IORFAN: Algunas consideraciones históricas.
REMISIÓN: Por bondad, y cortesía de Moises Brunstein.
IORFAN: Algunas consideraciones históricas.
REMISIÓN: Por bondad, y cortesía de Moises Brunstein.
EL POPULISMO EN EL CONTEXTO POLÍTICO:
CASO VENEZUELA.
Stanislaw E. Dubis Castillo
Valencia, España
13/11/2022
Hace unos meses, un buen amigo, Humberto Seijas P., con quien comparto ideas y criterios políticos, desde luego, salvando distancia; me hizo llegar un artículo titulado “De qué se habla cuando se habla de populismo”, publicado en el diario Entre todos Progresamos, del 15 de junio de este mismo año. El autor del escrito, Horacio Bernardes, entrevista a un politólogo australiano llamado Bejamin Moffitt en relación a un libro de su autoría, precisamente titulado “Populismo. Guía para entender la palabra clave de la política contemporánea”.
En mi interpretación, el término populismo ha sido utilizado de manera intensiva en lo que va de siglo XXI, pero con un sentido muy pragmático; es decir, adaptado a realidades interpretativas individuales. Para tratar de entender el enfoque de lo que es populismo según el autor australiano, cito a Muffitt: “Si existe un concepto que parece haber captado el sabor de la política internacional en el siglo XXI, es el de populismo”, señala Moffitt en la Introducción. “Empleado para referirse a una amplia variedad de líderes (Donald Trump, Rodrigo Duterte, Hugo Chávez), partidos (Podemos, One Nation en Australia, Alternativa para Alemania), movimientos (Occupy Wall Street, Indignados) e incluso sucesos (Brexit), todos ellos prominentes y disruptivos, ese término se ha convertido en un comodín de uso difundido para diagnosticar todo aquello que resulta exaltante, preocupante o disfuncional en las democracias contemporáneas del mundo entero”.
Continuando
con la entrevista llevada a cabo por Bernardes a Moffit, pasamos a lo que este
último define como populismo. Cito nuevamente: “Defino al populismo como un
estilo político con tres características principales. Incluye 1) un llamamiento
a “el pueblo” frente a “la élite”; 2) “malos modales”, con lo cual me refiero a
actuaciones políticas transgresoras; y 3) el carácter de crisis o amenaza para
el establishment”.
Esta aclaratoria de conceptos la consideré indispensable para ubicarnos en la realidad del contexto nacional venezolano en las últimas dos décadas y unos años más. En lo personal, me parece interesante que el Sr. Muffitt cite a Hugo Chávez en su obra y lo catalogue de populista. El populismo per sé no debería ser dañino en el ámbito sociopolítico donde se practica; es un estilo político con ciertas características y condiciones. De hecho, el autor mencionado cataloga al mismo tiempo a Donald Trump como populista. La diferencia entre el populismo de Trump y el de Chávez es abismal.
Las distancias y diferencias conceptuales entre ambos líderes comienzan a marcarse por la ideología con la cual se asocian para ejecutar sus proyectos populistas. Chávez ha sido señalado miles de veces como un infiltrado de la izquierda en las antiguas FFAANN venezolanas. Por mis experiencias y vivencias, que no vienen al caso traer a colación, yo no tengo la menor duda de que fue así. Conocí personalmente a Hugo Chávez.
Si el populismo de Chávez no se hubiese asociado con la “ideología Castro comunista”, tal vez, repito, tal vez, el panorama nacional hoy día fuese diferente. La historia nos ha llevado a las circunstancias actuales y debemos afrontarlas tal y como son. Lo acontecido hasta hoy en Venezuela, es imposible revertirlo para hacerlo diferente. La principal distorsión de los conceptos iniciales del movimiento en el cual Chávez participaba, se comienza a establecer con el entramado político-delincuencial promovido por los cubanos y, al cual se fueron sumando infinidad de asistentes. No es un esquema simple el llevado a cabo, para comprender lo acontecido hasta hoy.
El caso Venezuela posee características y condiciones que no le son exclusivas. Hay otros países en el mundo que han sido absorbidos por la vorágine de ambiciones de individuos que intercalan y mezclan lo político con actividades y eventos que distan enormemente de ser catalogados como tales, más bien caen en la definición del delito puro y simple. No soy el único en decirlo; cada día somos más quienes consideramos que la salida a esta crisis venezolana habrá de ser muy compleja, dada su naturaleza.
