La Nación | 25/11/2013 |
El prisionero rojo
En
su obra, Iván Simonovis expone su caso judicial y ofrece detalles de su
vida como policía y padre de familia. José Vicente Rangel pide a Maduro
una medida humanitaria para el comisario preso. Explotaron dos carros
en el centro comercial donde se bautizaba el libro del comisario que
lleva preso 9 años.
KEILYN ITRIAGO MARRUFO
"Nicolás Maduro no dirige un Gobierno represor. Todo lo contrario, tiene un profundo sentido humano y, por lo mismo, debe amnistiar a Iván Simonovis. Muy pocos en el país permanecen en la cárcel tanto tiempo y Simonovis también está muy delicado de salud. ¿Qué impide una medida de gracia? No entiendo lo que pasa", aseguró en su programa José Vicente hoy.
"La condición física de mi esposo trasciende las creencias políticas", dijo Bony Simonovis la primera vez que el alto representante de las filas del Gobierno también pidió a los poderes Ejecutivo y judicial la intersección en su favor de su esposo para que así pueda recibir el tratamiento médico que su enfermo cuerpo requiere.
Bony Simonovis durante la presentación de El prisionero rojo, no estuvo sola. Amigos, historiadores, su familia, periodistas, abogados y hasta la jueza María Lourdes Afiuni, llevando consigo el testimonio de haber sido la "presa de Comandante", la acompañaron.
A Asdrúbal Aguiar, quien fue el encargado de hacer el prólogo, se le quebró la voz durante su discurso y los ojos delataron su tristeza. "Una persona que leyó el libro me dijo que le habían dado ganas de llorar y de pedirle perdón en nombre de toda Venezuela", dijo Sergio Dahbar, representante de la editorial Hoja del Norte.
Esa misma noche, los invitados debieron ser evacuados luego de que se conociera que dos vehículos explotaron precisamente en el sótano del centro comercial Las Mercedes donde se bautizó el libro.
En 438 páginas, Simonovis cuenta no sólo los pormenores del proceso judicial que se le siguió y que finalizó con la condena máxima, sino también detalles de su vida profesional y familiar. Su esposa explicó a Tal Cual la intención de la obra.
–¿Es esto un desahogo para Simonovis?
–Sí, porque muchas veces el peor castigo que tiene un preso es que lo olviden y esta es una forma de que la gente no lo olvide y que sepa que tras las rejas hay una persona.
–¿Cómo hizo para escribir el libro?
–Duró cuatro años. Empezó haciéndolo en servilletas, papeles. Después el proceso fue bien largo. Yo lo transcribía, luego una revisora, muchos amigos, hasta que finalmente llegó a las manos de Sergio Dahbar y él fue quien, con su editorial, le puso el orden, pero estuvo bastante estructurado por Iván y aprobado por él.
–¿Se presentó el caso de que alguno de los custodios lo descubriera o le quitara alguna hoja?
–No, gracias a Dios.
–Tiene tanto tiempo que no ha podido declarar a la prensa. ¿Con qué nos encontraremos los periodistas?
–Con una autobiografía bien interesante sobre todo para los que cubren sucesos, que conocen muchos casos que él manejó, pues hace referencia a esto y es una de las partes que más me gustan del libro. Habla de su familia, la parte del juicio y su experiencia dentro de un recinto carcelario como víctima de violación de derechos humanos.
–¿Hay señalamientos contra las autoridades?
–Sí, Iván no tiene miedo.
–Señaló e identificó con nombre y apellido a las personas responsables. ¿No temen que esto pueda afectar el resultado de la cuarta medida humanitaria solicitada?
–No, nosotros no tenemos miedo. Quienes deben tenerlo son los que infligen la ley para satisfacer una orden ilegal.
–Simonovis ha dicho: Mi caso es una venganza con refinamiento clásico. ¿Qué quiere decir esto?
–Aquí es muy difícil que admitan la existencia de presos políticos, entonces le adjudican delitos comunes para que digan que él es un criminal y encubrir de esa manera la persecución política; allí está el refinamiento. Se disfraza tras figura jurídica la verdadera persecución judicial en contra de la disidencia ¿Ha imaginado Simonovis escribir una segunda parte en libertad? Este libro llegó hasta Ramo Verde, espero que pueda escribir después con mucho mayor ánimo.
FUENTE: TalCualDigital
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