2 Junio, 2014
Javier Ignacio Mayorca: ¿Qué pasa en los cuarteles?
Momentos de tensión se viven actualmente en los cuarteles. Desde el
alto gobierno podrán negarlo. Mirar a otro lado y decir como lo ha hecho
el jefe del Ceofanb Vladimir Padrino que los profesionales de armas se
mantienen apegados a la Constitución, o a la particular interpretación
que dan de ella.
Pero las decisiones hablan mejor que cualquier declaración de lo obvio.
Momentos de tensión se viven actualmente en los cuarteles. Desde el
alto gobierno podrán negarlo. Mirar a otro lado y decir como lo ha hecho
el jefe del Ceofanb Vladimir Padrino que los profesionales de armas se
mantienen apegados a la Constitución, o a la particular interpretación
que dan de ella. Pero las decisiones hablan mejor que cualquier
declaración de lo obvio.
El asunto es tan urgente que obliga al presidente Maduro a cambiar de
súbito a los comandantes generales de la Aviación y del Comando
Regional 5 de la Guardia Nacional, generales Giuseppe Yoffreda Yorio y
Manuel Quevedo respectivamente. Eran decisiones que no podían esperar
hasta julio. Simplemente había que tomarlas ya.
Yoffreda era el oficial más antiguo del Alto Mando. Graduado en 1983,
su tiempo de servicio activo fue extendido en julio del año pasado por
decisión del propio Jefe del Estado. Llama la atención por lo tanto que
de la noche a la mañana el mismo mandatario decida sacarlo del máximo
puesto de comando del componente aéreo para enviarlo a calentar un
escritorio en Corpovex. ¿Por qué Maduro perdió la confianza en Yoffreda?
Se debe destacar que durante la gestión de este oficial se produjo la
detención de tres generales de su propia fuerza, señalados de instigar a
la rebelión. También se adelanta una nueva purga de oficiales
subalternos, descontentos con la situación política y social. Este
estado de ánimo se expresa en los graffitis que constantemente aparecen
en los baños de las escuelas militares y cuarteles así como en las
intervenciones durante reuniones como la celebrada en el auditorio de la
Academia Militar en abril, para convencerlos de que hay un “golpe de
estado continuado” contra el heredero de Chávez.
En esta situación, tal parece que Yoffreda fue sacado de la
Comandancia General de la Aviación porque no podía contener el
descontento. Su bajo perfil durante esta crisis indica que tampoco
estaba muy dispuesto a hacerlo. Está por verse si su reemplazo, el
recién ascendido a Mayor General Eutimio Criollo podrá cumplir el
mandato. A él tocará ejecutar los consejos de investigación para purgar
del componente a excelentes oficiales, hastiados como el resto de los
venezolanos por la corrupción, la impunidad y la quiebra del país. Por
comentar sobre esto, por cierto, fue que enjuiciaron a los generales
Carlos Millán, José Machillanda y Oswaldo Hernández.
La remoción del general de brigada Manuel Salvador Quevedo Fernández
del Comando Regional 5 de la Guardia Nacional luce también como una
especie de sanción por no ser tan leal como se esperaba de él. Al igual
que Yoffreda, fue transferido de un puesto de mando militar a una oscura
posición burocrática, para la que no está formado: la presidencia de la
Gran Misión Barrio Nuevo.
Durante todo este año Quevedo fue objeto de numerosas críticas en
virtud de los excesos cometidos por su tropa al enfrentar a
manifestantes en todo el Distrito Capital. Para este oficial la
situación fue simplemente incontenible. Las protestas fueron tantas, tan
prolongadas y extendidas en la geografía de Caracas y Miranda que fue
necesario acudir a uniformados sin conocimiento en materia de orden
público, muchos de ellos movilizados de otras regiones. Una cosa es el
emplazamiento para Patria Segura y otra asumir el primer frente en lo
que, según el análisis del propio comandante general de la institución,
general Justo Noguera, es un conflicto asimétrico en desarrollo.
Para un oficial como Quevedo, la decisión presidencial de removerlo
del Core 5 tiene profundas implicaciones profesionales. Pasó de ser el
oficial encargado de la seguridad ciudadana en la capital del país, con
perspectivas a incorporarse eventualmente al Alto Mando de la fuerza, a
estar despojado de toda tropa.
Su reemplazo, el general de brigada Fabio Zavarse, viene de estar al
frente del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestros (Conas), unidad
especializada y expansión, que además de investigar los plagios en todo
el país destinó importantes recursos a la infiltración de las marchas
estudiantiles a partir de febrero de este año.
En ambos casos, Maduro ha apostado a la lealtad como valor
fundamental, y de allí los cambios. Por esta razón, el nuevo jefe de la
Aviación declaró durante la transmisión de mando: “Cuente con la lealtad
y el apoyo”. ¿Se atreverá a usar los cazas Sukoi para amedrentar a la
población civil?
Con la remoción de Quevedo, Madurto sacó de la principal gran unidad
de la GN a un oficial graduado en la Efofac en 1987. Es decir, este
general obtuvo su grado de subteniente en el mismo patio y el mismo año
en el que lo hizo Diosdado Cabello. Este dato es importante pues aunque
Quevedo es de la GN y Cabello del Ejército sus estudios y primeros años
de carrera se desarrollaron en forma simultánea. Cabello fue segundo de
su promoción, Quevedo tercero. Ambos oficiales destacados. Esta
contemporaneidad no puede ser omitida en ningún análisis sobre el
problema militar en Venezuela, menos aún tomando en cuenta la fusión
existente entre el partido de gobierno presidido por Cabello y la FANB.
Las decisiones de Maduro respecto a Quevedo y Yoffreda constituyen
por decirlo así dos “golpes de autoridad”. Envían un poderoso mensaje a
las tropas y a la oficialidad en cuanto a la preeminencia de su mando.
Algo que era visto con cierto desdén en los cuarteles. Maduro lo sabía, y
por eso en sus primeras intervenciones ante militares recordó
permanentemente lo obvio: que además de Jefe del Estado es Comandante en
Jefe. En este ámbito, como en ningún otro, las diferencias entre el
actual mandatario y su antecesor son patentes.
Además, el Presidente de nuevo ha roto la normalidad institucional.
Los cuerpos militares están llenos de rituales y rutinas. En Venezuela, a
pesar del esfuerzo de Chávez, se mantuvo la tradición de los ascensos y
cambios de mando de las grandes unidades en julio. Estos movimientos en
la tercera semana de mayo son por lo menos anormales. Chávez conocía la
vida militar y se permitía administrar estas pequeñas rupturas. La
oficialidad en su mayoría aceptó esta práctica pues lo veía como uno más
de ellos. Maduro, en cambio, siempre fue ajeno a los cuarteles.
Decisiones como éstas podrían carecer de la misma acogida.
FUENTE PRINCIPAL: Crímenes sin castigo / blog de Javier Ignacio Mayorca / 2 jun 2014.-
Publicado por: NOTICIERO DIGITAL