PLAN DE ALISTAMIENTO OPERATIVO
Por: General de División (Av.) Freddy Yánez Méndez
Promoción EAM 1964
En esta oportunidad me voy a referir a uno de esos recuerdos de nuestra querida Fuerza Aérea, cuando era el común denominador de esa época, el profesionalismo y la pasión por cumplir nuestra misión.
Era el año 1973, en la naciente Base Aérea General Rafael Urdaneta, en el Aeropuerto Internacional La Chinita en Maracaibo, Estado Zulia, ya casi cumplido el año del traslado del Grupo de Caza No. 12 a este sitio con los aviones CF 5, recién llegados al país, y habiéndose cumplido la clasificación de los jóvenes pilotos asignados a la unidad en la especialidad de combate, el Comandante de la unidad, teniente coronel Atilio Merlina Godoy, solicitó a la Inspectoría General de la Aviación, la realización de un Plan de Alistamiento Operativo para comprobar el desempeño de la unidad en el cumplimiento de la misión asignada.
Dicha solicitud fue aprobada con mucha celeridad y se nombró un equipo de Inspectores de todas las unidades de la Fuerza Aérea, con mucha experiencia y de reconocida trayectoria profesional Esa actividad fue un gran reto para la unidad, donde las instalaciones del Grupo eran insuficientes e improvisadas para el normal funcionamiento de cualquier unidad de combate. Se llevaba prácticamente una vida de campaña permanente, igualmente el momento estratégico que se vivía en ese entonces será de mucha tensión y la activación de esa nueva Base Aérea en la frontera occidental de país, cobraba sentido al hacer presencia de aviones de combate de la Fuerza Aérea. La planificación y ejecución de dicho ejercicio se hizo, usando como referencia las diferentes hipótesis planteadas al momento y de acuerdo a las capacidades de la unidad.
Todos los integrantes del grupo nos dedicamos por entero a la preparación este evento, que significaba para nosotros el poder demostrar nuestra capacidad operativa. La maniobra aérea programada consistía en efectuar todas las salidas en un solo día despegando al amanecer dos (02) formaciones de cuatro ( 4 ) aviones cada una, armados con lanzadores de cohetes de 2,75 pulgadas y los cañones 20 mm del avión CF 5, con 10 minutos de separación de cada formación y luego en horas de la tarde dos (2) formaciones de tres (03) aviones, usando los tres (03) tanques externos de combustible y solamente los cañones del avión. Igualmente se haría la separación de 10 minutos para el despegue de las formaciones.
La entrega de este armamento se hizo en el Fuerte Terepaima, cercano a la Base Aérea Teniente Vicente Landaeta Gil, en Barquisimeto, Estado Lara después de muchos días de preparación y horas hombres de trabajo extra para este ejercicio y con la presencia del equipo de inspectores presentes, procedimos con mucho entusiasmo y espíritu de cuerpo a la realización de este plan de operaciones. Las dos formaciones de la mañana se ejecutaron sin mayores contratiempos, todos los aviones llegaron al objetivo para el lanzamiento del armamento designado y regresaron a la base sin novedad, notándose una actividad inusual en todas las áreas del aeropuerto.
El despegue de estas formaciones se ejecutó en forma individual por las condiciones ambientales de la pista y el peso total de las aeronaves en esa configuración. De esas vivencias que quedan grabadas en nuestras mentes, recuerdo cuando el octavo avión ya había despegado y ya se perdía en el horizonte y el ruido del motor se iba atenuando, en forma espontánea, del grupo de profesionales que estábamos observando, alguien comenzó a aplaudir, lo que ocasionó que se colectivizara en todo el personal presente en la rampa, incluyendo al grupo de Inspectores.
Debo confesar que nos invadió una sensación de orgullo profesional y de gran satisfacción al ver a todos los aviones programados para dicha misión, ya en el aire. Al regreso de esta primera salida, se procedió de inmediato al cambio de configuración de los aviones para el siguiente evento, programado para las 15 00 horas. Durante el briefing para esta misión, se oyó una fuerte detonación en la zona ZARDE, zona de armado de los aviones, hecho que hizo detener momentáneamente dicha instrucción. El Comandante del Grupo me ordenó trasladarme hasta la rampa a fin de averiguar lo sucedido, a objeto de tomar una decisión de acuerdo a la gravedad del hecho.
Durante el armado de los cañones, en un avión, me explicó el Maestro Técnico Mayor Pedro Maita, jefe de la Sección de Armamento del Grupo, haciendo la prueba de conductividad eléctrica, se disparó un proyectil que estaba alojado en la recámara del cañón, el cual no fue retirado para efectuar dicha verificación. Dicho disparo impactó en el montículo de tierra de la zona Zarde, que todos los miembros de unidad construimos para tal fin.
La actitud de este profesional al explicar el motivo del disparo accidental, fue muy profesional y también con un gran sentido de humor, hecho característico de su persona. Al referirse al trabajo de armar los aviones bajo unas condiciones realmente exigentes bajo el sol de la tierra amada, me dice en sus palabras textuales que llevaban más “Rounds que Cassius Clay, al señalar en las cajas metálicas de los proyectiles de 20 mm, que señalaban cada un contenido de 100 rounds, acompañados del ruido característico de la máquina engranadora de proyectiles de cada avión.
Al informar el motivo de la detonación escuchada en la rampa de los aviones, el teniente coronel Merlina me pregunta en forma directa y en presencia del grupo de inspectores si podíamos continuar con las operaciones. Este hecho me sorprendió de momento, puesto que la responsabilidad de continuar con la operación no era mi decisión, pero conociendo al Comandante del Grupo, capté de inmediato Su estrategia y proporcione una respuesta afirmativa.