En algún momento tuve la intención de presentar a ustedes la definición de lo que es una ideología, a título ilustrativo, pero luego deseché la idea porque el cuadro venezolano no obedece a razones ideológicas, políticas o de populismo; no, el caso Venezuela debe manejarse y resolverse como el de un poder delincuencial que asaltó completamente la institucionalidad del país y la colocó al servicio del crimen internacional organizado.
Estoy muy alejado de promover salidas forzadas, traumáticas, con derramamiento de sangre y violencia. Pero no comulgo con el planteamiento de “elecciones libres y transparentes” que pregonan los “líderes de oposición”. Lo coloco entre comillas, porque para mí no son líderes y de oposición mucho menos. Son vulgares comilitones políticos que se han aprovechado de cualquier circunstancia, momento y oportunidad para sobrevivir cómodamente en su estrato y además obtener ganancias de cualquier índole o naturaleza sin importarles las consecuencias para el país.
Observo el proceso que ocurre actualmente, con total desconcierto. Si mi abuela viviera, sin duda usaría una frase que la oí decir muchas veces en mi infancia, “es que estos no aprenden ni a coñazo limpio”. Ese contexto político, caso venezolano que cito en mi presentación no admite salidas “ideales” o tradicionales. Ni siquiera hemos llegado a la definición de las condiciones para elecciones primarias y ya hay diez mil candidatos, todos destruyéndose entre ellos, haciéndole como de costumbre un substancioso favor a quienes buscan mantenerse en el poder a toda costa. ¿Quién resulta ganador en este escenario? El delincuencial narco régimen procubano.
No he hurgado en los baúles electrónicos de “Dr. Google” para saber cuántas elecciones han celebrado los cubanos desde 1958, o Corea en más de setenta años, solo por mencionar dos países de los más emblemáticos. ¿Ha habido algún cambio derivado de las elecciones en esos países? Pues no. ¿Qué nos hace pensar que en Venezuela si va a ocurrir? Creo que la ingenuidad política de quienes manejan la situación puede ser catalogada con una palabra acuñada por Uslar Pietri en su momento y que era impensable decir: son una cuerda de pendejos.
Hace un par
de semanas escribí algo sobre líderes y liderazgos. Lo que tenemos frente a
nosotros en Venezuela, y que se han apropiado de tu voluntad política y la mía,
supuestamente fundamentados en una representación autoconferida para decidir en
nuestro nombre; no los catalogo como líderes, no me inspiran respeto, mucho
menos confianza. ¿Sabes qué si me inspiran? Rechazo, dudas, incertidumbre,
pensamientos negativos. Todo ello ganado en base a su recorrido en el mundo
político que nos consume.
Creo
haberlo mencionado con anterioridad y no me cansaré de decirlo: para que los
venezolanos podamos salir de este atolladero escabroso, debemos primero
ponernos de acuerdo para hacerlo y luego ser creativos en las alternativas. Hay
que romper los esquemas a los cuales nos quieren seguir subyugando los rayados
nombres de los políticos de la “cuarta”. Hora de decir; ya basta.
Apreciado Sammy
RECONDUCCIÓN
Y REINSTITUCIONALIZACIÓN DE
LOS CUERPOS DE SEGURIDAD VENEZOLANOS.
Stanislaw Dubis
C.
Valencia. España.
01/11/2022
La
totalidad de los entes administrativos del Estado Venezolano ha sido destruida con
saña inimaginable por la narcodictadura. El objetivo, conocido por todos, no es
más que colocarlos a su servicio para poder llevar
a cabo sus planes delincuenciales sin interrupciones de ningún tipo:
económicas, legales, de autoridad o seguridad.
Con
la finalidad de evitar tergiversaciones en los conceptos que analizo, me gusta
dejar sentada su definición fundamental antes de entrar en el desglose de
ideas. Entendemos por reconducción: “volver a llevar a una
situación normal, cualquier cuestión, objeto o proceso”. Por reinstitucionalización:
“conferir carácter o sentido de institución”. Quienes hemos vivido y
sufrido el proceso de involución del Estado venezolano,
no necesitamos aclaratoria adicional.
