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Bochinche en la política de ascensos
Enrique Meléndez
Uno de los episodios más sonados del Quijote, es su discurso sobre el ejercicio de las armas y las letras; el guerrero y el letrado; lo que Spengler conoce como el hombre de palacio y el hombre de monasterio: dos prototipos que signan la civilización occidental, y que sería la doble condición de Cervantes, su doble yo, en tanto que escritor y guerrero; manco, a consecuencia de este segundo ejercicio, y lo que no deja de aludir en el discurso, cuando enumera los peligros a que se expone el guerrero, el de recibir "cañonazos de artillería"; mientras que el letrado vaca dichoso sobre su escritorio, a quien no le faltan "faldas con las que tiene en qué entretenerse"; merced a la fama y a los premios, que ha ameritado por el desarrollo de su obra; lo que lleva a decir al Quijote que aunque es mayor el trabajo del guerrero, es menor el premio. ¿Cuál es el premio de un militar? El ascenso: que es lo que me hace ver, que sucede en las fuerzas armadas el coronel Angel Alberto Bellorín, a partir de dicho espinoso tema, y la indignación que ha causado en el sector armado el ascenso de varios oficiales, ligados al Sebin y al Dgcim; denunciados ante la Corte Penal Internacional por violación de los derechos humanos; lo que la periodista Sebastiana Barráez considera como una provocación por parte de Nicolás Maduro. El coronel Bellorín dice que esta situación se debe a que la dirigencia política siempre le ha dado la espalda al tema de los ascensos militares, y se lo ha dejado al alto mando militar, donde se premia más la lealtad, que los méritos académicos y profesionales.
Según el vicealmirante Mario Iván Carratú Molina, la conjura del 27 de noviembre de 1992, tiene su génesis en el hecho, de que a Ramón Rodríguez Chacín, a quien le correspondía saltar de capitán a vicealmirante, le fue congelado dicho ascenso., a pesar de que lo ameritaba. Se trata del momento, en que el alto mando militar llegó a poseer un reglamento, que le permitía desdeñar los méritos de aquél, a quien le correspondían los grados, a medida que iba avanzando en la carrera, a propósito de una determinada cláusula allí contemplada, y que debió ser proscrita, mas no se hizo. El alto mando militar proponía los candidatos, que eran analizados por la Comisión de Defensa del Congreso Nacional, para ser aprobadas las solicitudes de ascenso en las plenarias, y de allí el tráfico de influencias, que eso generaba en el medio parlamentario de entonces, con su respectivo soborno: una caja de whisky para el senador; lisonjas para su señora; dulce de lechosa, así sucesivamente.
Siendo yo reportero de El Universal, recibí la llamada de la señora de un oficial, a quien no se le había ascendido a teniente coronel; indignada la señora, sobre todo, porque denunciaba que alguien la había empujado durante los actos de ascensos, un 5 de julio, como se acostumbra, en señal de menosprecio, a objeto de que se viera lo bochornoso que habían sido dichos actos. ¿Despecho? Se lo comenté a un colega, presente en la redacción, y me dijo que lo más probable, era que aquel mayor, a quien se le había negado el ascenso, no lucía la más calificada hoja de servicio. Que es lo que no se explicaba Carlos Andrés Pérez, de lo que había sucedido con Hugo Chávez. ¿Cómo era posible que se había filtrado hasta llegar a teniente coronel? Decía Pérez, quizás para disculparse ante la historia, que cuando le presentaron su hoja de servicio, para ser ascendido a dicho grado, había objetado el procedimiento. Para el momento, en que asume la presidencia Pérez, ya Chávez tenía en esa hoja de servicio, la acusación de su actividad conspirativa; lo que corrobora la tesis del coronel Bellorín, de que la dirigencia política siempre mantuvo una gran indiferencia, con respecto a lo que sucedía con la política de los ascensos. El hecho es que, al parecer, Chávez se ganaba la camaradería de sus colegas, tanto sus superiores, como sus subalternos, porque irradiaba un liderazgo, que trasmitía un gran fervor castrense; despertando en el inconsciente de aquellos uniformados la idea, de que los militares son los llamados a enderezar este país; que era lo que pregonaba Chávez: "la política es una cosa demasiado seria, para dejarla en manos de los políticos"; por esa personalidad suya muy pletórica; más que un orador, como lo considera un amigo, no pasaba de ser un animador de ferias. Pero aún así, se pensaba que era él la representación del uniforme con charretera de los tiempos modernos, llamado a poner orden: la tesis del gendarme necesario.
Precisamente, el coronel Bellorín fue llamado por el diputado Luis Barragán de la Asamblea Nacional de 2015, para que les preparara a los diputados un proyecto de Ley de Ascensos Militares; a la cual se abocó Bellorín, presentando el instrumento jurídico; que, justo, no iba a permitir más que ocurrieran casos, como el de chalequearle la carrera a un oficial por cuestiones, que tocan lo personal; que fue el mismo caso de Bellorín, a quien entrevisté para La Razón en octubre de 2020, y quien obtuvo las más altas calificaciones durante sus estudios en la Academia Militar; no obstante, tuvo que apelar hasta la justicia, para que se le reconocieran sus méritos, y esto a lo largo de la década de 1990, todo un calvario de demandas y contrademandas, y así obtener su grado de coronel; eso significa, que lo del Sebin y Dgcim no es cosa tampoco de hoy, sino del momento en que se comenzó a descomponer nuestra República civil; la circunstancia es que dicha ley se introdujo, y no pasó de reposar en una gaveta, y la que no hubiera permitido que en el otorgamiento del grado prive más la abyección, que la meritocracia del oficial. Es decir, de nuevo la dirigencia política miró con una gran indiferencia lo que sucede en el medio militar. Bochinche, sólo bochinche: ¿cómo es posible que las fuerzas armadas tengan 3 mil generales? Un vocero militar de los EEUU dijo que había más generales que los de la OTAN. ¿Cuántos eran los generales durante la época de la República civil? Un puñado.
REMISIÓN:
De: Enrique Melendez O. melendezo.enrique@yahoo.com
Date: dom., 7 de julio de 2024 8:51 a. m.
Subject: artículo
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