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hace 19 horasFrancisco Olivares, un veterano del periodismo de investigación, decidió narrar en primera persona todos los hallazgos sobre los días finales del presidente venezolano ayudado por entrevistas a sus entonces cercanos colaboradores y algunas amistades del pasado.
«El libro recoge el último año de vida de Hugo Chávez y cómo eso influyó en su personalidad, en su entorno. Desde el día en que sintió el primer dolor en la rodilla izquierda, mientras trotaba en Fuerte Tiuna, hasta el desorden que generó su muerte. La enfermedad le cambió la vida porque dejó de ser un hombre poderoso e invencible y eso hace que comiencen a aflorar sus demonios y sus mitos, mientras alrededor suyo se desarrolla una trama paralela por la sucesión».
¿Qué novedoso descubrió en esta investigación?
– En relación a las exequias, por ejemplo, descubrimos que hubo escenas que se podrían calificar de disparatadas. Se generaron una serie de acontecimientos inauditos porque buscaban crear un Chávez trascendental. Pero no había ninguna previsión sobre qué hacer cuando Chávez muriera. De hecho, Nicolás Maduro y el equipo más cercano, propusieron embalsamar el cuerpo y para eso trajeron equipos rusos a ver si podían practicar el embalsamiento. Nicolás Maduro propuso que se colocara en una urna de cristal, igual a la de Lenin o Mao, pero eso fue una locura muy grande, donde se gastó mucho dinero y esfuerzo. Se buscó que al IVIC para que fabricara la urna de cristal pero tecnológicamente resultó imposible, así como fue imposible el embalsamiento ruso. Y todo esto ocurría mientras se llevaban a cabo los arreglos para pasear su urna por las calles, una urna que no contenía el cuerpo de Chávez porque sus restos estaban siendo estudiados por el equipo ruso para embalsamarlo. Por cierto, que el carro fúnebre hubo que traerlo de emergencia de Colombia porque en Venezuela no había un vehículo que tuviera la parte de atrás expuesta para colocar la urna y exhibirla entre sus seguidores. Eso fue otra epopeya, traer ese carro de Colombia. De hecho, lo prestó una agencia funeraria colombiana, gracias a la mediación de la funeraria Valles. Y sobre su cuerpo, lo que hicieron finalmente fue arreglarlo para poder exponerlo en el velatorio.
¿Cuánto tiempo tardó en esta pesquisa?
– Esta investigación me llevó tres años y medio. Yo sentí que esta era una historia que tenía que ser contada y lo que hice fue contarla a través del personaje. Allí están sus miedos, sus temores a morir y, en paralelo, se presenta el problema de la sucesión, que no solo es de Hugo Chávez y el Gobierno de Venezuela, sino que afecta a casi todo el continente. Se involucran sus aliados como Lula, los Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa. También por supuesto, el Gobierno cubano. Y es Fidel Castro quien le obliga a hacerse los exámenes en La Habana donde le detectan el cáncer en la vejiga.Y allí comienza también la transformación del personaje. El hombre fuerte del puño en alto, a quien todos temían, comienza a ofrecerse como una suerte de redentor. Chávez descubre el miedo a la muerte y eso le hace retomar su regreso a la fe cristiana y abandonar a los babalaos y los santeros.
Cuenta Olivares que la exhumación de los huesos de Simón Bolívar tiene que ver con las obsesiones finales de Chávez. Él se creía heredero de Bolívar y en sus hipótesis sobre el asesinato de Bolívar, ordenó la exhumación de sus restos. Pero después de ese acto, hubo una cadena de muertes muy extrañas y eso repercutió en gran parte de la dirección del chavismo. Incluso hay un caso muy interesante entre esos muertos «post exhumación», el caso del señor Meyer quien fue el historiador que aportó la mayoría de los documentos que utilizó Chávez para defender la tesis del asesinato de Bolívar… Pues este señor también murió poco después de la exhumación.
FUENTE: EL COOPERANTE