EL
17-02-1966, HACE 52 AÑOS:
UN ACUERDO PARA ACUERDOS.
G/D. Oswaldo Sujú Raffo.
(IDEFV) 18-02-2018.
La determinación de Venezuela de demostrarle a
Inglaterra y por ende al mundo sobre el cruel despojo de su Guayana Esequiba,
en un viciado y nulo Laudo Arbitral de París en 1899 y que, además fue
consecuencia de una componenda de potencias mundiales (Inglaterra y Rusia vs
EE.UU) como un aborto jurídico del ilegal Tratado de Washington de 1897; ello
motivó hace 52 años que la altiva Inglaterra; abrumada por la inmensa cantidad
de pruebas documentales, históricas, jurídicas, geográficas e incluso cartas
personales de jurista cómplice; se sentara por vez primera con jueces
venezolanos y aceptara la contención de Venezuela sobre la nulidad del Laudo de
Paris.
Desde el Siglo XIX y el XX se logró con grandes
esfuerzos, fortalecer con ineludibles pruebas lo que sería nuestra
irrenunciable posición reivindicadora. En los años 1822 al 1843 se destacan con
apasionado afán patriótico, el Dr. Alejo Fortíque en Londres y el Dr. José
Maria Baralt en Madrid, con las carencias y limitaciones de todo tipo. Luego en
los años 1961 al 1966 se destacan en los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl
Leoni, los juristas Dr. Carlos Sosa Rodríguez, Dr. Marcos Falcón Briceño y el
Dr. Ignacio Iribarren Borges este último Canciller de Venezuela para la firma
del Acuerdo.
El 17 de Febrero de 1966, Venezuela y la Gran Bretaña,
incluyendo (¿?) al Premier de la colonia Guayana Británica firman en Ginebra el
Acuerdo para “acuerdos” cuya finalidad es buscar soluciones satisfactorias,
para el arreglo práctico de la controversia territorial; el 13 de Abril se
ratifica ese convenio. Este hecho histórico tiene un gran significado para Venezuela
pues acaba con lo invulnerable del Laudo de París de 1899 y termina con la
presunción de “cosa juzgada” lo que permite reabrir el caso y sin lugar a dudas
es un triunfo para nuestra Cancillería. Soy de los que opino que hubo mucha
lenidad y generosidad por Venezuela, al aceptar la presencia de la Colonia
inglesa como firmante y luego reconocer la nueva República de Guyana y su
ingreso a la O.E.A sin dejar constancias, ante los Altos Tribunales
Internacionales de la formal reserva de esas decisiones. Reconozco que privó la bandera de acabar con vestigios del
colonialismo en América y esa buena fé nunca ha sido reconocida por nuestros
vecinos.
Guyana nunca dio demostraciones de cumplir con el leit
motiv del Acuerdo para acuerdos desde su inicio. El cumplimiento del trabajo
para las Comisiones Mixtas, siempre fue saboteado por Guyana de tal manera que
pasaron 4 años y nada se acordó positivamente. Inglaterra se sacudió pronto del
asunto y dejó a Guyana frente a Venezuela y eso hoy es una imagen contraria a lo original: Un país
grande y poderoso (Venezuela) contra un país chico y pobre (Guyana)…El Acuerdo
de Ginebra, según renombrados juristas (Ejem: Dr. René de Sola) dilataba de
manera inútil la reclamación venezolana y además nuestra futura cooperación
económica con Guyana, debía ser condicionada en la medida que el nuevo Estado
haga reconocimiento de nuestros legítimos derechos, en el territorio usurpado
por el imperialismo inglés.
Los errores políticos cometidos por Venezuela, desde
la fecha del Acuerdo de Ginebra, para acuerdos que hoy no se cumplen, nos
muestran una Guyana agresiva, insolente y con un gran aprovechamiento de las
oportunidades. El desconocimiento de jurisprudencias internacionales, de decisiones
de la O.N.U, de la O.E.A y otros organismos mundiales demuestran su poco
sentido de la amistad y generosidad recibido desde hace 52
años desde Venezuela. La invasión a priori de nuestro territorio, por múltiples
empresas foráneas, la depredación y contaminación del ambiente, el genocidio de
nuestras etnias allí residentes, la grosera e ilegal exploración petrolera, de
minerales estratégicos, de oro y diamantes y la destrucción forestal de grandes
extensiones de una tierra venezolana inerme y sin dolientes, entregada a la
voracidad de Guyana y sus cómplices, nos recuerdan que la amistad entre Estados
no existe sino sus propios intereses…
El Acuerdo de Ginebra de 1966, seguirá vigente hasta
que se logre un acuerdo entre ambos países, será por la buenas o de otra forma…
Lo cierto es que no debemos permanecer indiferentes ante lo que allí sucede
cada día. Nuestro espacio marítimo al Este es de 175.000 kms 2 y no 15.000 kms2
como pretende Guyana. Nuestro límite al Este llega hasta la divisoria de aguas
en el delta del río Esequibo, como lo contempla el Decreto 1.152 de 1968 del
DR. Leoni, que es Ley de la República. Compatriotas nunca permitamos que el
interés ideológico político esté por encima del interés nacional de esta
Venezuela que es tuya, mía y nuestra. La Patria es primero.
Hasta luego!!
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