En uno de mis escritos anteriores hacía un esbozo muy amplio de las bases sobre las cuales debería reconstruirse nuestro país. Allí no mencioné nada sobre los cuerpos de seguridad por considerar que es, en mi criterio, una de las tareas más complejas y complicadas que tendrá en sus manos la nueva administración venezolana en el momento que eso ocurra. Esto es prioritario e impostergable para quien asuma el control del Estado Venezolano.
Los
cuerpos de seguridad de Venezuela se han convertido
en el refugio de individuos que los utilizan para su lucro personal. Tan grande
es la desfachatez de sus acciones que en las redes sociales la gente bromea en
cuanto no saben a quién temer más, si a un policía o un GN. Razones hay muchas,
justificación ninguna. Con fundamentada razón los llaman “delincuentes de
uniforme” para diferenciarlos de los malandros. La naturaleza y esencia
de instituciones orientadas a garantizar la paz ciudadana han sido
completamente desvirtuadas. Lo que es peor, sin excepción, se han ganado el
rechazo y hasta odio de los venezolanos. En mis palabras, yo diría que han
hecho hasta lo imposible para lograrlo.
Reconducir
a las Fuerzas Armadas, SEBIN; las policías administrativas, de inteligencia,
etc. va a demandar de un enfoque profesional muy especial. No porque sean
instituciones complicadas en su esencia, sino por
lo gravemente deterioradas que se encuentran. Estas consideraciones van desde
los aspectos más fundamentales como: formación básica, valores y principios,
profesionalismo, equipamiento, hasta lo más
complicado que son sus conceptos legales y operacionales.
A
mediados del mes de octubre, un buen amigo compartió conmigo un artículo de la Sra. Mirla
Pérez publicado en La Gran Aldea, el 20/10/2022, titulado El sentido vital frente al mal absoluto.
Recordé dos frases que me impactaron y que aplican perfectamente en el
contenido de la temática que manejamos, el primero: Frente al mal, no se
puede ser dubitativo. El segundo
referido al holocausto de la II Guerra Mundial: ...eliminación progresiva
de líderes, reemplazados por jefes que obedecen ciegamente sin razonar.
Sin
excepción, los cuerpos de seguridad de Venezuela han sido penetrados por la
corrupción, la impunidad, la anarquía; prodigado todo eficaz y eficientemente
por el pseudoliderazgo político. Han sido totalmente dañados y en ello ha
formado parte fundamental, el reemplazo progresivo de líderes por jefes que
obedecen ciegamente y sin razonamiento a los mandatos de los narcodictadores y
sus objetivos. El respeto y obediencia al imperio de la ley ha sido subyugado por intereses personales. Los altos jerarcas
militares y de los cuerpos de seguridad del Estado, de estos últimos veinte
años, en mi consideración, han cometido el grave delito de traición a su
juramento y la patria.
Para
alcanzar el propósito de reconducción institucional de los cuerpos de seguridad
del Estado, yo propondría, el indispensable apoyo de organismos
y corporaciones internacionales, pero al mismo tiempo recuperar aquellos
líderes que aún son respetados de cada área, individuos de impecable
trayectoria profesional, de visión y sin compromisos políticos de ninguna naturaleza
excepto los institucionales.
Creo
que es absolutamente indispensable que los responsables sean juzgados por
tribunales (temporales) institucionales competentes, conformados por jueces
internos y externos impolutos y que sus decisiones tengan impacto legal,
incluyendo pena capital para los delitos calificados como de traición a la
patria.
Por
favor, no se horroricen ante mis palabras. Deténganse a pensar si los inculpados merecen
misericordia ante el daño infligido a Venezuela. Hay que romper esquemas y
referencias (no me gusta el término de paradigma). Lo he dicho antes y no me
cansaré de repetirlo: no se trata de venganza, es sed de justicia, es lo que me
motiva. Es mi sentido de patriotismo lo que me impulsa a escribir y proponer
ideas, tal vez radicales, pero indispensables ante la realidad-país que nos
arropa.
¿Es
mi propuesta imposible de materializar? Si los venezolanos hubiésemos internalizado el concepto de “Dios, Patria
y Honor”, tal vez no estuviésemos en estas
circunstancias de la vida, pero como se dice popularmente, es lo que hay y
tenemos que afrontarlo si queremos salir del “atolladero”.
