EDUCACION PARA LA PAZ
Enrique Prieto Silva.
Miércoles, 11de diciembre de 2019
Derivada del análisis que hicimos en la tesis: “Una Educación
Especial para la Guerra y para la Paz en Venezuela”, nos
propusimos utilizar el enfoque que hicimos en ella, para tratar una propuesta
educativa orientada a la educación para la paz, entendiendo que en todo caso, el fin
que se persigue con la convivencia humana es lograr o mantener la paz,
considerando que es la situación normal de toda sociedad inmersa en cualquier
sistema de gobierno y con cualquier sistema político que utilice.
Hoy, cuando nos proponíamos enfocar el tema de la educación para la paz, que
creemos sea el fin necesario para enfrentar el futuro por venir luego de la transición
y del proyecto electoral necesario en la avizorada nueva democracia, leemos el
artículo “Educar para la civilidad y el desarrollo” del periodista Juan José Peralta,
del cual destacamos aspectos que consideramos importantes y relevantes en esa
nueva educación que avizoramos, tales como que: “El populismo es una
enfermedad del subdesarrollo... herencia judeo cristiana de los descubridores… El
populismo se nutre de la ignorancia de los pueblos… como dijo Simón Bolívar
"moral y luces son nuestras primeras necesidades". Y siguen siendo. Educar para
la civilidad y el desarrollo. Chávez ha sido el más populista. Y han terminado -los
populismos- en feroces dictaduras… No hemos entendido que los militares deben
estar en sus cuarteles porque no están formados para gobernar: sólo mandar y
obedecer. No saben de diálogos, discusión de ideas, disenso y escuchar al otro.
Después de cuarenta años de democracia civil, la gente se enamoró de Chávez y
así estamos desde 1999. Los militares enamoran al pueblo con ofertas engañosas
que terminan con las instituciones. Cultivan el nepotismo y la corrupción. Los
pueblos latinoamericanos tenemos una cultura militarista y en los años 30, 40 y 50
los Estados Unidos apoyaron las dictaduras militares en el continente para prevenir
el comunismo y hubo gobiernos de fuerza en casi toda Latinoamérica.”
Y es que concuerda este escrito con nuestra propuesta de “Educación para la
Paz”, toda vez que las dos ideas fluyen en un mismo sentido: la ignominia
esplendorosa que impuso Chávez, un personaje vil ejemplo del militar y excelso
impulsor del antimilitarismo, que por ignorancia, hasta creyó haber logrado el poder
por las armas y gobernó con ellas, en contra del sentido de paz que es contrario al
belicismo innato en el militar.
Así, cuando abordamos el tema de la educación para la paz, aprovechamos el
análisis de las observaciones obtenidas de la práctica programática y participativa,
tanto en la planificación como en el ejercicio operativo profesional, para comprobar
que en Venezuela, la educación especial necesaria para la emergencia nacional que
se origina cuando la paz es alterada o resquebrajada por actos de violencia tanto
internos como externos, y que ponen en peligro la estabilidad del sistema de
gobierno, el libre ejercicio de los poderes de la República y limita, suspende o
elimina el ejercicio ciudadano de sus derechos; adolece de estar desintegrada y no
tener una orientación definida hacia la unidad nacional, por cuanto a la fecha, los
sistemas educativos son preparados como individualidades específicas y
autónomas, sin una orientación sistémica y concurrente, que permitan su integración
para actuar in so facto en caso de ocurrir la emergencia natural o nacional, sin
alarmas y sin traumas que transmuten los hechos y las acciones en crisis; más
grave aún, que la tenue educación existente al respecto, es además de dispersa,
fuera de sentido e integración real para dar al ciudadano la seguridad requerida para
enfrentar la situación de crisis.
Igualmente, hemos también entendido, que en Venezuela, la educación relativa
para lograr y mantener la paz solo se aplica en institutos especializados militares
para la seguridad externa y en institutos para la seguridad interna, que se han hecho
incompatibles con los conceptos y normas constitucionales, al extremo de crear las
situaciones críticas de inseguridad que ha hecho crisis en el país. Tanto más grave
es, que no existe la educación especial para la seguridad ciudadana, sino que se
han programado actos, algunos absurdos llamados “educación premilitar”, que lo
que han hecho es tergiversar la idea de las funciones de los militares, que no son
los únicos responsables de la seguridad del Estado y paradójicamente,
institucionalmente no tienen competencia en la seguridad ciudadana.
