HERODES
Vinicio
Guerrero Méndez
"sin
DIOS no hay valiente con fuerza; él hace fuerte al débil para que los muchos
huyan delante de los pocos, y un hombre venza a mil."
El
Rey David
En el año 40 antes de Cristo, el Senado Romano nombró
a Herodes rey de los judíos por indicación de Marco Antonio, con el encargo de
recuperar Judea de manos de Antígona. Combatió con ella durante tres años hasta
que conquistó Jerusalén y la decapitó.
Su ilegitimidad dinástica y su indiferencia
religiosa le hicieron impopular entre los judíos, estableciendo un régimen
basado en el terror con persecuciones sangrientas, (incluyendo el asesinato de
su propia esposa Asmonea, su suegra, su cuñado y tres de sus hijos).
En su
obsesión por consolidarse en el Trono frente a posibles pretendientes, se
enmarca la «degollación de los inocentes» que narra el Evangelio según san
Mateo, episodio literario consistente en una matanza de todos los niños menores
de dos años nacidos en Belén, para conjurar la profecía mesiánica según la cual
había nacido en aquella ciudad el que habría de ser Rey de los judíos
(Jesucristo).
Al igual que Herodes, algunos gobernantes de hoy
difieren una enormidad de lo que seria una verdadera estrategia para gobernar.
La empatía y la indiferencia acaparadora de estos
seres desnaturalizados, son formas de agresión encubierta, violencia enfermiza
que merece repudio total, porque es un atentado a los derechos humanos, una
violación del principio de la reciprocidad y una conducta depredadora. El egocéntrico, inevitablemente, desconoce a
todo interlocutor y destruye toda posibilidad de relación: "Sólo yo
existo".
Les incomoda reconocer que hay que celebrar la venida del
niño, como sucedió hace mas de dos mil años. Su mayor temor es solo el pensar que
alguien venga por su trono y se sienten apegados al poder hasta creerse
sempiternos.
Solo el Rey David hizo lo correcto, basado en la
obediencia exclusiva a Dios. No era suficiente para sus hombres ser fuertes.
Necesitaban por encima de todo el favor y la intervención de Dios. En esta
vena, el Rey le recordaba a su tropa la costumbre bíblica esencial que: "Sin DIOS no hay valiente con
fuerza; él hace fuerte al débil para que los muchos huyan delante de los pocos,
y un hombre venza a mil." A su modo rechazó todas las formas de
compromiso. No aceptó nada más que la obediencia de su pueblo y la rendición
incondicional de los que se opusieron a él.
Pilatos fue más allá: prefirió lavarse sus manos
aún por encima de la súplica de su mujer, a sabiendas que cuando se provoca al
pueblo se provoca a Dios.
Herodes muere como lo que son todos los que se
consideran dioses, dueños y señores de la voluntad de sus semejantes, sin
detenerse a pensar que la maldad, la corrupción, la iniquidad, la insolencia,
el desparpajo para referirse a los mandatos de nuestro Señor, siempre han de
tener su castigo y mas tarde que temprano morirán como lo que han sido: Pasto
de gusanos.
Un día -como era su costumbre-, regiamente vestido
y sentado en la tribuna, arengaba al pueblo para ser aclamado como lo que él se
creía: “Un Dios”. El pueblo se puso a aclamarle: ¡Es un dios el que habla, no
un hombre! Inmediatamente le hirió el Ángel del Señor porque no había dado la
gloria a Dios y convertido en pasto de gusanos, expiró.
La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da
brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos
los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO
MENDEZ
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