Estamos
viviendo tiempos muy complejos a nivel mundial. Es bien difícil afrontarlos,
pero si lográsemos hacerlo con un país distinto al que tenemos, nuestras
posibilidades de sobrevivir esta debacle moral tal vez serían mayores. Bueno,
digo yo…
REMISIÓN:
ADIÓS A LA IV, ADIÓS A LA V. BIENVENIDA LA NUEVA VENEZUELA. EL LIDERAZGO EMERGENTE.
Stanislaw E. Dubis C.
Valencia. España.
25 de octubre 2022
En mis últimos tres escritos, este incluido, he tratado de mantener una coherencia conceptual en mis criterios sobre los temas que he abordado en cada uno de ellos, hasta llegar a este punto. Sin aspirar exclusividad en el enfoque, o contenido, solo he pretendido llevar a ustedes mi óptica del problema que carcome, cual cáncer incurable, a nuestra amada Venezuela y su sociedad, aprovechando la tribuna que se me ofrece para proponer potenciales soluciones.
La semana pasada, coincidentemente, encontré un par de artículos que me dieron a entender que no cabalgo solitario en la manera de abordar la problemática venezolana y que, al final, de una manera u otra estamos alineados en nuestros análisis de la situación. El primero de ellos de Miguel Peña, en su columna llamada "La cuadratura polítiKa", me llegó por un grupo WhatsApp. El otro, que vengo siguiendo en sus diversos capítulos, es del Cnel. Antonio Guevara F. y se llama: "Creer o no. La versión incorrecta del 4F". Este me llegó por La Protesta Militar del amigo Sammy Landaeta. Ambos interesantes y oportunos.
Para abrir la puerta del contenido al cual deseo referirme en este escrito, creo necesario aclarar dos conceptos fundamentales; líder y liderazgo.
La RAE define a un líder como: "persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad". Es sin lugar a duda un concepto de lo más elemental, básico, pero directo al punto.
Ahora veamos que se entiende por liderazgo. En forma general, se entiende por liderazgo, todas las ejecuciones que lleva a cabo el líder para cohesionar ideas y medios en el logro de un objetivo. En "Dr. Google" encontré una definición bastante sucinta al respecto; sin embargo, no me indica su autor: "El liderazgo es la capacidad de llevar a cabo acciones que tiene una persona, de influir, motivar, organizar y ejecutar tareas para lograr sus fines y objetivos que involucren personas y grupos en un marco de valores. El liderazgo es un potencial y se puede desarrollar de maneras diferentes y formas, ante diversas situaciones, muy distintas unas de otras." Es lo que aprendí en mis ya lejanos años de formación académica: el liderazgo es circunstancial.
Ahora bien, creo que está suficientemente claro la relación y diferencia del concepto entre lo que es un líder, y lo que es liderazgo. Es necesario tenerlo claro para entender mi propuesta.
Desde el gobierno de Rómulo Betancourt (1958-1963), Venezuela ha sido un país prolífico en líderes. Los ha habido de toda naturaleza y para todas circunstancias y gustos. Algunos han sido efímeros, otros con un poco más de trayectoria en el tiempo. Su marca común, casi sin excepción, es que han hecho de Venezuela y sus Instituciones, su propiedad particular. Han "gerenciado" las posiciones que han ocupado a través de los años con un concepto de bodega o "pulpería criolla". Su gerencia, si es que puede llamarse así, ha sido esencialmente personalista y supremamente populista. La gestión que ha realizado la inmensa mayoría de quienes han ocupado cargos relevantes de diversos niveles y naturaleza, ha sido llevada a cabo ignorando la realidad nacional y el mandato de quienes los eligieron. Los resultados no pueden ser más evidentes.
El divorcio político entre el deber ser y la realidad generó un cansancio social que desemboca en hastío y rechazo, manifestado por primera vez el 27/28 de febrero de 1989, en el tristemente célebre "caracazo". Las advertencias, o señales de alerta política fueron ignoradas, desde mi punto de vista por soberbia de quienes ejercían el poder en ese momento y los años posteriores. El liderazgo, repito, estaba divorciado de la realidad nacional. Para nadie es un secreto que el éxito de simpatía y aceptación que tuvo Chávez en el golpe del 4F de 1992 está fundamentado en esos pilares. En conclusión, para mí el liderazgo político de la Cuarta República es, indudablemente, responsable de la penosa senda que nos ha correspondido vivir estos últimos ya casi 24 años.