En este sentido, hemos querido resaltar, que imbuidos en el contenido del
pensamiento pacifista de las organizaciones internacionales, que involucran como
elemento importante y necesario el uso de la educación para lograr su objetivo
pacifista, aprovechamos nuestra investigación, para plasmar en el compendio que
hoy damos a luz, una versada idea programática sobre el tema y para tal fin, utilizar
parte de nuestra obra dedicada a la guerra y a la paz, que veníamos desarrollado,
para dedicarle a la educación para la paz, nuestra versión preliminar con un
contenido no solo didáctico, sino que sirva a su vez de material bibliográfico de
estas disciplinas concomitantes estudiadas desde hace mucho tiempo, pero que la
mayoría de las veces se les malentiende o malinterpreta, confundiendo su razón
existencial, su vinculación y antagonismo, que es el sustrato de lo que podemos
entender y tratar en cualquier estudio que hagamos de ellos.
En lo posible, obviamos conceptos innecesarios para nuestra motivación, pero a
medida que nos fluyeron ideas complementarias para el tema, que consideramos
inédito, fuimos agregando los necesarios, tratando de no desviar el objetivo que nos
planteamos, dejando para los otros compendios de La Guerra por la Paz, el
tratamiento más profundo de los componentes aquí tratados; y queremos dejar
claro, que en este contexto, desarrollamos nuestra comprensión sobre los idearios
ya publicados sobre la educación para la paz, tal como lo enunciamos al comienzo
de este artículo, pero no dudamos en entender y exponer como base conceptual de
todo este entramado, que lo que nos lleva al análisis, comprensión y exposición es
entender y ubicar esta educación dentro de lo que llamamos: educación para la
seguridad ciudadana.
En tal sentido, para desarrollar el tema que nos planteamos sobre educación para
la paz, partimos de abordar criterios teóricos sobre los elementos intervinientes en el
logro, la recuperación y el mantenimiento de la paz y así, con nuestro afán didáctico
dedicamos tiempo y oportunidad al estudio breve y concatenado de estos
elementos, que interrelacionaremos para lograr un entramado necesario para el fin
propuesto.
Por otra parte, afiliamos el estudio a desarrollar con las tres concomitantes que
ineludiblemente intervienen en la relación del proceso de la educación para la paz:
educación, conflicto y paz; tratando los intríngulis del conflicto con su forma más
violenta: la guerra, que en realidad es el que utilizamos en nuestra tesis, cuyo
desarrollo teórico nos permitió entender los límites de la violencia y con su teoría,
entender cuál ha sido el desvío del tratamiento de las alteraciones del orden público
en Venezuela que asimilamos con nuestra idea, que también ha de servir para
entender y complementar el programa para la paz de la Organizaciones de los
Estados Americanos, (OEA), tal como lo planteamos.
Partiendo de la base de que el fundamento de este escrito es el referido a la
educación para la paz, que relacionamos con la concomitante guerra; nos
comprometemos a tratar aparte los temas de la guerra y del militarismo, toda vez,
que en nuestra educación militar solo aprendemos, como es lógico, las acciones
militares en guerra, que para eso es el militar, para prepararse para la guerra, que
como hemos visto se distorsiona con el empleo del militar en otras tareas no
convenientes de las cuales debe deslastrarse, ya que son dicotómicas y
controversiales la guerra y la paz.
En este sentido, en nuestra propuesta de “Educación para la Paz”, proponemos
una educación con contenido esencial y didáctico que instruya y sirva de formación
ciudadana evitar la guerra y prevenir la paz. No debe ser una educación bélica, sino
una educación especial para la emergencia nacional que se origina cuando la paz
es alterada o resquebrajada por actos de violencia, internos o externos que ponen
en peligro la estabilidad del sistema de gobierno, el libre ejercicio de los poderes de
la República y limita, suspende o elimina el ejercicio ciudadano de sus derechos,
Esta educación vendría a programar con efectividad la educación aprobada por la
OEA como “Educación para la Paz”, a la vez de complementar la formación
ciudadana para la seguridad y la defensa, y para enfrentar las situaciones de
emergencia nacional originada de alteraciones sociales de orden público o por
desastres naturales.
@Enriqueprietos