE: La Nota.com
IMAGEN: 2001.com.ve
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