Ahora bien, un país no es dirigido única y exclusivamente por la clase política. Lo que expreso en el párrafo inmediatamente anterior, se aplica al ámbito militar, económico, educativo, de sanidad, seguridad social, etc. Se gobernaba y se tomaban decisiones ignorando totalmente la realidad-país. Existía la Venezuela que ese liderazgo quería ver y la Venezuela real, la que nos correspondía vivir a diario a "los de a pie".
No les he dicho nada nuevo hasta este momento, es cierto; pero es indispensable repetirlo porque, es de mi personal consideración plantear a las personas que leen mis ideas, que quienes conformaron el "Establishment" de la IV República, nada tienen que buscar en la Venezuela que está por surgir, salvo muy contadas y selectas excepciones.
Con frecuencia leo interesantes "análisis" y planteamientos que hacen en diversas tribunas individuos reconocidos como "líderes" de múltiples sectores de la IV, como popularmente se denomina esa etapa. Señores, para ustedes, mi humilde mensaje: apártense, ya ustedes "cumplieron su rol" en el momento que les correspondió y lo hicieron muy mal. La tarea encomendada la hicieron tan pésimamente, que sin duda son los responsables directos que lo que acontece y pasa en cada rincón de Venezuela en la fecha de este día.
Dígame usted, ¿Qué siguen buscando Ramos Allup, Eduardo Fernández, Henry Falcón, Bertucci, Ledezma, etc.? Lista infinita e interminable de muertos en vida política que han disfrutado la concupiscencia con el narco régimen. Lo han oxigenado estos 24 años. En lo personal, no he visto un solo acierto en sus decisiones, y aún pretenden seguir en la palestra nacional postulándose como "potenciales salvadores" de lo que han fallado en dirigir. Señores, por favor, entiendan, nadie absolutamente nadie, da "una locha" por ustedes. Todo el país está claro en esta realidad, menos ustedes.
La situación de líderes y liderazgo en Venezuela es tan extremadamente crítica y pobre que un obscuro personaje hace alarde de un cinismo infinito, al pretender proponerse como candidato a las elecciones del 2024. Es que nos cree, bien ingenuos o imbéciles, me refiero al pobremente célebre Rafael Ramírez. Por Dios, a que extremo de caradurismo llegan algunos.
Capítulo especial debe dedicarse a quienes integran el variopinto elenco de dañinos payasos de "pseudopolíticos" de este narcorégimen. Soy radical en mi posición. Quien ha ayudado a destruir a Venezuela, no tiene dignidad, moral, ni credenciales para formar parte del equipo que se empeñe en un futuro inmediato en la reestructuración y consolidación, de eso que habrá de ser la nueva Venezuela. ¿Ustedes se imaginan a un Maduro, "Diosdi", los hermanitos Rodríguez, a Padrino, etc., formando parte del equipo para recuperar a nuestro país? Pues, yo no.
Venezuela pide a gritos a un líder y liderazgos emergentes. Requiere de un equipo comprometido a entregarse al servicio del país y no como ha sido hasta ahora, a servirse del país. Se necesitan patriotas, no patrioteros, requerimos de personas libres de referencias políticas o de ataduras del pasado en cualquiera de sus campos: económico: educativo, militar, de salud, policial, etc. En Venezuela hay gente idónea que reúne esas condiciones y las excede, pero primero hay que perder el miedo y afrontar esta ingente e inmediata demanda.
Cada ciudadano debe deslastrarse de la forma de pensar que nos ha hundido en este pantano, que ha convertido a Venezuela en una caricatura de lo que en algún momento fuimos y se perdió en el camino. En las manos de cada venezolano está la decisión de convertirse en el líder de las reformas necesarias para retornar a los estándares de dignidad y respeto personal e individual en los cuales deben criarse hijos y nietos, esa generación que tiene que sentirse orgullosa de su país nuevamente. Si no logramos nuestro compromiso, allí tenemos como referencia a Cuba. ¿Queremos ser imagen y semejanza del pueblo cubano? Cada uno que se responda a esta pregunta…
REMISIÓN:
¿CUÁNTO DEBE PAGAR CADA CIUDADANO VENEZOLANO PARA RECUPERAR A SU PAÍS?
Stanislaw E. Dubis C.
Valencia España.
20/10/2022
Este es sin duda
un título engañoso. Cuando lo lean, van a pensar inmediatamente en el pago de
un rescate, lo que tradicionalmente se acostumbra en el delito de “secuestro”.