La segunda etapa del ejercicio se ejecutó de acuerdo a lo programado, cuya configuración era bastante exigente, por el peso del avión con los 3 tanques externos y la temperatura de la pista a esa hora del día, que según el termómetro de la estación meteorológica FAV del Aeropuerto oscilaba entre 45 y 51 grados centígrados. La velocidad de rotación para el despegue en esta configuración era de 172 nudos y al despegar había que rendir el avión para subir el tren fuera del efecto de tierra e igualmente para llegar a la velocidad de ascenso de 350 nudos a muy baja altura.
En esta configuración en el despegue, el concepto de velocidad de rechazo y pista disponible para abortar quedaba fuera de las tablas operativas del avión, de lo cual todos los pilotos de La unidad estábamos conformes y claros de esta situación. Otro hecho de resaltar en esta ocasión, fue al llegar la lista de aviones disponibles para la segunda misión, el teniente coronel Merlina ordenó que le asignaran el avión siglas 7200. Esta aeronave desde su llegada al país, vino con la particularidad de no querer rotar al momento del despegue, ocasionando en varias oportunidades el aborto del mismo. En una ocasión, este avión que llamábamos coloquialmente el siete doscientos, fue frenado por la malla de retención en la Base Aérea de Barquisimeto, Esta falla era muy ocasional y fue objeto de verificaciones por parte de mantenimiento, no encontrándose nada anormal en dicha aeronave, lo cual creó cierto recelo para volar este avión. Esta misión se ejecutó sin mayores inconvenientes, me asignaron volar en la segunda patrulla como líder de la misma, con dos gregarios de los pilotos, recién clasificados, cumpliendo con el tiempo de separación entre cada formación.
Después del despegue, los inspectores asignados para este ejercicio, se dedicaron a recorrer las instalaciones que usábamos como sitios de trabajo y alojamiento, como también a interrogar al personal profesional sobre la rutina diaria de la Unidad. Igualmente, otro recuerdo digno de recordar, fue la impresión causada del teniente coronel Luis Viana Lamas ,quien como piloto clasificado del avión, voló en la primera misión el día y en esa oportunidad se trasladó desde Barquisimeto hasta nuestra naciente Base de operaciones y le tocó alojarse en el dormitorio común de los pilotos, el cual nos hacía recordar nuestra época de cadetes, por dormir en literas y en un espacio realmente reducido.
Al momento de despertarnos y comenzar los preparativos para la primera salida, el comandante Viana Lamas, PEZ, notó que el mayor Juan Arráiz, estaba durmiendo en el piso y con la braga de vuelo puesta, hecho bastante común entre nosotros por los efectos de la temperatura del ambiente y en el aire acondicionado no era lo suficiente para una temperatura óptima y en la madrugada el suelo brindaba mayor confort para descansar. Este hecho, lo mencionó nuestro recordado PEZ en la reunión final con el grupo de Inspectores asignados, recalcando la necesidad de acelerar la construcción de las Instalaciones permanentes para esta naciente Base Aérea
Ya finalizando este día de operaciones de muchas expectativas y de gran compromiso para el cumplimiento del ejercicio programado, estábamos a la espera del controlador de tiro proveniente de Barquisimeto, con los resultados de la entrega del armamento, en dicho sitio, quien aterrizó en la Cessna 182 del grupo, casi con la puesta del sol de ese día.
La exposición del inspector designado para esta misión, leyó en forma muy detallada la ejecución de la maniobra como un todo, desde la forma como se distribuyeron los blancos asignados a cada misión, hasta la salida del último avión, cubriendo cada momento la ejecución de la maniobra aérea, los resultados fueron muy satisfactorios, con los detalles propios de este tipo de misión y la forma de expresión del inspector designado para calificar nuestra actuación nos produjo mucha satisfacción.
Finalizando esta intervención, en forma directa, pregunta quién era el gregario número 3 de la primera patrulla de la misión de la tarde, hecho que nos impactó a todos los presentes en el sitio de reunión. De la última fila de esta reunión, y ante nuestra expectativa, se pone de pie el subteniente Arturo José García, quien recibe una efusiva felicitación por haber logrado 33 impactos en su blanco asignado, Hecho que fue motivo de gran regocijo y satisfacción para todo el personal de la Unidad, desbordándonos en gestos de felicitación hacia nuestro recordado Cunaguaro
La ejecución de este ejercicio fue un hecho que marcó un momento muy especial en nuestras vivencias como profesionales de la Aviación Militar, y que significó poder demostrar la capacidad de la Unidad en condiciones ambientales muy desfavorables, donde el espíritu de cuerpo y voluntad de trabajo en Equipo fue factor primordial en esa oportunidad.
También desearía resaltar que este tipo de actividad en nuestra querida Fuerza Aérea era algo muy común en el acontecer de nuestra historia como institución, donde los profesionales de todas las especialidades y en la entera geografía de nuestro país, se enfrentaron a situaciones muy similares a la narrada en esta reseña.
Nos queda la permanente satisfacción del deber cumplido y el eterno agradecimiento a nuestros superiores e instructores con quienes convivimos en diferentes ocasiones de nuestra vida profesional, los cuales con sus enseñanzas y ejemplo permanente dejaron huella indeleble en nuestra formación como verdaderos aviadores militares.
Arriba Siempre Arriba……………..
IMAGEN SUPERIOR: Avión Northrop CF-5 por cortesía de fav-club publicado en Printerest/ (182) Pinterest