Carta de un joven oficial de la Fuerza Armada Nacional
para los venezolanos.
Ante todo les deseo a los lectores un afectuoso saludo,
preciso de este momento para hacerles llegar algunas incertidumbres o
reflexiones que siempre he tenido, y que en el túnel de oscuridad de esta
injusta prisión he sabido encontrar.
Muchas de esas circunstancias que constantemente me
pregunto, no son fácil de encontrarles respuestas pero definitivamente, con
llantos y noches en vela he logrado obtenerlas.
Le doy gracias a Dios por brindarme la oportunidad de
estar donde realmente estoy, ya que aquí he encontrado mi verdadera libertad, a
pesar de que mis mejores amigos hoy sean los barrotes fríos que me separan de
esa libertad física, pero son los mismos barrotes que me han ayudado a
encontrar la libertad espiritual.
Esto es debido a que por mantener siempre una conducta
intachable dentro de mi profesión he caído donde aquellos creyeron que me
destruirían, pero realmente no ha sido así.
Soy un oficial de la Honorable Guardia Nacional de
Venezuela en el grado de Capitán, quien por tener un pensamiento fiel, justo y
ante todo respetuoso de la Constitución y las Leyes, estoy privado de mi
libertad, pero, como les comenté anteriormente, es solo la libertad física.
Soy un fiel amante de la democracia y de mi país, ya que
para eso fui formado y entrenado en una de las mejores escuelas militares de
América, tal como es la EFOFAC, donde recibí toda la inversión que la nación
hizo en mí para que una vez cumplida todas mis metas físicas y académicas
pudiera tener en mis manos el sable que otorga mando y comando sobre las
honorables tropas que fielmente he sabido comandar.
Juré solemnemente ante el país y mi bandera defender la
Constitución, las leyes de la República y la Integridad de los espacios
venezolanos, hasta perder la vida si fuese necesario. Vida que en muchas
oportunidades arriesgué.
Todo lo que les he narrado suena muy bonito y poético,
pero la realidad es que al graduarme y ejercer todos mis conocimientos
teóricos, y ya en la práctica, me di cuenta de que no todo era como me lo
habían dibujado, no era nada parecido a aquellas largas conversaciones
nocturnas que tuve en mi formación de cadete (algunos militares que lean esto
entenderán a qué me refiero, y digo algunos, porque sabemos que no todos los
que portamos un uniforme hemos recibido la misma formación), entonces pues, la
realidad era otra.
Veía constantemente cómo se incorporaba la militancia
política dentro de la Fuerza Armada. Esto realmente comenzaba a preocuparme ya
que no fui criado para ser político ni formado para serlo.Sin embargo, observaba
cómo la teoría marxista se involucraba cada día más en los Oficiales
Superiores, y especialmente en los Grados de Generales, que a decir verdad, no
tenían ni idea de lo que estaban hablando.
Observaba cómo adulaban a un Presidente de la República
que constantemente citaba a Fidel Castro como el Padre del Socialismo, el mismo
personaje que en los años sesenta quiso invadir a Venezuela.Realmente estábamos
por muy mal camino.
Posteriormente al fallecimiento del Presidente Chávez,
sentí una gran decepción al ver las órdenes de los Oficiales Generales de
colocar imágenes del fallecido Presidente en todos los comandos de la Guardia
Nacional, y aún más fue la decepción, cuando observaba oficiales Cubanos
opinando sobre las operaciones militares venezolanas.
La exaltación al Presidente Chávez era tan grande que ni
siquiera a Dios nuestro creador y creador del universo, se le ha dado en las
filas de la Fuerza Armada un ápice de lo que al mencionado Presidente se le
está dando.
Así fue como nos obligaron a tenerlo en los cuarteles,
pero lamentablemente nadie podía opinar de ese descontento porque
automáticamente sería preso. Sin embargo la idea de mis líneas no es hablar
sobre el pasado sino sobre el presente.
He sido fiel crítico de las opiniones del sistema de
gobierno, opiniones que constitucionalmente están amparadas, ya que la Ley
Fundamental de la República permite que los militares deliberemos sobre las
circunstancias políticas del país, pero eso realmente no importa, como ya
sabemos, porque en este régimen totalitario,la aplicación de la norma es para
todos aquellos que estamos en contra de sus ideales comunistas o ventajistas,
ya que estoy convencido en cuanto de lo que ha estado pasando en el país, va
más allá de un ideal político.