No dista mucho de la realidad, pero ciertamente no es a lo que quiero
referirme. ¡SÍ!, Venezuela ha sido secuestrada como Estado y como país y hay
que rescatarla. Sus secuestradores no pueden ser catalogados con otro adjetivo
si no el de vulgares delincuentes. Por otra parte, y es bueno que se entienda
en esta dimensión y amplitud; todos los ciudadanos venezolanos estamos siendo
víctimas de este bochornoso delito.
Si por tu mente ha
pasado la idea de vernos obligados a un desembolso monetario para lograr
reestablecer la decencia en nuestro ámbito nacional, estás equivocado
nuevamente. Lo que deseo plantear en estas líneas no es tan fácil como pagar
para retornar al país que con virtudes y defectos fuimos; no, mi planteamiento
va un poco más allá.
En la mayoría de
las veces, en conversaciones con amigos, cuando abordamos, casi que, por
obligación, el tema de la realidad venezolana, traigo a colación lo que muchos
denominamos “el modelo Singapur”. Singapur nace como país en 1819, como una
colonia británica. Su historia está llena de controvertidas situaciones que
desembocan en la segunda mitad del siglo XX en serios conflictos internos,
económicos, políticos, raciales, corrupción, etc. Era un país muy pobre y en
vías de desaparecer. Era un Estado fallido como casi lo es hoy Venezuela.
En 1959 un líder
con una visión y objetivos claros; Lee Kuan Yew asume las riendas del país y el
reto de lograr su transformación, de restituir el orden y hacer de Singapur una
nación viable en todos los órdenes. Impuso medidas severas, pero indispensables
para alcanzar su meta.
Desde mi humilde
óptica en Venezuela necesitamos la implementación de un modelo parecido al de
Singapur, pues nuestra situación hoy por hoy es crítica en cualquier campo
administrativo del Estado. Como nación padecemos de profundos males que no son
solo los políticos o económicos. Venezuela requiere una remodelación
estructural en todas dimensiones y ámbitos. Sin pretender ser el primero en
proponerlo, seguidamente esbozo algunas ideas que pienso son indispensables y
fundamentales para su reconstrucción.
·
El país ha sido llevado
a una destrucción sistemática y progresiva por un grupo que simulando ser
políticos asaltaron la institucionalidad del país y la han colocado al servicio
de los más oscuros intereses, mezclando lo político con lo criminal; todos
saben a lo que me refiero cuando lo expreso de esta manera. No creo necesario
dar explicaciones al respecto. Los responsables de esta debacle tienen que
rendir cuentas a la justicia. Cuando digo rendir cuentas a la justicia, aparto
de mi mente cualquier asomo de la palabra venganza. Es justicia en su más pura
y simple concepción. Aquí no puede haber negociaciones ni mucho menos
concesiones graciosas.
·
El país requiere de
manera inmediata de la reformulación integral de su institucionalidad en cada
uno de los campos que la integran: judicial, económico, social y educativo,
sanitario, policial, militar, etc.
·
Quizás suene un tanto
radical, pero lo estimo indispensable en el proceso de lograr una disciplina
colectiva en la sociedad venezolana. Yo establecería la pena capital y cadena
perpetua para delitos de corrupción en las áreas de sanidad, de educación, en
el ámbito militar por la traición a la patria, por tráfico y posesión de
estupefacientes entre otros campos.
·
Para alcanzar el
propósito anteriormente descrito es necesario un sistema judicial
independiente, competente y profesionalmente estructurado por individuos de las
más aquilatadas calificaciones. Los integrantes del sistema judicial habrán de
ser un referente de integridad confianza y probidad.
·
Una reformulación
completa del sistema educativo, desde los núcleos básicos a los núcleos de
profesionalización universitaria. El venezolano debe nacer con, entender,
internalizar y practicar el concepto de meritocracia durante toda su vida y en
todos los campos.
·
En el ámbito económico,
hay que atraer la inversión de capitales, garantizando su protección jurídica;
pero al mismo tiempo haciéndoles cumplir el imperio de la ley de nuestro país. Es
fundamental la inversión de capitales con la obligación de crear mano de obra
venezolana, educarla, prepararla y hacerla competitiva especialmente en el
campo tecnológico.
