(A LA FUERZA ARMADA NACIONAL)
La espada de la ley/Vinicio Guerrero Méndez
Nuestro mayor temor no es que seamos deficientes, inadecuados. Nuestro mayor temor es que seamos inmensamente poderosos. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos atemoriza. A medida que nos liberamos de nuestros miedos, nuestra presencia automáticamente libera a los otros. “Nelson Mandela”.
Los que ocupan puestos de confianza participando además del suculento manjar que brinda el poder deben recordar que tales cargos entrañan una gran responsabilidad. El adecuado desempeño se relaciona de alguna manera con nosotros, su bienestar presente depende de la ambición que acarician. Muchos de ustedes por mantenerse en un cargo -que representan falsamente- prefieren callar ante la injusticia con tal de continuar disfrutando de esos beneficios y un prestigio que no merecen.
No todos los militares, quizás ninguno de los que han participado (o figurado) como representativos, han sido buenos gerentes, sino más bien adoptan esa actitud tradicional castrense de dominar sobre los demás. Se creen investidos de autoridad, y toman decisiones acerca de asuntos de los cuales no saben nada. Algunos pasan por las oficinas, hablan con diferentes personas, dan instrucciones, cuando en realidad no entienden de qué están hablando.
Han cometido grandes injusticias y aun incurrido en falta de consideración y honradez ante sus propios compañeros jubilados con total desconocimiento de la responsabilidad que los capacita para ser competentes. No haber aceptado ninguna responsabilidad de este tipo, habría sido una manifestación de lealtad.
La mayoría de problemas y divisiones no vienen por error sino de la ignorancia tras la ambición por alcanzar reconocimiento y posición en la Administración pública carente de autonomía pero de total soporte a la corrupción embarrándose con ellos hasta perder la honra y credibilidad asumida con la patria y sus instituciones.
Yo particularmente opino que un militar profesional debe ejercer la profesión que lo llevo a capacitarse en la misma y no hurgar lo que desconoce. EL MILITAR A SU CUARTEL.
Cita: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. (Art.19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos).
Afectuosamente, Imperfecto.