Por el contrario, ha estado atado al oportunismo y a las
consecuencias de la corrupción desmedida en todo este tiempo.
Por esta razón, por mis opiniones y pensamientos
constitucionalistas estoy detenido. Sin embargo, me he llenado de orgullo al
conocer a grupos de personas incluyendo jóvenes y adultos, quienes estamos
presos por las mismas circunstancias dictatoriales.
Para ellos mis saludos y respeto, a todos los prisioneros
políticos, especialmente al Cnel. (GN) José Gámez Bustamante y a los
integrantes de los grupos conocidos como El Plan Jericó (Aviación), Golpe Azul
(Aviación), Golpe Fénix (Guardia Nacional) y Francotiradores (Ejército),
valientes hombres que están presos sólo por pensar constitucionalmente y
ajustados a una realidad.
A ustedes les deseo mucha fuerza, al igual que a sus
familiares. Solo nosotros sabemos lo podrido del sistema de justicia al que nos
enfrentamos, solo los familiares de cualquier preso, cualquiera que sea su
delito, conoce verdaderamente que la Dama Ciega no tiene los ojos completamente
vendados.
En el país se habla de justicia y que el gobierno es
pionero de los Derechos Humanos en el mundo (sí, claro), FALSO!
Para conocer de injusticias solo basta estar preso.
Aquí es donde nos damos cuenta de la cantidad de
violaciones a los derechos humanos. Violaciones reiteradas, que no respetan
absolutamente nada. Solo le pido a Dios que me ayude a mantenerme fuerte, a mis
familiares y a todos los venezolanos que estamos dentro y fuera del país.
Con mis comentarios no quiero protagonismo, solo busco
que se conozca la realidad, a la que espero que muchos revolucionarios no se
enfrenten, ya que quiero que reine sobre Venezuela siglos de Justicia.
Sr. Presidente, le exhorto que se vea en un espejo y se
siente a pensar, acompañado de la soledad, y asi se dará cuenta que ha
fracasado, que el modelo socialista que plantearon no dio resultados positivos.
Lo invito a entender que hay muchos venezolanos pasando hambre.
Quizás usted y sus acólitos no lo sientan tanto por los
lujos y beneficios de sus temporales cargos, que repito, es lo que los ata al
poder.
Sea humano y sepa que lo hizo mal, muy mal, dése la
oportunidad de renunciar, cosa que no hará que el odio que el mundo entero
siente por usted desaparezca, pero quizás alivie la carga de su alma. O en todo
caso, si se hace llamar "democrático y humanista", convoque a
elecciones generales.
¿Cuál es el bendito miedo de contarse en votos?
Sea el camino que usted escoja, le aseguro que va a ser
mejor para todos los venezolanos, porque a usted y al modelo chavista no lo
quiere nadie. Al punto que usted mismo comenta en cadena nacional, que espera
una puñalada trapera de su misma gente.
No es justo que un país tan rico en minerales, en
petróleo, en alimentos, tan rico en su gente, estén muriendo sus pobladores por
falta de medicamentos y falta de alimentos.
Por mi parte, llevo conmigo las cicatrices psicológicas y
fisicas que me han dejado sus esbirros y los barrotes dictatoriales, pero
créame, que no le bajo la cara a nadie, ni me le arrodillo a ninguna persona.
Al único que le tengo temor es al verdadero Gigante, al
Eterno y Supremo que se llama DIOS.
Yo estoy privado de la libertad, estoy preso, pero le
hago ver a mis hijas que su papá está en un comando trabajando, y trato que en
los momentos que me permiten para compartir con ellas, sean realmente mágicos.
Es difícil ver a mis hijas, a mi esposa y a mis
familiares a través de unas rejas, pero no me arrepentiré jamás de mis acciones
y pensamientos.
Mis hijas en su momento entenderán que su papá estuvo
preso solo por opinar en cambiar y lograr la Libertad de Venezuela. Solo Dios,
mi familia y la Historia podrán juzgar si lo que hice era bueno o era malo,
pero jamás tendré arrepentimiento.
Por tanto Presidente Maduro, le recomiendo que tome en
cuenta mis sugerencias.
Capitán (GN) Jesús María Alarcón Camacho.
Cédula: V-14.481.944
Prisionero Político, por el delito de Instigación a la
Rebelión desde noviembre 2015.