·
Incentivar la
producción nacional en los campos agrícolas y pecuarios orientados a la
autosuficiencia del país y abriendo puertas a la competencia internacional
fundamentados en la excelencia y la calidad del producto venezolano.
·
Atraer inversiones al
campo de los servicios básicos mediante el concepto de concesiones: electricidad,
acueductos, vialidad, sistema ferroviario. El ciudadano tiene que entender que
no hay gratuidad en la recepción de esos servicios.
·
Reducir el concepto de
Estado en la ejecución de actividades que no le son propias por naturaleza. El
Estado debe ser muy pequeño, pero supremamente eficiente, dentro de este
concepto se hace necesario regresar al concepto de un Estado descentralizado.
·
Reformulación y
profesionalización del concepto académico y administrativo de los cuerpos de
seguridad del Estado tanto policiales como el de las FFAANN
·
Por último, pero no
menos importante, la reeducación de la sociedad venezolana, orientada a la
recuperación de valores y principios que la rigen, desde la familia como núcleo
fundamental, hasta la convivencia en comunidad.
·
Otros que vayan
surgiendo según necesidad del país, logros o deficiencias del plan propuesto.
Tal vez me quedo
un tanto corto, pero desde mi punto de vista esos son los aspectos vitales,
esenciales para salir de este proceso de involución y retraso al cual hemos
sido sometidos durante los últimos 23 años.
Esto mi
apreciado lector, no se logra con los lideres que venimos arrastrando desde la
cuarta república, pues ellos forman parte del deterioro al cual nos han
llevado, una buena parte de responsabilidad de la circunstancia que vivimos
recae sobre ellos. Para este compromiso se necesita un liderazgo emergente, con
una visión amplia y sin compromisos, que va más allá del concepto mezquino
político partidista que ha ido perdiendo vigencia y actualidad en casi todos
los países del mundo.
La
reconstrucción del país demanda el compromiso absoluto de todos y cada uno de
sus ciudadanos, y si no lo entendemos de esa manera nunca vamos a salir del
foso mental donde nos encontramos, estaremos condenados a ser tercermundistas
eternamente.
En mi escrito
anterior decía que los venezolanos hemos sido los arquitectos de este nefasto
destino en el cual hemos aterrizado. Si entendemos que hemos hecho mal y
tenemos la voluntad y la fortaleza de afrontarlo y corregirlo, también podemos
ser arquitectos de un mejor destino; pero para eso hay que estar dispuestos a
pagar un precio alto, y lo digo con la misma frase que he usado anteriormente
en varias ocasiones y que pertenece a sir Winston Churchill: “sangre, sudor y
lágrimas”. Ese es el alto precio/sacrificio para rescatar a Venezuela y nos
corresponde pagarlo a todos… sin excepción.
ARQUITECTOS DE NUESTRO PROPIO DESTINO
Stanislaw Dubis C.
15 de octubre 2022
Valencia, España.
Hace unos días, bastantes, por cierto, había decidido no escribir más. Las causas fundamentadas en un poco de decepción, un poco de frustración, agotamiento espiritual, pero al final, el gusanito de la inquietud me trajo nuevamente al teclado.
En los últimos meses me he vuelto un tanto selectivo en cuanto a qué leer. Por ejemplo, ni abro los artículos relativos a la pandemia del COVID 19. Lo del cambio climático, menos; ¿artículos de “progres” ?, ¡no, no! Para mí es perder tiempo. Hay manipulación mediática en ambos extremos.
Igual me ocurre en cuanto a nuestra amada Venezuela. Hay articulistas brillantes, generan extraordinarios análisis desde el punto de vista legal, económico, petrolero, muy respetables y en general bien informados sus autores. Todos o casi todos van al ritornello de la causalidad de por qué estamos donde estamos como país y como sociedad. ¿Cuántos plantean soluciones concretas, viables, posibles para resolver el “mal que nos aqueja”? Muy pocos, casi ninguno. Generalmente no termino la lectura por cuanto siento que revolotean sobre el punto que ya todos conocemos, sabemos, vivimos y sufrimos.
Quise colocar el título a este escrito de “arquitectos de nuestro propio destino” por la enorme cantidad de videos, tik-toks, youtubers, tuits, etc. que se producen por la tragedia que viven los miles de ciudadanos que optan por irse a los US vía la ahora tristemente famosa “selva del Darien” en Panamá. Otros publican notas, fotos, entrevistas, chistes, situaciones múltiples que viven o sufren los paisanos que han emigrado, o que intentan hacerlo.
En
la gran mayoría de esas notas que se “guindan” en las diversas redes sociales,
en mi criterio, hay un denominador común. En casi todas veo lo malo, lo feo, lo
triste que somos como sociedad. Los trasfondos pudieran ser de muy variada
naturaleza, pero el mensaje intrínseco es homogéneo. Nosotros los venezolanos estamos
como estamos y somos lo que somos hoy día, por culpa a nosotros mismos.
Aquí no se trata de ver, saber o acusar quién votó o no por el mortadelo de Sabaneta, o por el cucuteño. ¡No! El país ha sido llevado a su ruina por sus propios ciudadanos. Es, en mi criterio, debido a nuestra forma de ser, a nuestra “indio-sincracia” la que nos tiene en este túnel donde no se avizora ninguna luz al final. Que pena me produce decirlo, pero para mí, esa es la gran verdad.
Fuimos una sociedad estructurada sobre cimientos falsos. Vivíamos en un país llenos de contradicciones, de resentimientos, de odio social. Crecimos en una Venezuela de dos caras, la que queríamos ver y la otra que existía al lado, pero la ignorábamos. Yo lo vi en carne propia, lo palpé en Caracas, en los cerros de Petare, En El Valle, en la carretera vieja de La Guaira, en Valencia, En Barquisimeto, Maracaibo, Barcelona. Viví en esas ciudades y por mi condición de oficial pude sentirlo directamente. A mí no me lo han contado.
La indiferencia de esa clase “privilegiada” que existía, al final minoritaria, dio paso a un líder carismático en las elecciones del 98. Chávez “el vendedor de sueños”, eso es algo por lo que no se paga, es totalmente libre y gratis, eso es lo que venden todos los izquierdistas, socialistas, comunistas, etc. Eso se llama esperanza. Esa clase resentida, que era una inmensa mayoría, la compró y “el tipo fue elegido presidente de Venezuela”.
Creo que Chávez hizo todo, durante su triste y nefasta gestión, muy mal, pésimo, peor imposible. Solo hizo una cosa extraordinariamente bien: desató los demonios que los venezolanos llevábamos dentro. Sacó a flote nuestro rechazo por la moral, por los principios y valores, entronizó la anarquía, la indiferencia, la falta de sentido común, el conformismo, etc. La lista de esos “demonios sociales” es muy larga. No hace falta enumerarlos, la estamos viviendo en nuestro día a día. Todos sabemos a qué me refiero.
Venezuela era un país tan extraordinario, que solo los venezolanos sabíamos cómo lograr su destrucción. ¿Quieren ejemplos? PDVSA, Las FFAAN (de antes), Guayana, CORPOELEC, las universidades, El sistema Judicial, etc. ¿Lo destruyeron los marcianos? ¿Los rusos? ¿Los chinos? ¿Los iraníes? No, definitivamente no. Eso ha sido llevado a la ruina por nosotros los ciudadanos venezolanos.
Esa Venezuela que existe hoy, es y será extremadamente difícil de revertir, ha sido llevada a ese vergonzoso lugar por nosotros mismos. ¿De qué nos quejamos entonces? Si tan solo hemos sido arquitectos de nuestro propio destino.
Sacar a Venezuela del foso donde la hemos llevado, requiere, Como dijo Sir Winston Churchill; “sangre sudor y lágrimas”. Es absolutamente indispensable un cambio muy profundo en nuestra sociedad, sin excepción, en todos y cada uno de los niveles que la constituyen. Ese inmenso reto no se va la lograr con “elecciones libres y transparentes”. Si queremos una Venezuela digna, donde podamos vivir con orgullo, donde ese “viva la pepa”, ese que se “come” la luz roja en un semáforo, el que irrespeta los pasos peatonales, y un millón de ejemplos más, eso es justamente lo que hay que cambiar, por supuesto; además, desde luego, de sacar a los narcos políticos que secuestraron la institucionalidad en el país.
Si
queremos ser los arquitectos de un mejor destino, empecemos por cambiarnos
nosotros mismos. Un país se construye con el esfuerzo de todos...
REMISIÓN Y COMENTARIO:
Hola hermano.
IMAGEN SUPERIOR: Por cortesía de Psicología en evolución